Sueños de Luna
Las noches lluviosas eran lo que más odiaba especialmente si como en esta ocasión, sus pesadillas la llevaban a correr en medio de un oscuro y fangoso bosque, al menos sin lluvia el piso estaría seco y podría correr sin quedar atrapada en el fango a cada minuto, con miedo y la fuerte posibilidad de que el loco con hacha que la perseguía la atrapara, pero claro, ella estaba muy consciente de que la suerte no era su amiga, nunca lo había sido, después de todo a la edad de dos años comenzó a tener estas pesadillas súper realistas que cada tanto son peores que “las pesadillas de Freddy Krueger”, pero tenían cierta similitud y es que si ella era dañada en el sueño también lo era en la vida real, pero claro con la diferencia de que si la mataban en sueños ella no moría en la vida real, sino más bien despertaba justo en el lugar donde se suponía había muerto.
La primera vez que Amanda murió en sueños tenía unos escasos 3 años, cuando se despertó estaba sentada en medio de una polvorienta carretera a las afueras del pueblo con su camisón rosa de Hello Kitty y los pies descalzos, en una calurosa noche de verano en la que el traicionero cielo amenazaba con lloverle encima, por suerte la pequeña Amanda siempre fue de mente ágil y sin pensarlo mucho corrió hacia las luces que veía a lo lejos, ella sabía bien que luces significaban casas o algún negocio cerca y podría llamar a sus padres, por que como toda niña lista ella sabía el número telefónico de su casa; tras una hora corriendo llego a una gasolinera, descalza, con su camisón polvoso, despeinada y sus mejillas rosaditas de tanto correr, Amanda consiguió que llamaran a casa de sus padres. Esa fue apenas su primera experiencia porque claro que ha habido muchas.
En esta ocasión la suerte parecía que tampoco estaba de su lado, mientras corría en el fangoso camino de tierra puedo ver de soslayo un camino de piedra, un camino que parecía sus salvación, así que se fue por él, y sin ver hacia atrás corrió por la vereda hasta llegar al inicio de un jardín, que prometía ser más bonito que el de un cuento de hadas, pero ella no se fijó en eso porque, en ese preciso momento resbaló y al caer despertó, pero a su suerte, despertó en su cama a poco de que su alarma sonará