Correr para despejar mi mente,
cuchillos que se clavan como dientes,
viejas heridas se abren de repente,
por dentro estoy vacío, impotente.
Corro sin rumbo, sin destino,
cojo fuerzas por el camino,
flashes pasan por mi mente,
pasados quieren ser presentes.
Prejuicios me siguen sin cesar,
y me tratan de alcanzar.
Sé que a veces he mordido,
por temor a ser herido,
aunque luego me arrepiente.
Soy de sangre caliente.
Corro solo con mis penas,
aunque esté rodeado de gente;
adrenalina por mis venas,
dejan de estar presentes.
Ya nada me puede alcanzar.
El desamor me enseña que querer,
no siempre es amar;
y me intenta hacer ver,
que querer de verdad,
es amar por amar,
sin nada esperar,
solo amar...