Sueños cruzados

CAPITULO XVIII

   Despertaron abrazados en aquella pequeña habitación.  Travis miró a su alrededor aún entre dormido y despierto,  sintió algo que le pesaba en el pecho, en medio de la oscuridad tanteó y encendió la pequeña lámpara que posaba encima de la mesilla de noche. Sonrió aliviado al ver a su chica durmiendo plácidamente. Acarició su lacio cabello negro con dulzura. La miraba admirado, tenía consigo a la chica más maravillosa que podría existir y ella ni siquiera tenia idea del valor que tenia para él. Es que estaba profundamente enamorado de ella, y no por su físico, que podría destacar entre un millar de personas, era ella... esa peculiar personalidad que la hacía única,  la manera en que sus labios se curvaban cuando sonreía dejando ver esos lindos hoyuelos que aparecían en sus mejillas, su particular sarcasmo, sus ocurrencias, la inteligencia que desbordaba y esa dulzura que ella se negaba a aceptar que poseía... sin ánimos de hacerlo, opacó a todo lo que había a su alrededor,  convirtiéndose en el centro de su mundo. Le devolvió toda la felicidad que creía haber perdido, acarició su frío corazón con nobles gestos y así poco a poco sanó cada fibra de su frío corazón roto para hacerle una criatura nueva. Sin temores ni rencores... dispuesta a enfrentarse al mundo entero solo por conservar esa Gema que le había salvado de la oscuridad... Esa pequeña chica que ahora dormía sobre su pecho desnudo lo había devuelto a la vida. 

   Intentó levantarse de la cama sin molestarla. Se escurrió por la cama suavemente después de colocar su cabeza con mucho cuidado sobre la almohada. Cuando ya estuvo fuera de la cama salió de la habitación de puntillas para llegar al baño sin hacer mucho ruido. 
   - ¿Ya se han arreglado? - lo sorprendió Arthur al salir del baño. Llevaba el maletín en las manos así que Travis supuso que iba saliendo al trabajo. Lo miró con cierto ápice de vergüenza y asintió. - No se que haya pasado entre ustedes antes... ¡Pero no quiero volver a tener que ver a mi Emily mal!.
   - Lo siento. - admitió Travis con pesar- . Anteriormente hubieron algunos malentendidos entre nosotros - suspira cansado- ... ¡Pero nada de eso volverá a ocurrir!. Yo amo a esa chica más que a nada en el mundo. ¡Jamás haría algo que la lastime!. - Arthur asintió convencido. Algo en la mirada de ese chico le decía que no estaba mintiendo, y si había algo en lo que el confiaba eso era en su intuición.  Estrecho su mano con la de Travis y se dio la vuelta para irse a trabajar. En ese momento Travis soltó el aire que hasta ese momento no sabía que había estado conteniendo y se regresó a la habitación.  Encontró a Emily sentada en la cama con expresión preocupada. 
  - ¡Pensé que te habías ido! . - Travis sonrió levemente y se acercó a darle un beso en la frente y sonrió con malicia.
   - ¿No íbamos a desayunar antes? - añadió con una sonrisa socarrona y se acostó en la cama llevándola a ella de vuelta de un tirón. Rieron a carcajadas por un momento mientrasTravis bromeaba sobre cosas sin sentido, empezaron a besarse y la alarma sonó. Emily lanzó a Travis al suelo de un empujón, y se levantó de la cama. 
   - ¡Solo tú puedes acabar con un momento así tan abruptamente!- añadió entre risas, Emily se tapó la cara con las manos avergonzada.  
   - ¡Vamos a llegar tarde!. - Travis miró la hora en el reloj y enarcó una ceja divertido
  - ¿Tarde? - rió sarcásticamente - Pequeña... ¡Son las nueve de la mañana!. - Emily lo miró enfadada- ¡Con razón siempre llegas ya empezada la clase!. - Emily puso los ojos en blanco y le lanzó una almohada antes de entrar al baño. Travis se quedó riendo bajo el hechizo de su chica 
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    Al llegar al campus todos se quedaron mirándoles impresionados al verles llegar juntos en la camioneta de Travis. Caminaron por los pasillos tomados de la mano por primera vez desde que estaban juntos , notó como todos miraban a su chica y la intriga se dibujó en su rostro. Ese día la atención no era la habitual mirada prejuiciosa que los seguía a todas partes, había algo más. Miraban a su chica con desconfianza y la acusaban con la mirada. Emily también notó las miradas de sus compañeros y bajó la mirada avergonzada. Al llegar a la clase, Travis miró a Stephanie y entendió todo. Ese había sido el pequeño problemilla que había tenido la tarde anterior... aunque a juzgar por la cara de Phanie no parecía haber sido tan pequeño. Miró a Emily sorprendido, ella se encogió de hombros y se fue a sentar a su fila. Stephanie miró a Travis sorprendida de verle con Emily nuevamente y se levantó de su lugar enojada para dirigirse junto a él.  
   - ¿Que es esto Travis? ... ¿Acaso ya has regresado con esa salvaje?. - Travis la miró con expresión ridícula, aunque le había causado gracia como había llamado a Emily, que a juzgar por los hechos si había actuado bastante salvaje-. No me digas que... ¿Te amenazó?. 
   - ¿De qué hablas Phanie? ¡Escúchate!. - ella lo miró extrañada-. ¿Por qué tendría que amenazarme Emily para estar conmigo? ... ¡Es ridículo!... ¡ Yo amo a esa chica!. - Stephanie tragó saliva por lo que acababa de escuchar.  -
   - Pero tú y yo... - Travis hizo un gesto de incomprensión- . ..¡Teníamos planes!.
  - No Phanie... Tú tenías planes. - los ojos de la chica se humedecieron-. Yo nunca he dudado de lo que siento por esa chica, y aunque ella no quisiera volver a verme, no la lastimaría saliendo contigo- suspiró cansado y añadió pacientemente- . Tú eras mi amiga, solo eso. Y Em es... ¡Ella es todo para mí!.- Stephanie lo miraba llena de amargura, todo el daño que había causado y no le había servido de nada. Travis posó la mano sobre su hombro- . Sin embargo Tú conspiraste en mi contra con Danielle para hacerme quedar como un desgraciado en frente de mi chica. ¿Para qué? , ¿Para recibir algo que sabías que yo no era capaz de darte?. - Stephanie lloraba mientras lo escuchaba mirando hacia el suelo. El resto de la clase los veía atentos. La tensión en el lugar era tan fuerte que podría fácilmente ser cortada por un cuchillo-. Esa obsesión que has tenido por mi todos estos años ha acabado con todo , incluso con esa forma de ser que te hacia tan especial...- la miró con lástima-... acabaste con el cariño que sentía por ti... ¡con nuestra amistad!
   - No, Travis no... - se agarró con fuerza a su muñeca tirando de ella. Travis apartó su mano suavemente- . 
   - ¡Aléjate de nosotros Phanie!. 
    Dicho esto se fue a su lugar junto a Emily que miraba la escena con profunda tristeza.  Phanie se quedó parada un momento es estado de catarsis , al notar que todos estaban viendo aquella escena, enjugó sus lágrimas y volvió a sentarse orgullosa. Miró hacia donde estaba Emily y le dedicó una despectiva mirada. Emily la miró de vuelta, pero esta vez no sentía vergüenza, no tenía por qué sentirla, Stephanie se había dedicado a hacerle la vida difícil desde que había regresado... y ya era su momento de ganarle aunque fuese una vez. 
   Las clases culminaron sin ningún otro contratiempo. Emily y Travis se salieron a almorzar después de clases, luego de eso salieron a caminar por el parque y hablaron de diversos temas de interés mutuo, como el campeonato y el sueño de Emily de ser firmada por una editorial importante y convertirse en una importante escritora. Travis reía de su idea de ser famosa pero aún así mantenerse en el anonimato y ella le repetía una y otra vez que no era imposible serlo, ya que ella solo quería que sus escritos fueran conocidos y que la gente al leerlas se sienta identificada con sus obras. Travis la miraba admirado. La mayoría de las chicas que conocía, querían conocer a algún chico famoso y ser conocidas por eso, ella en cambio; quería mantenerse siempre en las sombras a pesar del inmenso talento que poseía... y eso hizo que la apreciara aún más. Emily río a carcajadas por el hecho de que Travis no supiese andar en bicicleta. Lo llevo a un lugar en el que las alquilaban para paseo y le enseñó a andar como si de un niño pequeño se tratara. Se cayó en innumerables ocasiones pero al final del día pudo dominar el arte que su chica le mostraba. Se sentía hechizado por su sonrisa. El tiempo en el que estaban juntos se hacia poco comparado con todo el tiempo que había pasado extrañandola. Esa noche se despidieron sin querer dejarse y él después de dejarla en el trabajo se fue a casa. 
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    Los días pasaron y cada día que transcurría Emily y Travis se sentían más enamorados.  El día de marchar al campeonato mundial de fútbol Soccer en Orlando cada vez se hacía más cercano así pues, se dedicaron a hacer cada día una experiencia distinta para compensar por adelantado el tiempo que durarían separados. Emily trabajaba y estudiaba y entre cada uno de sus deberes encontraba el espacio entre los entrenamientos y los estudios de Travis para poder pasar tiempo juntos más que el académico. Sentían como si nada en el mundo pudiese estar mejor y a la par de sus sentimientos. Al fin habían encontrado esa paz que tanto habían buscado, ese lugar tranquilo en el cual pudiesen regocijarse y ser completamente auténticos,  tenían todo en sus manos para ser felices y estaban conformes con eso. 
   Solo en sus brazos podían encontrar su lugar seguro... un puerto para anclar.

 




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