Sueños de Madrugada

Mundos Gemelos

En algún punto del espacio, hay una estrella, parecida a nuestro Sol, pero a esta solo la orbitan cuatro planetas: Dresox, el más cercano, es un infierno abrazador; Crio el más lejano, es un gigante gaseoso con un núcleo de hielo que le da un color azul; pero, a la distancia justa, en lo que los científicos denominan "Zona habitable" hay dos planetas, gemelos, que comparten una misma orbita y se orbitan entre sí, Helium e Hydroxus. Estos planetas, a pesar de ser muy cercanos, al ser sus condiciones geográficas distintas, Helium, con casi la totalidad de su superficie cubierta por cadenas montañosas y ríos de deshielo, e Hydroxus, con muchas islas rodeadas por un océano global, han conducido a la evolución por distintos caminos, en Helium, los seres humanoides desarrollaron alas, y en Hydroxus, estructuras de nado y buceo.

En uno de los planetas, Helium, vivía un niño, llamado Dresandro, de unos diez años. El día de su cumpleaños caía en una fecha muy especial para las civilizaciones de ambos planetas, la Alineación de sus capitales; en ellos no había países, sino una política global. En este día, todos los pobladores de las capitales salen a sus jardines o balcones para ver con un telescopio a los habitantes del otro planeta. Es un evento que dura una noche, cada dos años.

Esa noche, Dresandro, enfocó su telescopio hacia Hydroxus, a un jardín, en el que había una niña, de su misma edad, que lo miraba a él, como él a ella, y lo saludaba. Dresandro le devolvió el saludo, y vio a la niña entrar en su casa.
Minutos después, ella salió con un cuaderno y lo apuntó hacia Dresandro. En él se leía: "¿Como te llamas?"
El chico agarró su cuaderno y le escribió: "Dresandro, ¿y vos?"
Acto seguido la niña le contesto: "Criala"
Estuvieron escribiéndose toda la noche, y, antes de que la Alineación terminara, Dresandro le pregunto a Criala: "¿Te veré de nuevo?"
Y esta le contestó: "En dos años"

Ya era de mañana cuando Dresandro entró a su casa y le contó a su madre lo sucedido esa noche.

- Me enamoré, mamá – dijo Dresandro. Estaba en las nubes.

- ¿De quién? – le preguntó la madre.

- De una chica que conocí anoche.

- ¿Como se llama?

- Criala, tiene diez años, como yo.

- Y esta Criala, ¿Dónde vive? – preguntó la madre mientras se llevaba una taza de café a la boca.

- Vive en Hydroxus – contestó Dresandro. Esto hizo que su madre escupiera el café, nadie nunca se había enamorado de alguien del otro planeta.

- Pero... solo la vas a poder ver una vez cada dos años- dijo la madre preocupada de desilusionar a su hijo.

- Y la esperaré con ansias – le respondió Dresandro mientras miraba por la ventana el cielo.

Y así fue, Dresandro pasó los siguientes dos años pensando en Criala y en si ella lo recordaría. Contaba los días en espera de la siguiente Alineación.

Al fin llego el tan ansiado día, y Dresandro salió al jardín con su telescopio y empezó a buscar a Criala. Encontró su casa, pero ella no estaba. Esperó cuatro horas, y cuando, desilusionado, se disponía a guardar sus cosas, Criala salió. A pesar de que ya habían pasado cuatro horas, el tiempo les alcanzó para recuperar el perdido.

Terminando la Alineación, Dresandro sacó un último cartel. En él se leía: "¿Quieres ser mi novia?" Criala se ruborizó, pero antes de que pudiera contestar, amaneció dando fin a la Alineación. Dresandro quedo devastado al saber que debería esperar dos años más a la respuesta de Criala.

Pasaban días y meses, y Dresandro esperaba.

Y llegó la siguiente Alineación, los dos años más largos de espera habían terminado, pero esta vez era Criala quien lo esperaba a él. Sostenía un cartel sobre su cabeza en el que se podía leer: "SI"
Esto hizo a Dresandro festejar de la emoción. Al escuchar el alboroto, los padres del chico salieron.

- ¿Qué está pasando, Dresandro?

- Criala me contestó la pregunta que le hice hace dos años.

- ¿Cuál? – quiso saber la madre.

- Si quería ser mi novia.

- Y... ¿qué te dijo?

- SI – dijo Dresandro mientras los acercaba al telescopio –, ella dijo que SI.

- Es bastante linda – dijo el padre –, para ser de Hydroxus claro.

- Es mucho más hermosa que cualquier chica de este planeta – dijo Dresandro mientras sus padres entraban a la casa.

Habían pasado otras dos Alineaciones cuando el gobierno de Helium anunció la búsqueda de voluntarios para el primer viaje a Hydroxus y, como era de esperar, Dresandro se ofreció.

Tras unos dos meses de preparación, Dresandro y otras dos personas estaban listos para ser enviados a Hydroxus.

Luego del despegue, a mitad de camino más precisamente, pasó otra nave en dirección a Helium. Dresandro trató, en vano, de imaginarse quien podría ir en aquel cohete.

Al llegar, tras dos días de viaje, a Hydroxus, Dresandro inmediatamente fue a buscar la casa de su amada, pero al llegar, los padres de Criala le dieron la noticia de que ella también había sido voluntaria para viajar a Helium.

- Entonces... ella estaba en aquel cohete- dijo con el corazón partido.

Esa Alineación la pasaron uno en el planeta del otro.

Para el siguiente viaje solo Criala volvió a su planeta. Cuando llegó, Dresandro ya se encontraba esperándola y la llevo a dar un paseo por la playa para ver el atardecer y la Alineación.

Estaban felices, tras diez años, al fin podían tocarse, abrazarse, besarse, viendo el ocaso, el volador y ella buceadora, almas gemelas de mundos gemelos.

En ese momento, Criala recordó que era el cumpleaños de Dresandro así que le preguntó:

- Dres, ¿cuál fue el mejor regalo que recibiste en tu vida?

- Mi mejor regalo...- repitió Dresandro pensativo- mi mejor regalo lo recibí a los diez años, en una noche como esta...

- Y... ¿cuál fue?

- El haberte conocido.




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