supervivencia z

capitulo 12

Han  pasado ya varios meses, empieza a hacer frio y tenemos que prepáranos para el invierno, menos mal que tenemos las placas, porqué ya no hay electricidad. El huerto de Gabriel ha empezado a dar hortalizas, no es mucho pero menos dar una piedra, han sido unos meses  tranquilos, ha llegado más gente, entro ellos hay un constructor y con ayuda de unos voluntarios están construyendo más casas para todos.

Paso el tiempo viendo a los niños jugando, me alegra  ver que han superado esto, pero por alguna razón no estoy de todo tranquila. Sigo teniendo esas pesadillas, apenas duermo, tengo una mala sensación, es como si algo me quisiera avisar de algún peligro.

—¿Te pasa algo?—Me pregunto Antonio,

— No es nada, solo que me preocupa tanta calma.—conteste

—Te entiendo, no es bueno para….la comunidad, baja la guardia.—Comento mirando a los niños.

— Si he aprendido algo de mis años de servicio es que el enemigo atacara cuando menos te lo esperas.—continuo Antonio

—Vaya, no soy la única que piensa en eso.— dije

—He hablado con tu hermano, me ha dicho que hay algo que no le cuadra, cree que debe  haber algo que todavía no sabemos, porque no sé si te has dado cuenta pero cada vez hay menos animales, es como si estuvieran huyendo de algo.— me dijo

—¿De qué?— pregunté

—No lo sé, pero deberíamos de preparar un plan para una posible evacuación del lugar.— reflexiono Antonio

Por primera vez no supe que decir, la verdad es que me había fijado que los animales se van, pero nunca le di mucha importancia.

Reunir a todos para explicar mi plan de escape, solo unos pocos me escucharon, eran todos los que llegamos a este lugar, los nuevos decía que solo quería asustaros porque veía peligra mi liderazgo, que tenía miedo de que alguno de ellos me quitara el puesto de líder ¿Cómo pueden pensar eso de mí?

No me creía pero había gente que quería quítame el puesto, piensa que una chica no lo puede hacer bien. Yo nunca quise esto pero tampoco ser cuando me nombraron líder. Les dije que se podían elegir a uno nuevo pero mi única condición es que todos voten y si ganaba no iba a tomar represalias contra nadie.

Nadie salió contento de la reunión. Los que me apoyaron  me ayudaron a organízanos para evacuar, si fuese necesario.

—Ana, espera.—Era  Willy, uno de los nuevos, era de altura media de unos 17 años, rubio.

—Dime.— dije

— Me igual lo que piensen algunos. Yo ya he pasado por esto ¿Sabes?— dijo

—Continua.— le dije

—Veras, del refugio que vengo, también pensamos que mientras que no salgamos, estaremos seguros, pero no sabes lo que hay fuera. Tú no viste a esa cosa.— dijo preocupado

—¿Cosa?..¿A qué te refrieres?— le pregunté

—No sé cómo definirlo, solo lo llamo cosa. Es enorme, tiene unos dientes muy afiliados como cuchillos y sus manos….-—No termino de habla, solo recordadlo le aterraba.

—¿Eso, fue lo que os paso?  Os ataco.— dije

—Sí, muchos murieron .Los que conseguimos escapar, nos separamos. No sé dónde están, cuando quise darme cuenta  ya había llegado hasta aquí. No sé el tiempo que estuve corriendo, no quería que me cogiera.— dijo

—Vale, estate tranquilo, hablare con la gente de mi confianza para que estén atentos.—Intente no parece afectada, pero no podía evitar pensar en el ser de mis pesadillas, era esa cosa que me había descrito.

Willy se marchó asustado, en mero hecho de recordad lo que le había pasado le aterro.

Estuve pensando en ello ¿Sera esa cosa lo que aparece en mis sueños? Algo me decía que sí, pero  no entendía que tipo de conexión podía tener conmigo y el porqué de mis sueños. ¿Será una especie aviso? ¿Porque yo?  Llegue hasta mi casa, no sé porque pero puse la radio y allí estaba ella. Decía que ha tenido que moverse con mucho cuidado últimamente, pero ahora estaba a salvo, lleva consigo una emisora portátil que ella misma había fabricado.

Conseguí contactar con ella, también lo había visto. Me conto que actúa como líder de los muertos y que puede comunicase con ellos, me sorprendí a escucha esto.

No conseguir dormir nada, no paraba de darle vueltas. No sabía que hacer ¿Debo decirles todo lo que se? ¿Les hablo de mis sueños? Y si lo hago ¿Cómo reaccionarán? Sé que hay uno que desea que meta la pata, se piensa que no me he dado cuenta de lo que está haciendo, pero se equivoca, por eso me ando con cuidado con lo digo y hago. No quiero darle la razón, conozco demasiado bien a ese tipo de gente que se dedica mete cizaña para conseguir lo que quiere aunque eso signifique el fin de todo lo que hemos conseguido.

Amaneció, no me había aclarado nada. Me encontró con Emilio, tiene unos 40 años y el pelo canoso. Sé que caigo bien y que espira a ser el nuevo líder-

—Buenos días, Ana-—Me saludo con una falsa sonrisa

—Buenos días, Emilio.— saludé sin ganas

. —Pareces cansada. Si necesitas ayuda, solo tienes que decírmelo, estaré encantado en ayúdate.— Eso sonó a un reproche clarísimo, aunque lo intente oculta con su falsa amabilidad.

—Gracias, pero todavía no necesito tu ayuda.— le dije fingido una sonrisa

Se marchó muy molesto, pero antes de irse me dedico una sonrisa. Cada día que pasa le aguanto menos, pero no puedo hacer nada. Solo espero que haga algo, que me dé un motivo para cruzarle la cara.

Miguel, vio la escena, creo que le hizo gracia porque se acercó a mí riéndose.

—Buenos días. No caigas en sus provocaciones. Todos sabemos lo que quiere, pero  la mayoría confiamos en ti, después de todo si estábamos vivos es gracias a ti— Miguel

—Eres muy amable, pero no le aguanto, no soporto a ese tipo de personas. Nada más llegar ya quiso adueñase del lugar. Sé que hay gente que le sigue  y que hacen todo lo él dice.— yo

—Ya, pero cumple las normas que pusimos, y sobre sus seguidores, bueno ya has visto que le adora. La gente así es muy peligrosa. Hay que tener mucho cuidado con ellos.—miguel




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