Suficiente para mí

Capítulo 2

⭑⭒✭✯✩ UN TAL ZUMA EN UNA FLORISTERÍA ✩✯✭⭒⭑

Me levanto y miro la hora, las nueve en punto; me da tiempo a desayunar. Tengo clases a las once y después turno en la floristería. Creo que Iker y sus amigos ya se han ido.

Bajo las escaleras, medio dormida y voy a la cocina. Al llegar busco mis galletas, miro en los cajones. ¿Cómo que no hay galletas? ¿Y mis galletas? Al no encontrar las galletas, empiezo a abrir cajones como loca. ¡Quiero mis galletas!

— ¡Mamá! ¿¡Y mis galletas!?

— ¡Cállate, Luna! —Grita mi padre desde su habitación.

— ¡No me da la gana! ¿¡Y mis galletas!? —Vuelvo a gritar.

— ¡En la despensa! —Responde mi madre.

— ¡Vale, gracias! —Le respondo y voy a la despensa a por mis galletas.

Me siento en la mesa y miro mi móvil

Pink haters universe

Mila: Tú, Luna. ¿Vas a clases?

Sí.

Mari: ¿Y eso? Yo hoy que sepa no tengo ensayo.

Mila: Ah, pues muy bien.

Termino de desayunar y oigo cómo se abre una puerta, así que me giro. Veo como sale Iker y su ejército, digo, amigos, detrás.

Por lo visto seguían aquí.

Eso parece.

— Buenos días —Digo.

Iker me mira rarito.

— Días, de buenos nada. —Susurra él.

¿Ahora qué le pasa?

Resaca, supongo.

— Está bien... —Susurro.

Voy a mi cuarto a cambiarme de ropa, al llegar, veo que está hecho un desastre. Ropa por el suelo, libros tirados por la mesa, la cama sin hacer...

Me acerco a mi armario y lo abro. ¿Qué me pongo?

Camisa y cargo.

De una.

Saco mi camisa del armario y busco los cargo, ¿por qué pierdo todo siempre? Me pongo la camisa, me viene grande. Espera... ¿Me viene grande?

Sí, idiota.

Esto no es mío, bueno, me da igual. Me llega a mitad de los muslos, creo que es la de Iker. En fin.. ¿Y mis pantalones? Creo que en el cesto de la ropa sucia, pero ni idea. Bajo las escaleras y voy al sitio de la lavadora, pasando por la cocina, en donde esta Iker.

— Luna —Dice mi hermano y yo le miro.

— ¿Qué?

Veo cómo iba a decir algo, pero uno de sus amigos le tapa la boca, así que no le doy importancia y voy a mirar en la ropa tendida. Ahí estaban. Los recojo, me los pongo y voy a mi habitación. Al llegar me pongo las botas y cojo mi bolso, en donde meto el portátil, la libreta y el estuche.

Bajo las escaleras y voy a hacerme el almuerzo.

— Na', es demasiado borde. —Dice Iker.

— Es guapa. —Dice Leo.

— Sí. —Responde James.

Cuando entro a la cocina todos se callan.

— ¿Pasa algo? —Pregunto.

— No, nada. —Dice Iker nervioso.

Empiezo a hacerme un bocata, hasta que miro mi móvil, un mensaje.

— Iker, ¿esta tarde tienes prácticas?

Mari.

¿Puedes pasear a Sam esta tarde? Me acaban de decir que tengo ensayo y no me da tiempo.

Ahora te digo.

— Creo que no, ¿por? —Dice dudoso.

— ¿Y tienes planes?

— Lo dudo.

— Perfecto. —Digo con una sonrisita y miro el móvil.

Mari

Mari, Iker saca a Sam esta tarde.

Ok, gracias.

— Esta tarde sacas a Sam, el perro de Mari. —Le digo a Iker.

— Está bien.

El pan se descongela y me hago un bocata. Me lo guardo en el bolso y me acerco a Iker.

— Dile a papá que no vengo para comer.

— ¿Te llevo la comida?

— Me la lleva Félix.

— Está bien... Cuídate Luna.

— Ajá. — Digo, y voy a la puerta. — ¡No te olvides de sacar a Sam! – Cojo las llaves y me voy sin llegar a escuchar si me responde o no.

Me pongo los cascos y empiezo a escuchar música; The Neighbourhood.

Llego al campus y veo a Lucía, compañera mía de clase.

— ¡Luna! — me dice. Yo paro la música y me quito los cascos.

— Dime.

— ¿Dijeron algo sobre usar la perspectiva en el proyecto?

— No dijeron nada, ¿por?

— Porque no la he usado.

— Yo tampoco. Me daba pereza.

— Demasiada.

Empezamos a caminar hacia la clase que nos toca.

Alta pereza.

Toca expresión artistica... Ojalá me pudiera dormir. Al llegar las dos nos sentamos juntas.

— Avísame si dice algo importante — Digo mientras apoyo mi cabeza en la mesa.

***

Noto cómo Lucía me agita como si fuera una batidora y me despierto mirándola.

— ¿Qué?

— La clase ha terminado — Dice, y recojo mis cosas.

Empezamos a caminar a otra clase y alguien se choca conmigo haciendo que se me caigan las cosas al suelo, así que me agacho a recogerlo.

— Perdón, princesa — Dice el chico, le miro, es Leo. Puta vida, ¿por qué él? Empecé a notar mi cara roja, roja como un tomate, pero no le di importancia.

Cómo a tus problemas.

— No pasa nada, Leo — Digo, recogiendo mis cosas y él me ayuda.

— Aquí tienes — Me da mi libreta y yo le sonrío.

— Gracias — Se la quito y la guardo en mi bolso.

— De nada — Me sonríe — ¿Luego qué harás?

— Iré a trabajar y un rato con unas amigas. ¿Por?

— Uh... Nada, hasta luego — Dice, y se va por el pasillo. Parecía nervioso, cómo si me quisiera preguntar algo importante, pero a esto tampoco le di importancia.

Al irse, Lucía me mira, con una expresión de cotilla en toda la regla.

— ¿Quién era? —Me pregunta, interesada.

— El mejor amigo de mi hermano, se llama Leo, ¿por?

— ¿Solo es el mejor amigo de tu hermano? ¿Nada más? —Dice, haciendo como que no escuchó mi pregunta.

— No, nada más. Solo amigos.

— Siempre se dice eso, eso dije yo y mira, ahora tengo novio, uno muy guapo, por cierto —Dice, refiriéndose a su novio, por Dios, ellos dos cuando se juntan parecen la típica parejita empalagosa de los libros, esa que es un "Ay... Te amo, tal, tal, tal" y la otra persona dice "Y yo a ti, mi cosita linda, bonita, preciosa".
Me dan ganas de vomitar al imaginarmelo.



#7007 en Novela romántica

En el texto hay: es amor, es real?

Editado: 20.06.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.