Superviviente Z

Rusia, Vladivostok. Parte 2.

LABORATORIO "TVOREST ZHIZNI"

 

María se prepara como es de costumbre para bajar a limpiar el laboratorio del ala 05 del TVOREST ZHIZNI, mientras tararea una popular y muy triste canción. Ansiosa por irse, siempre es la última en abandonar aquel frio lugar —si nos dejan, nos vamos a querer toda la vida, si nos dejan…

 

Piensa en sus niños y en lo difícil que ha sido para ella todo el proceso para poder vivir en ese país, sin embargo necesitaba huir. Sonríe, pensando en que le llevara de postre a sus pequeños monstruitos, saca una foto de ellos 3 juntos.

 

—Somos nosotros tres contra el mundo, nadie nos separaradice mientras arrastra sus implementos de limpieza—. Joder, se me olvido el alcohol.

 

Antes de ir a buscarlo decide abrir la puerta del laboratorio introduciendo en código de seguridad, deja el resto de su equipo en la puerta para que no se cierre. Cuando finalmente vuelve se horroriza al ver el desastre, toda la sangre y un olor desagradable.

 

—Ave maría, ¿pero qué paso aquí? —Se dice a sí misma

 

Cuando decide voltear, se da cuenta que esta un doctor agachado en una esquina del laboratorio, bajo un charco de sangre

 

—Doctor, ¿está bien? pregunta

 

No responde

 

—DOCTOR, ¿ESTA BIEN? —Pregunta otra vez, notando como el individuo bañado en sangre se da vuelta con pereza para mirarla—. María se horroriza, sus ojos parecen inyectados con sangre, una mezcla entre blanco, amarillo y rojo. Su piel esta  pálida además de notorias venas negras brotadas en su rostro. Sin percatarse siquiera aquel monstruo corre hacia su encima, tomando su brazo y tratando de ¿morderla? María grita, con todas sus fuerzas y corre, corre hasta que sus pulmones no pueden más, corre hasta salir de aquel laboratorio. Con feos temblores, toma un taxi rumbo a su casa. La mujer esta pálida, casi en estado catatónico, con grandes lagrimas brotando de sus ojos.

 

—Se encuentra bien, señorita? —Pregunta el taxista

 

—Si-si es-estoy bien —dice entre suspiros aterrados y temblorosos. —Déjeme aquí gracias —le tiende a tarifa—.

 

Mientras busca las llaves de su casa, recuerda que dejo todo en el sitio de trabajo. Toca la puerta de su casa y su hijo mayor le abre.

 

—Mami, ¿qué tienes? ¿Porque estas llorando?

 

—Nada amor, no tengo nada —dice mientras su mente revive una y otra vez aquel horrible hecho de hace unos minutos—.  ¿Dónde está tu hermanito?

 

—Está dormido mami, debes ver el dibujo que te hicimos. Esta papi encima de una nube, estás tú y mi hermanito y la abuela yume y yo  —dice miguel, de apenas 9 años—.

 

—Está bien mi niño, deja me baño y preparo la cena. Te amo, cielo.

 

—Mami ¿y nuestro postre?

 

—Hoy no pude cielo, pero mañana se los traigo.

 

María entra en su pequeña habitación para darse un baño, sintiendo su cuerpo decaído y con mucho dolor de cabeza. Bajo la ducha, siente un pequeño ardor en el brazo —ese malnacido me rasguño —piensa—. Lava todo su cuerpo y se estruja la cara mientras llora, tratando de olvidar la apariencia de aquel horrible monstruo que vio en el laboratorio… sin saber que en unas horas ella sería uno más.

 

Miguel

 

Mami está tardando mucho, —piensa el niño mientras sube a la habitación de su madre a ver qué pasa. Cuando entra la ve tirada en el piso, con la piel blanca y sangre saliendo de su boca—.

 

—MAMI, MAMITA, QUE TIENES? —Empuja a su madre la cual no reacciona a su llamado—. MAMITA, MI REINA, NO ME DEJES COMO PAPI, NO NOS DEJES MAMI —dice el niño desesperado tratando de reanimar a su mama—.

 

— ¿Qué pasha con leina helmano? —Escucha a su pequeño hermanito de solo 4 años.

 

—Kevin, no veas esto. Anda al cuarto —dice el niño entre lágrimas—.

 

—No helmano, tu no eles mama. ¿Polque no se levanta? ¿Se mulió mi leina?

 

Cuando le va a responder siente como su madre se mueve, aliviado le habla al oído, pero ella con velocidad y fuerza lo toma por sus bracitos y abre sus ojos.

 

Miguel quien la mira, le dice gritando —TU NO ERES MI MAMITA, ¿QUIEN ERES?  —mientras se retuerce tratando de soltarse de aquella cosa con apariencia tan siniestra y maloliente—.




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