Supernova

[43]

Cuando por fin había sentido que podía respirar, una segunda mano me apretaba el cuello y me cortaba de vuelta todo tipo de oxígeno que había podido recuperar. Cuando llegué a saborear la calma, vino la angustia como una cuchara llena que no pude sacarme de la boca. ¿Podría alguna vez ser algo fácil? La respuesta era obvia.

Jacob continuó mirándome después de soltar las palabras, y mientras que en mi cabeza trataba de planear todas las situaciones posibles que podríamos hacer, más me daba cuenta que el rastreador en el brazo de Morgan significaba que ahora todos estábamos en peligro.

Lo primero en lo que pensé fue en lo obvio.

—¿No se lo puedes sacar?

Meneó la cabeza al instante. Los dos parecíamos estar susurrando para no exaltar a nadie, el problema era que sí o sí iban a terminar enterándose. O por las malas, o por las buenas.

—La puedo herir, no sé dónde exactamente está y no tenemos nadie que pueda curarla en el momento.

—¿Y porqué no pensaron en traer a Olivia o alguien que pudiera? —mi desesperación sonó tan tonta al salir de mi boca. Jacob ladeó la cabeza.

—Me tienes que estar jodiendo —siseó—. Vinimos lo más rápido que pudimos, ¿cómo se nos hubiera ocurrido traer alguien que no puede defenderse en sí?

Frustrada me pasé las manos por el rostro, olvidándome del constante latido doloroso de mi brazo y sin darme cuenta terminé aferrándome a las raíces de mi pelo. Volvíamos a adentrarnos en la boca del lobo y no sabía que podría hacer para evitar que los colmillos nos mataran.

La miré a Morgan, sus facciones fruncidas en puro terror, pensando en cómo iba a salvarla una vez más. Ya estábamos en riesgo todos con ella ahí, ¿cómo iba a hacer para evitar poner en peligro a los demás?

Una mano cálida se posó en mi rodilla y me hizo mirar hacia la persona. Noah estaba con el ceño fruncido.

—¿Qué pasa?

—Tenemos que bajarnos ya —respondí—. Morgan y yo. No podemos quedarnos.

Confundido, y claramente listo para discutirme la locura que acababa de decir, Jacob se adelantó en responder la pregunta.

—La hermana de Taylin tiene un rastreador en el brazo —sonó tan desesperado como yo, los dos sabiendo que estábamos ya mismo ahí parados en peligro de vuelta—. Y no se lo puedo sacar.

La mandíbula de Noah se marcó mucho más de lo que ya la tenía, y miró a mi hermana de costado, la cabeza de Morgan enterrándose contra mi brazo por la intensidad. Después se volvió hacia mí, una decisión en su mirada que me hizo tragar en seco.

—No se van a bajar solas —respondió—. No lo voy a permitir.

—Estaríamos arriesgando a los demás, Noah.

—Creo que ya lo hicimos bastante en el día de hoy, ¿o me equivoco? —discutió, llamando la atención de los otros tres que no habían escuchado lo que estaba pasando. La mano de Noah que seguía agarrándome se apretó—. No puedes hacerte cargo de esto sola, estamos todos acá por ti.

—¿Chicos? —nos llamó Thomas, su cabeza apareciendo detrás de su hermano—. ¿Está todo bien?

Jacob se arrimó a ellos para, claramente, contar la situación y tratar de obviar la reacción de Sue Lee que ya estaba mirando por el espejo retrovisor. Mientras tanto, yo continuaba con mi hermana aferrada a mí y sin bajar la mirada del gemelo a mi lado. No podía ni pensar con claridad, todo mal sentimiento en mi pecho y la ansiedad picándome debajo de la piel.

—No puedo pedirles que corran conmigo —susurré—. Ni a ti, ni a ellos, ni al resto del campamento. Mi hermana puede estar siendo perseguida por el mismo ejército, no puedo pedirles esto-

—¿Y piensas que te dejaría sola sabiendo que estarían siempre detrás de ustedes? —me interrumpió, inclinándose hacia mí—. Nadie más puede sacárselo que Jacob y hay sanadoras en el campamento que van a estar al tanto de tu hermana. ¿Estaríamos arriesgándonos? Puede ser, pero no tienes otra alternativa en este mismo momento.

Sentí como Morgan lo miraba de costado, Noah dándole una pequeña sonrisa en una mueca como para relajarla, y después volvió hacia mí.

—Nos guste o no, Tay —suspiró—. Tenemos que afrontarnos a las consecuencias de los actos de hoy. Buenas o malas.

Me dolió en el orgullo aceptar que tenía razón, que sabía que consecuencias así o peores podrían haber venido de la mano de haber salvado a Morgan. Sin embargo, nunca me había preparado para esa parte, había esperado más el momento de poder darle un abrazo a mi hermana antes de darme cuenta que nada sería simple. La supernova y todo el suceso que vino después lo había dejado en claro.

Mi hermana dejó caer su cabeza.

—Lo siento, Tay —dijo—. Yo-

—No pidas perdón, An, no lo sabías —le sonreí, penosamente, hasta que se decayó al notar como no quiso mirarme y cómo meneó la cabeza. Hasta Noah se frotó la frente—. Lo sabías...

La forma en la que asintió me dio un poco de rabia hasta que noté lágrimas gruesas mojando sus mejillas.

—Sólo quería irme de ahí —murmuró—. Lo siento.

No era momento para enojarme con ella y reprocharle, aparte de la situación en la que estábamos, ella seguía siendo una niña de doce años que tenía miedo. ¿Cómo iba a discutirle algo que cualquier niño hubiera hecho? Solo terminé abrazándole los hombros y atrayéndola hacia mí.

—Vamos a sacarte esa cosa y vas a estar bien —le dije—. Lo prometo.

Claire se levantó de un salto de su asiento, ojeando a mi hermana y después a mí con una mueca tensa, y fue cuestión de segundos antes de que abriera de un tirón las dos puertas traseras de la camioneta. Sue Lee hasta giró su cabeza para ver que estaba pasando.

—¿Se puede saber que estás haciendo? —gritó Sue desde donde estaba, sin respuesta más que los ojos verdes brillando de mi amiga y estirando sus manos hacia la carretera que dejábamos atrás, entendí lo que estaba haciendo.

Cómo había hecho en el estrecho camino que habíamos corrido de la escuela hacia la calle, los árboles habían comenzado a cerrarse entre sí, las raíces rompiendo el asfalto y empezando a armar una pared de gruesas raíces. Escuché a mi hermana suspirar un bajo wow mientras que la veía usar su anomalía, más y más árboles copiando el movimiento de sus manos hasta que pareció haber cubierto diez metros de camino.



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En el texto hay: romance, guerra, poderes

Editado: 02.05.2023

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