Suicidios Consecutivos

Capítulo 8

  Más y más van saliendo del edificio. Es la primera vez que veo a tanta gente (espíritus) reunidos, todos ellos vivían aquí y se suicidaron por órdenes de aquella mujer. 

 

  Me quedó en shock hasta que se me ocurre una idea que puede considerarse suicida (si estuviera vivo para poder morir).

 

—¡TÚ! ¡MUJER PÁLIDA! ¿POR QUÉ HACES ESTO? -grito a todo pulmón; aunque estando muerto ya no tengo órganos.

 

 Ella me mira como tratando de adivinar que se supone que estoy haciendo. No entiende que hago y ni yo mismo lo sé.

 

—¿POR QUÉ NOS HICISTE QUE NOS SUICIDARAMOS? -continué- ¿POR QUÉ ACABASTE CON NUESTRAS VIDAS? ¿POR QUÉ NOS ODIAS?

 

 Todos los presentes me miran. Veo el rostro de desconcierto de la mujer.

 

 Percibo unos sentimientos ajenos desbordándose en mi interior. Odio, venganza, mentira, traición, envidia, dolor, tristeza, sufrimiento. Sentimientos tan comunes. 

 

  Lo siento como si fueran míos y a la misma vez sé que son de otros.

 

  No sé cómo, pero lo comprendo ¿o es ella que está haciendo que lo entienda? Ella no es un espíritu como yo creía en un principio. Es algo mucho más que eso, muy complejo y profundo. Fue creada sin intención. 

 

  Ahora veo lo que ha estado mal, veo la verdad tan clara que me siento tan estúpido por no haberlo visto antes. Todos estábamos mal, es nuestra culpa. Nosotros la creamos, con nuestros sentimientos oscuros que albergábamos en nuestro ser. 

 

 Todo eso acumulado a creado a ella, una personificación de nuestros...

 

—Quería crearlo -dice ella.

 

  Todos se apartan dejándole un camino hasta ella. Me acerco lentamente un poco dudoso.

 

—¿Qué querías crear? -pregunto.

 

—Un lugar perfecto. Donde todos fueran felices. Nadie fuera malo. Quería desaparecer los malos sentimientos que me crearon. Fui creada por la oscuridad de las personas.

 

—Haciendo que se suiciden no conseguirás gente feliz. Ellos sólo están siendo controlados. No emiten nada malo porque no sienten nada.

 

—Tienen que ser felices así la infelicidad desaparecerá. Nadie sufrirá.

 

—A pesar de haber nacido del odio tienes buenos motivos, buenos sentimientos porque todo tiene un lado bueno. Tú tienes un lado bueno.

 

—Yo... soy buena -estaba desconcertada pero aliviada. Y esa fue la primera vez que la veía sonreír. Su belleza se realzó.

 

 Se desprendió una refulgente luz blanca de su cuerpo. Me sentía desfallecer hasta que mi mundo se volvió oscuro. 

 

  Desperté sin saber nada. Mi vista se distorsionaba y al cabo de un rato se agudizó. Llegué a donde mi alma anhelaba tanto inconscientemente.




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