Al día siguiente me esperaba algo muy parecido a lo que ya había vivido el día anterior. Desayunamos los últimos, en casa de mi tía y mi primo empezó a tirar de mi hacia la playa.
Algo le debía rondar por la cabeza, pero no lograba adivinar lo que era. Ayer ya había tenido demasiadas sesiones de
desaires y de jijjijijji jajajaja, y no tenía muchas ganas de ir.
Fuimos los últimos en llegar. Aparqué la toalla donde pude, me senté, me tumbé y luego me volví a sentar, no encontraba la postura. Mi primo se lanzó al agua donde estaban todos, chicos y chicas, jugando con un balón grande, de esos de playa.
Al cabo de unos minutos, salió Noelia del agua sola, lo que me pareció casi milagroso.
Supongo que conocerán un cuadro de Sandro Botticelli llamado “El nacimiento de Venus”. Es un cuadro del
Renacimiento italiano, que está en la Galería de los Uffizzi en Florencia. La Venus de ese cuadro ha sido considerada desde siempre como uno de los máximos de la belleza femenina en el arte. En dicho cuadro Venus, tiene una pose ligeramente arqueada, inclinando levemente la cabeza, está desnuda sobre una concha de almeja muy grande, suspendida sobre el mar; hay unas figuras humanas que a la izquierda del cuadro le insuflan lo que debe de ser aliento divino, y otra figura a la
derecha hace un gesto como de levantar un velo y de
admiración. Esa Venus es bellísima. Botticelli pintaba figuras estilizadas y muy armoniosas. Venus inspira en ese cuadro, amor, dulzura. Es la diosa del amor. Tiene un gesto suave, la mirada un poco perdida, el brazo derecho se alza un poco y le cubre un seno. Tiene una cabellera rubia dorada, larguísima, tanto que la recoge con el brazo izquierdo y se cubre la zona púbica. Como ya he dicho, es un modelo de belleza; pues a esa Venus se le podría considerar una matrona romana, comparada con Noelia, en el preciso trance de salir del agua.
Había, claro está, algunas diferencias: Venus está desnuda y Noelia no, pero llevaba un biquini verde oscuro que no le tapaba gran cosa. Su melena no era tan larga como la de Venus, pero si que tenía los mismos reflejos dorados. Tardé varios segundos en inhalar aire y cerrar la boca. Debía de tener un aspecto bobalicón mirándola.
Buscó en su bolso la peineta y una especie de cartera gruesa donde debía llevar tabaco y se vino a mi lado. Llevaba gotas de agua sobre su piel. Se escurrió el pelo, apretándolo con ambas manos, y salió bastante agua. Lo peinó dejándolo caer sobre lo hombros para que se fuera secando. Esta vez no hizo las ochocientas pasadas de peineta. Algunas menos. Hoy por lo visto, con cuatro o cinco bastaba.
nunca saludaba, ni Buenos días, ni Hola ¿Qué tal?. Nada. Era de la liga antisaludos.
Pues, no. Gracias..- Respondí.
Me miró un par de veces a la cara antes de hablar. Me acordé de mi bañador y me dije:”Como te ataque por el lado del bañador estás perdido”. Le sostuve la mirada todo el rato. O eso o salir corriendo. Sus ojos eran dos lanzallamas a toda potencia. Pasaron algunos instantes mirándonos fijamente.
Por fin echo el humo a un lado y desvió la mirada.
cualquier otra cosa, pero me salió así, de lo más profundo de mi.
…horroroso.- Empezó a reírse, pero con una risa franca.- Tendría que estar prohibido llevar ese pelo.- Cada vez se reía más. Yo estaba sorprendido porque pensaba en mi bañador como mi punto flaco y ahora me salía con el pelo.- En fin…- Dejó de reírse.- Estudias Arquitectura ¿no?.- Parecía que volvíamos a algo más serio.
preguntas.- ¿Y…?.- Continué.