Antes de la partida del príncipe, había escrito una carta contando su secreto, se la había dado a uno de los guardias para que se la entregará al príncipe cuando estuvieran asentados. Al final había decidido contarle a la sultana Hürrem, después de todo, no podría ocultar eso por más tiempo.
- La sultana Hürrem puede recibirla ahora, sultana –dice Sümbul Ağa con algo de ironía, por ordenes de su alteza, todos debían llamarme así, a mi poco me importaba ser una sultana, lo único que había querido, era su amor, y ese ya lo tenía. Al final, él le había confesado que si ella se lo pedía, se quedaría, pero para ella, no había nada más importante que su felicidad, y estaba segura que Allah lo protegería y lo harían regresar a casa con bien.
- Sultana –digo haciendo una reverencia nada más entrar.
- Señorita, me han dicho que deseaba verme, ¿qué es eso tan urgente que no puede esperar un día más? –me mira seria, trago saliva.
- Debo confesarle algo sultana –digo nerviosa.
- Habla ya señorita –dice algo irritada, suspiro antes de soltar la bomba.
- Estoy embarazada, hace un mes y medio que lo sé –digo mirando al suelo, mi corazón latía errático, no sabía que pasaría, si me pediría que lo abortará o nacería.
- ¿Mi príncipe lo sabe? –pregunta poniéndose de pie, se acerca a mí.
- No, sabía que si se lo informaba, él se quedaría –digo sin mirarla–, sé que deseaba que nuestra alteza se quedase, pero estaba tan triste, que no tuve el corazón para quitarle esa oportunidad –digo segura, la escucho suspirar.
- Las normas dictan que ese pequeño no debe nacer, pero en vista de que el Sultán permitió la boda, ese niño puede nacer, así que procura cuidarte mucho señorita, recuerda que llevas en tu vientre a un heredero de la dinastía, ahora márchate –dice volviendo a su sitio, asiento, hago una reverencia y salgo rumbo a la habitación de mi amado príncipe.
Después de unos minutos, Sümbul había entrado con algunos regalos de parte de la sultana, ahora me acompañaría a todas horas una de las muchachas, menos mal me llevaba bien con ella, así que su compañía sería bastante grata.