Sueños cruzados

CAPITULO XX.

 El gran día al fin había llegado y los chicos esperaban emocionados a que el partido final comenzara. Caminaba de un lado a otro con nerviosismo, mirando impacientemente el reloj hasta que llegó el momento de salir a jugar. Al comenzar el partido, la multitud eufórica que se agitaba en las gradas llenó su corazón de una profunda excitación . El juego comenzó y después de entonar las notas del himno nacional, los narradores hicieron su trabajo minuto a minuto por los altavoces:
  
   [Con un destacado Travis Mcgail durante los noventa minutos del partido, El VMC venció 3- 1  al ZOLOC Haciéndoles merecedores de la copa del campeonato. 
  Christian Galavíz adelantó al VMC muy temprano en el partido.  Al minuto seis, al superar al equipo con su regate a una desordenada defensa y su tiro terminó al fondo de la red para el 0-1 del equipo rival. 
  Sin embargo, el VMC se mostró más directo en busca del triunfo y celebró el empate en el minuto 25 del primer tiempo. Alex Finch convirtió un penalti en gol luego de que el árbitro declarara una infracción del jugador del Zoloc Fabian Castillo por tocar el balón con la mano dentro del área de juego. 
   De esta manera terminó el primer tiempo, con el marcador empatado  aunque con un VMC más decidido. Tan solo comenzado el segundo tiempo, al minuto cinco, un tiro de esquina de el jugador Raúl Rosales fue rematado de cabeza por el defensor Maximilian Garch para adelantar al VMC.
    Mcgail siguió con su buen trabajo llegando al área rival para ayudar en el ataque de su equipo y defendiendo con gran resolución cuando la ocasión lo requiera. 
     Fue entonces cuando en un contragolpe Gaíl Langdon le entregó el balón al destacado volante. Travis Mcgail inmediatamente asistió el golpe del jugador Thomas Matheus que cruzó el balón y anotó el 3-1 sobre el equipo rival.

   El VMC controló plácidamente el juego, con un oponente sin respuesta ante los ataques del VMC y la buena defensa que posee el equipo.
   Con este juego, el VMC quedó número uno en la liga, siendo merecedores de la copa del campeonato frente al destacado equipo del "Zoloc american's Soccer". ].

     El equipo saboreó la Victoria ante su mejor rival y Travis le dedicó una sonrisa de suficiencia a Garch quien minutos antes del partido, se había visto muy seguro al afirmar que les harían 《tragar polvo en el campo de juego》. Garch tiro el vaso de agua del que bebía al suelo con despotismo y se fue a sentar en la banca avergonzado.  
   Emily, que veía el juego en casa, celebraba frente a la pantalla emocionada, dando saltos y gritando eufórica. Las lágrimas corrían por sus ojos emocionada. Al fin podría disfrutar de esa felicidad que tanto tiempo había deseado. Miro hacia la TV con lágrimas en los ojos y por alguna razón,  Travis que sabía que ella probablemente lo estuviese mirando,  hizo un gesto que la dejó profundamente conmovida; Formó con sus manos un corazón  e hizo ademán de entregárselo a la cámara señalando hacia ella. Las comisuras de sus labios se curvaron en una gran sonrisa y emotivas lágrimas rodaron frenéticas por sus mejillas. Lo tenía a él... después de tantos obstáculos, al fin podían disfrutar de todo aquello que tanto habían soñado juntos...y no creía que hubiese nada ni nadie capaz de arruinarles eso. 

Travis:

   Gaíl se amarró a mi cuello y comenzó a dar saltos emocionado. Thomas se acercó a nosotros dos y celebramos juntos esta gran victoria. Hago una señal hacia la cámara dirigida hacia mi pequeña que sé que aunque no ha podido estar aquí conmigo, me apoya incondicionalmente y en silencio desde casa. Los chicos me hacen caras y se burlan por mí reciente cambio. Les hago una señal con el dedo medio y sonrio por sus ocurrencias.  La verdad es que ni yo mismo soy capaz de creer en quien me he convertido. Pasé de ser el chico misterioso que huía a toda costa del compromiso, a ser un tonto profundamente enamorado de una chica que si alguien me hubiese dicho hace unos años que hoy estaría así por ella me hubiese reído en su cara... pero aquí estoy. Y no hay nada que ma haga sentir mejor. 

    Salimos a celebrar la Victoria a un restaurant en el que los manejadores del equipo habían preparado un banquete para agazajarnos. Me quedo pasmado al darme cuenta de que mi padre también está aquí. Lo miró boquiabierto y se acerca a mi lentamente con esa expresión altiva que tanto me incomoda. 
   - ¡Veo que no ha sido en vano todo lo que he invertido en ti!. - pongo los ojos en blanco por su comentario. Aún no hemos superado nuestra última discusión y aquí  estamos estamos. - ¡Felicidades!.
   - Supongo que... ¡Gracias!.
  Me mira curioso y hago maromas para salir de ese momento tan incómodo. Lo rodeó y voy al encuentro de mi equipo. Saludo con la cabeza a Diana, quien reposa junto a una mesa con una copa de vino en la mano. Los chicos hablan alegres en la mesa así que me acerco a ver que les causa tanta emoción. Mi sonrisa desaparece al instante al notar el motivo de tanta algarabía.  Stephanie está sentada en una mesa contándole a los chicos anécdotas de su reciente viaje. Al verme, se queda en silencio un momento y yo doy media vuelta para regresar por donde he venido. Siento su mano sobre mi hombro. 
   - ¡Felicidades por el triunfo de hoy!. - Pestañea coqueta y recoge un mechón de cabello tras su oreja. 
   - Eh... ¡Gracias!. - me mira de arriba abajo como inspeccionando cada detalle y sonríe maliciosa. Pongo los ojos en blanco y doy un sorbo a mi bebida. - ...Si no tienes nada más que decir... ¡Adiós!.
  - Espera... - roza suavemente mi mano y yo la aparto de inmediato-. ¿Podemos ir afuera un momento? - la miro desconfiado- 
  - No. - repliqué con rotundidad. ¿Que, cree que después de todo lo que hizo aún tenemos algo de qué hablar- Yo creo que entre tú y yo ya todo está dicho. - abre un poco la boca para decir algo, pero la interrumpo - ... El día en que trataste de separarnos a Emily y a mi todo entre nosotros se acabó. 
  - Pero... ¿Por qué?. - exclamó incrédula y no puedo entender hasta que punto llega su descaro - ¿Qué tiene esa niñita estúpida que yo no pueda ofrecerte?- suelto aire incrédulo de que haga esa pregunta, la miro a los ojos amablemente, no tengo por qué actuar como ella, además del cariño que aún siento que no me deja hacerlo. 
  - Primero. Es única, no tiene filtros ni anda por la vida lastimando a otros, conoce la peor parte de mi y aún así decidió amarme. Me mira con unos ojos que son capaces de hacerme pecar de maneras inimaginables... ¡Esa chica es todo lo que un día había soñado!. 
   Stephanie me miraba con ojos suplicantes y húmedos, con el pulgar, recojo una lágrima que recorre su mejilla y ella la pega de mi mano, sonríe pesadamente y me mira a los ojos.
   - Haría cualquier cosa por que me eligieras a mí! - siento lástima por ella. Podría tener a quien quisiera s sus pies y esta aquí, suplicando este amor que no puedo ofrecer -. 
  - Hay cosas que simplemente no están destinadas a ser... 
    Stephanie salió apresuradamente de él restaurant. La seguí con la mirada hasta que desapareció entre la multitud y regresé con el resto del grupo. No puedo negar que siento mucha pena de que  nuestra amistad termine de esta manera, pero es lo único que puedo hacer. 

    Regreso a mi habitación muerto de cansancio en cuanto la fiesta termina. Me doy una relajante ducha y me recuerdo en la cama a revisar mi móvil. Me sorprendo al ver veinte llamadas perdidas de Phanie y un mensaje. Me incorporo en la cama para leer su contenido y me quedo paralizado al ver lo que cita.  

     《 Lamento no haber sido lo que esperabas... Hice todo por que me amaras y nada fue suficiente. 
¡Tenia que llegar ella a estropearlo todo!. Ahora ya nunca volveré a molestarte... ni a ti ni a nadie...
¡Te amaré por siempre!.》

   Mis manos comenzaron a sudar y los nervios se acrecentaban con cada segundo de incertidumbre.  Me levanto rápidamente de la cama y le envió un mensaje a Thomas preguntándole la habitación de Phanie pero no responde. Me paso la mano por el cabello nervioso y salgo rápidamente de la habitación. Decido de camino llamar a mi padre y le pregunto si sabe donde se encuentra Steph, me envia la dirección de un hospital y me deja aún más desconcertado. Al llegar a la sala de espera, me encuentro con mi padre y una histérica Diana.
   - ¡Todo a sido culpa tuya!. - no se exactamente que responder. Estoy aturdido, conmocionado - Si ella no te hubiese conocido... ahorita todos estuviéramos bien. - me señala con el dedo, acusándome. - ¡Desde el día en que te cruzaste en su camino mi pequeña cambió!.
    Niego repetidas veces con la cabeza, me han tomado por sorpresa y no se que decir. Quiero replicar, decir algo en mi defensa... pero siento que de alguna manera tiene razón. Salgo rápidamente de allí hacia el balcón de fumadores y me paro junto a la barandilla a tomar aire... siento que no puedo respirar. Mi padre se acerca lentamente y se detiene a mi lado, tiene cara de pocos amigos , por lo que me pongo en guardia esperando el ataque.




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