⭑⭒✭✯✩ 1, 2, 3, ENTREVISTA DEL REVÉS ✩✯✭⭒⭑
Hoy es el día. Hoy sí o sí me tiene que salir todo bien. Bajo corriendo las escaleras, aunque en el proceso casi me caigo y voy a la cocina. Al llegar, cojo mis famosas galletas, que en realidad son galletas normales, pero en fin, empiezo a desayunar.
Aún hay cosas de la fiesta de Iker por la casa; confeti, algunas manchas sospechosas en las paredes y más trastos. Y todo eso aunque fue hace una semana. Al terminar de desayunar, vuelvo a ir hacia mi habitación para cambiarme de ropa. Elijo un top negro sin mangas y una antigua falta vaquera que me llega un poco antes de las rodillas.
Cojo mi bolso, y guardo algunas cosas; una libreta, el estuche, el portátil, el cargador, las llaves de casas y bajo a por una botella de agua.
Me tiene que salir bien si quiero ser su aprendiz.
Bajo las escaleras y voy directa a la cocina a hacerme el bocadillo. Aunque no me espero a ver a ese chico con complejo de jugador de rugby al que le apodo Da Vinci en mi cocina, es más… ¿Qué hace en mi cocina?
Pregúntale a él, no a mí.
No. Qué vergüenza.
— Buenos días, Luna —Dice él, mirándome feliz. ¿Por qué mierda me mira así?
Mirada de enamorado.
Mentira, asegurado él tiene novia, a parte, no me gusta.
Eso decimos todos al principio.
— Buenos días —Le digo mientras que voy al congelador.
— ¿Y tu hermano? —Pregunta.
— Durmiendo, supongo, aunque si no es así, creo que está en la ducha.
Abro el tercer cajón del congelador y saco el pan, me lo llevo a la tostadora y espero a que se descongele.
— Por cierto, ¿a dónde vas tan temprano? Apenas son las nueve de la mañana.
— Tengo una entrevista.
— ¿De qué? ¿Con quién? —Dice, con curiosidad.
Al ver que el pan se ha descongelado, lo cojo con cuidado y lo saco de la tostadora. Mierda, como quema.
— Con Lina Blackwood, artista y con Ruby Wood, escritora.
— ¿Lina BLackwood? ¿Esa no es la hermana de Lara? —Dice sorprendido.
— ¿Conoces a Lina?
— Conozco a su hermana, Lara, es compañera mía en clase. ¿Por?
— Lara es la amiga de Mari, y gracias a Marilyn obtuve la entrevista.
— Ah…
Yo, termino de hacerme el bocadillo y lo envuelvo en papel de alumnio, para después guardarlo en mi bolso.
— Bueno… Adiós, Da Vinci.
— Adiós, princesa.
Sonrío inconscientemente al oir su apodo, y me voy.
He quedado en la plaza de la universidad, así que, empiezo a andar haci allí. Mientras que empiezo a andar, noto como alguien me toca el hombro y me giro, dramáticamente, y ahí la veo, las mechas rosas, de una larga decoloración y desteñidas por el tiempo, pelo hasta los hombros, ojos marrones, el pelo hasta los hombros y con las raíces negras de que le ha crecido el pelo.
— ¡Mari!
— ¡Luna! —Dice ella y me abraza. Noto un escalofrío en mi cuerpo, inspiro y expiro, hasta calmarme— ¿A dónde vas?
— Tengo dos entrevistas de trabajo, ¿y tú?
— Que pereza, la verdad… Yo tengo ensayo, al que iré aunque no quiera.
— ¿Y Noah? ¿No tiene nada que hacer?
— Está estudiando para los finales, así que… No hará mucho.
— Deseale suerte de mi parte, por favor.
— Claro, bueno, chao.
— Chao.
Me despido de ella y voy a la plaza, poco a poco, no hay mucha gente, o sea, hay poca y eso me agobia. ¿Cómo explico que me da miedo ir sola por la calle?
O sea… Empiezo a sentir como todo el mundo me mira y me agobio. Siento que me vigilan, cuando en realidad, soy libre. Y sí, ya sé que es raro. Y más cuando hay un refrán que dice “Mejor solo que mal acompañado”, cuando a mí me da igual estar acompañada, por muy mal que me haga. Es más, lo prefiero. La verdad, es qué creo que no me gusta ir sola por la calle porque tengo miedo de que cómo soy mujer, lleguen a hacerme algo.
En el orfanato había una chica, Clara creo que se llamaba, que siempre se burlaba de mí, por todo, cómo que si soy más morena que ella, que sí un día estaba sola en el patio, que si me juntaba con los chicos, y cosas así.
Encima, en el orfanato, si te portabas mal, no te daban comida.
Un pésimo servicio.
Sí…
También había veces que no te dejaban jugar, la verdad es que fue una de las peores épocas de mi vida.
Al llegar a la plaza, reviso mi móvil, por si alguien me ha enviado algún mensaje.
Número desconocido
Oye, tu hermano dice que va a llover.
¿Llevas paraguas?
¿Quién coño eres? ¿De dónde tienes mi número?
Soy Leo.
¿Llevas paraguas?
Ah… El idiota este tiene mi número.
Número desconocido
Y yo que sé, ya me preocuparé luego.
Cambiaste el nombre de este contacto a “Leonardo Da Vinci.”
Guardé el móvil en el bolso, y miro a mi alrededor, justo a lo lejos, enfrente mía veo a una chica, que me está saludando. ¿Es esquizofrénica o qué?
Es Lina, imbécil.
— ¿Eres Luna, cierto? —Pregunta la chica.
— Así es.
— Yo soy Lina Blackwood, un placer conocerte. Ven, vamos a un bar, que ya empieza a refrescar.
— Claro —Le respondo, y mientras que vamos al bar, me dice algunas cosas sobre ella.
Al entrar, me fijo en el buen ambiente que hay, hay música tranquila de fondo y está algo vacío, nos sentamos en una mesa después de pedro algo de tomar y me mira.
— Necesitas un maestro, ¿cierto?
— Así es, en la universidad han pedido que tengamos un referente o algo por si acaso el profesor no puede responder todas nuestras cuestiones, pero una duda… —Le digo y ella me sonríe.
— Quieres hacerme unas preguntas, ¿cierto?
— Por favor.