Sueños de Muerte

Capitulo II

Aquel día cuando volví a casa, algo en mí no estaba bien, digamos que fue la impresión de estar ante un caso así y todo el proceso que eso conllevo, pero sentía el deseo de saber más sobre lo sucedido y un escalofrió se coló por mi piel ante los pensamientos que divagaban en mi mente. Llegó alrededor de las 6pm, tome una ducha y me prepare la cena, le escribí a mi novio por si iba a ir a verme pero me respondió que saldría tarde del trabajo, me dirijo a mi cuarto después de cenar y cepillarme los dientes. Me pongo a ver televisión un rato pero mi mente no está allí, sigo pensando en aquella chica, no vi fotos de la escena del crimen, pero sí de ella cuando estaba viva, era una mujer muy hermosa y por cada poro brotaba felicidad y deseos de vivir. Apague la televisión, tome el teléfono con la intención de escribirle a mi novio de que me iría a dormir y apago las luces para acostarme.

Unos ojos cafés brillaban entre la oscuridad, un sollozo lejano se escucha cada vez más pronunciado, ayúdame, ayúdame, aquellas palabras empezaron a retumbar en mis oídos, volteo por todas las direcciones pero solo negrura me rodea, aquellas pupilas llenas de miedo dejaron de observarme en la obscuridad y aquellos quejidos dejaron de escucharse, y siento como alguien me toma de las pies para hundirme en la sombras que me envolvía.

No sé en qué momento, ni la hora que pudiera ser pero unos gritos me hicieron levantarme agitada casi tumbándome de mi cama, mi sorpresa es que esos alaridos provenían de mi garganta, aun despierta gritaba y clamaba una ayuda que jamás apareció, estaba completamente sudada y la temperatura del aire era de 16 grados, mi respiración era muy descontrolada y una pesadez se apodero de mi pecho dejándome al borde de un colapso casi al desmayo. Me levanto tanteando las paredes, el mareo era tan insistente que no podía caminar de forma rígida, la mitad de mi cuerpo se apoyaba en las paredes y como pude me dirijo a la cocina en busca de un vaso con agua para calmarme un poco, enciendo las luces ya que estoy acostumbrada a dejar todo en las penumbras mientras duermo, llego al refrigerador y tomo el vaso para colocar el agua, aquello me calmo un poco, busco entre la despensa una pastilla para tranquilizar aquel malestar que no entendía por que tan de pronto me vino a dar, luego de sentarme un rato y calmarme me dirijo a mi cuarto de nuevo, cuando llego tomo el teléfono para ver la hora y son las 3am, me acuesto para tratar de dormir las 4 horas que me faltan para ir al trabajo, pero mi corazón aun late desenfrenadamente y aquellos sollozos aun retumbaban en mis oídos y pregunto en voz alta para solo ser escuchado por mí: ¿Qué me está sucediendo?

 

 

Al día siguiente me imaginaba que volvería la rutina de antes, que aquello solo sería una oportunidad que solo le sucede a cada 100 y aquella vez me pasó a mí y ya no me volvería a suceder, pero al regresar mi sorpresa fue aún mayor, más de lo que me esperaba.

  • Srta. López, Muy Buenos Días, le informo que ayer tuvo un espléndido trabajo, no nos esperábamos tanto de usted, sin ofender pero sabe que me refiero a que usted nunca había trabajado en vivo antes, y para ser la primera vez quede muy sorprendido, la directiva tomo una decisión ayer luego de la reunión matutina, ya que usted respondió positivamente queremos seguirla enviando al campo en vivo con otras situaciones o tal vez entrevistas pero realizarlo en vivo y tal vez si sigue respondiendo de esta forma positiva pues vengan mejores ofertas para usted. Me alegro mucho por usted Srta. López.

 

  • Muchas Gracias Sr. Rodríguez, tratare de seguir dando lo mejor de mí, yo más que nadie quiero seguir mejorando para lograr lo que quiero.

 

  • Está bien, vuelva a su trabajo habitual en la oficina y le estaremos notificando de su próximo trabajo en el campo.

 

Todos por los pasillos me miraban de formas extrañas algunos no disimulaban su descontento, por que como yo hay muchos en mi situación, que quieren seguir trepando esos continuos escalones para llegar a lo alto, y en el mundo del periodismo es mucho más difícil que cualquier otro, es un trabajo con mucha presión, pero lo hago con toda mi entrega porque amo lo que hago.

La oficina de recolección de información se encuentra con 5 periodista y nuestro supervisor y la secretaria que lleva el control de la llegada de cualquier información ya sea de nosotros o los demás departamentos, somos el más pequeño de los departamentos, mis colegas son muy carismáticos y a veces me sega su entusiasmo, nos tratamos como compañeros pero no somos muy unidos que digamos, no salimos del profesionalismo. En el grupo solo comprendemos dos reporteras, la Periodista Nicole Contreras y mi persona. Nunca nos tratamos del todo solo nos hablamos cuando son cosas recurrentes al trabajo no va más de allí.

El día transcurrió como comúnmente era, ya a la hora de terminar la jornada, cuando nuestro supervisor nos llama a mi compañera Nicole y a mi persona.

  • Señoritas necesito hablar con ustedes un momento antes de que se retiren.
  • Si señor – dijimos al unísono. Fuimos juntas a su oficina y entremos, nos sentamos frete a su escritorio esperando que tomara la palabra.




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