Suicidios Consecutivos

Capítulo 6

  Este encierro es el más aburrido que he tenido en toda mi ¿existencia? Tal vez se pueda decir de esa forma. No duermo así que las 24 horas del día me encuentro sin saber qué hacer. ¿Saldré algún día? No puedo seguir aquí.

 

 Escucho sonidos provenientes de lejos, como de algo rompiéndose, ¿vidrios?, sí es eso. Surgen sonidos de pasos acercándose cada vez y de personas hablando. 

 

  Aparecen 6 personas con cuerdas en las manos, las puedo contar porque me encuentro pegado a las rejas y tengo una vista completa de lo que está sucediendo. ¿Quiénes son ellos?

 

 Llegan más mientras los que llegaron primero amarran a los pocos guardias que nos vigilaban. 

 

—¿Quiénes son ellos? -pregunto para mí mismo, aunque lo digo en voz alta.

 

—Unos amigos míos -me responde José Gregorio con una sonrisa. No esperaba una respuesta, pero me alegro haber hecho la pregunta.

 

—¿Saldremos?

 

—Te dije que este encierro me mataba -se voltea y le dice a una mujer alta de cabello oscuro- Se tardaron mucho.

 

—No fue nada fácil. La ciudad está controlada. Salgan rápido.

 

 Van abriendo las celdas y vamos saliendo a toda prisa. Al fin soy libre de nuevo y no estoy seguro de cuánto tiempo estuve encarcelado. Al no saber qué hacer seguí a los demás (lo mismo hace Deisy). Paseábamos por una ciudad desolada. Ya no había rastros de nadie (ni de un alma, literalmente). ¿Pudieron huir? ¿Los atraparon a todos?

 

 El viento azotaba los árboles y volaban papeles, bolsas y otras clases de objetos livianos. Ya era de noche así que la brisa debe de ser fría, pero yo no podía saberlo con certeza. Ya que no sentía ni frío ni calor. No sentía nada.

 

 Llegamos a una casa blanca en donde se visualizaba un gran balcón que tenía puestas unas amplias cortinas de un claro naranja, la tela estaba demasiado rasgada y desteñida. Allí nos instalamos en el sótano (que era mucho más amplio que la sala). El lugar era espacioso, con paredes pintadas de un naranja opaco y con robustos sillones.

 

 Escuché las conversaciones y protestas de los planes que aportaban las personas que estábamos ahí presentes. 

 

  Unos querían dirigirse a la empresa en donde vimos a aquella mujer y matarla si es un espíritu ¿Cómo piensan matarla? Otros decían que la secuestráramos. Algunos gritaban que era demasiado arriesgado.

 

  Dejé de escucharlos ya que no se ponían de acuerdo. Me pregunto a mí mismo ¿qué pasará? 

 

 Esa mujer podría encontrarnos y encerrarnos de nuevo o hacernos algo mucho peor. Nunca me imaginé que después de muerto todo sería más complicado que cuando vivía.

 

 Los gritos y las conversaciones se calmaron ¿Habrán escogido un plan? Por los rostros orgullosos y optimistas podía jurar que así era. La mayoría se veían apresurados, se preparaban para lo que sea que han decidido.

 

  Deisy se acerca a mí con un papel en la mano, cuando miro lo miro dice "Diario Panorama"

 

—¡Encontré un periódico! -exclama contenta.

 

—¿Y eso para qué nos puede servir?

 

—Para conocer las noticias.

 

—Sé lo que es un periódico.

 

—Era por si acaso también lo habías olvidado. Mira lo que dice -y empieza a leer- "La ciudad maldita ha cogido una amplia fama por todo el mundo por sus misteriosas muertes que aún hasta estos momentos son indescifrables. Casi un 80% de la población ha sucumbido a alejarse para siempre de la ciudad. El presidente ha ordenado a partir de este 12 de enero una evacuación total. Los cuerpos de seguridad estarán presentes y las personas serán trasladadas"

 

—El 12 de enero fue la evacuación ¿Qué día será hoy?

 

—No lo sé.

 

 Pasaron algunos días y ya estaba todo listo. Atacaríamos el edificio, y no seremos los únicos, otros grupos que se mantienen escondidos lo harán también. Nos preparamos y salimos de la casa.

 

 Miro mi entorno, todo destruido y deshecho. La ciudad está en catastróficas condiciones. Las casas y edificios abandonados y algunos casos destruidos. Las calles sucias y polvorientas. El viento solo trae polvo y basura. Las esculturas decorativas (que yo odiaba por feas, aunque las personas dijeran que es arte) estaban hechas añicos y esparcidos por el suelo. Cables eléctricos cortados y tumbados. Los bombillos de las farolas quebradas. ¿Qué ha pasado? Antes de entrar a esa casa no estaba así. 




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