Entre las miradas ajenas
que no dejan de intentar cambiar la visión
que con añoranza has creado,
aquella que no ha dejado de estar en lo más profundo de tu ser y
en los sueños más profundos y confusos que llegas a tener
incluso sin que tus ojos deban cerrarse para verlos,
han sido completamente retenidos
en lo más profundo de aquellas miradas ajenas
que no entienden nada de lo que en tu interior pudiese florecer
y llegar a mostrar lo inimaginable.
Pero… antes de que pudieras llegar a ver la luz
en toda esta oscuridad,
en realidad,
no podrás siquiera sentir
lo que hay más allá de tus propios pies.
Un triste y desolador encuentro…
un encuentro entre la realidad y la fantasía,
que… sin más no poder dejar avanzar y
traer a la realidad
lo que se guarda en un mundo imaginario,
sólo terminará muriendo sin conocer la luz del mundo.
Entre el resguardo de una realidad
que no es aquella que añorabas ver,
ahora sólo puedes seguir sumergido
entre aquellas miradas ajenas,
ajenas no sólo por ser desconocidas,
ajenas no sólo por no saber nada de la realidad…
sino que… son ajenas
a lo que en realidad deberías de comprender,
son ajenas a lo que sientes
y hacia aquellas lagrimas
que sólo Dios y tú almohada han sido testigos.
No llegarás a tener nada más que una cadena que
retendrá aquel sueño que nunca brotará. Pero,
dime, dime, dime, lentamente has muerto,
y lo que antes debía de ser alguien viviendo su vida
ahora ya no es nada más que un cascaron vacío
que no pudo dejar salir al polluelo aquel
que tenía una vida por delante,
todo porque te fijaste en esa mirada,
esas miradas que
desde las sombras de tu espalda se han escondido
y en el momento más critico
han dejado salir
las afiladas palabras
que te han cortado en más de mil pedazos,
no, ni siquiera se dignaron a realizar eso,
sino que… en tu lecho de muerte,
aquel lecho que debió haber sido un sepulcro
que te dejara al fin estar en paz,
ese que debió haber estado en un panteón santificado
para los que han dejado de vivir
y ahora ya sólo pueden descansar de la ardua vida
que ya no les fue posible seguir viviendo y soportando.
Ese lugar que debía de haber sido tu escapatoria final,
ahora ya sólo es un lugar de un alma vacía que añoraba vivir,
aquel lugar que terminó siendo manchado
por algo peor que un simple golpe,
aquel manchado
por las falacias que no fueron más que mentiras
que te sepultaron y privaron de la vida.
Es por ello que hoy,
aunque mi voz es tan tenue
y puede que nunca llegue hacía ti,
sólo diré que no puedes mantenerte por siempre bajo tierra.
Alza un poco la mirada,
ya que no podrás ver nada
sí sólo tus pies es lo único que puedes notar.
Cada vez que has intentando dar un paso hacía lo desconocido,
las miradas nunca te dejaron atrás,
aquello que es un simple paso para algunos,
en realidad, es algo mucho mayor para ti.
Sin embargo,
tras seguir siendo víctima de aquellas miradas ajenas,
no has sido capaz de avanzar,
y aquel sueño ha terminado decayendo una y otra vez.