Superviviente Z

De Tripas Corazón

DE TRIPAS CORAZÓN

 

Estoy en un estado del cual quiero salir pero mi impresión no me lo permite. Recordar los gritos de esa mujer mientras agonizaba lentamente hielan mi piel y mis sentidos. Ni siquiera en el baño pude evitar escucharlos, no quiero ver por la ventana si esa mujer yace muerta o es una de esas cosas. Su bebé, recuerdo que tenía un embarazo muy avanzado, lloro y no puedo evitarlo. Grito, simplemente no lo soporto, es como mil cuchillos clavados en mi corazón. Es una imagen que se repite una y otra vez cual disco rayado.

 

Que estará pasando en el mundo ahora, me pregunto.

 

Trate de conseguir un poco de señal pero todo está muerto, no puedo comunicarme con nadie de mis amigos. Tengo unas cuantas horas encerrada en mi baño, simplemente no quiero salir, pero tengo hambre… mucha hambre.

 

Decido bajar al lobby, yéndome por las escaleras, no vaya a ser que montada en el ascensor decidan cortar la luz. Cuando llego no hay tantas personas como había más temprano pero se sigue viendo un poco congestionado. Voy al bufete del hotel a buscar algo de comida cuando me encuentro con un advertencia:

 

¡ATENCION!

De manera respetuosa nos dirigimos a nuestros huéspedes para informarles que dadas las situaciones irregulares que estamos enfrentando solo tendrán acceso a dos comidas sencillas diarias en los siguientes horarios:

Primera Comida.

7:00 am. Pisos 1, 2, 3, 4, 5.

8:000 am. Pisos 6, 7, 8, 9, 10.

9:00 am. Pisos 11, 12, 13, 14, 15.

10:00 am. Pisos 16, 17, 18, 19 y 20.

Segunda Comida.

5:00 pm. Pisos 1, 2, 3, 4, 5.

6:00 pm. Pisos 6, 7, 8, 9, 10.

7:00 pm. Pisos 11, 12, 13, 14, 15.

7:30 pm. Pisos 16, 17, 18, 19 y 20

Se les agradece guardar respeto y comprensión. En vista de la situación nos vemos en el deber de controlar el consumo de comida para evitar el rápido escaseo. Sin más ánimos de molestar ¡que disfrute su estadía!

 

Maravilloso Alaska, ya empezamos bien. Son las 9:38 pm y soy del piso 10. Creo que tendré que comer algo de chocolate artesanal que compre ayer en la plaza, espero que no me haga mal.

 

Oh, a menos que diga a la gerente que yo no tuve la oportunidad de tomar la segunda comida y tal vez me dé oportunidad de comer. Realmente estoy hambrienta.

 

—Hola, ¿Cómo estás? —Le digo—. Hoy no tuve oportunidad de comer nada y quería saber si podían darme mi segunda comida como corresponde.

 

La chica mira el reloj y me dice desdeñosa:— lo siento señorita, el horario paso y si alguien ve que le estoy dando comida se armara un alboroto.

 

—Por favor, nadie se dará cuenta. De verdad tengo hambre.

 

—He dicho que no ¡joder! Aténgase a las reglas y sígalas como los demás ¿es mucho pedir?

 

—Vaya pero que carácter que te cargas ¡amargada!

 

Me voy furiosa subiendo las escaleras, como es posible que pague tanto dinero en un hotel tan costoso y viene esa señora a tratarme de esa manera, igualada irrespetuosa, vieja estirada, rata inmun…

 

—Vaya que estas furiosa —escucho una voz y me sobresalto. Veo que es de un hombre, uno muy guapo.

 

—Aparentemente estaba hablando en voz alta, ¿verdad?

 

—Si, a todo dar. Se nota que estas furiosa. ¿Qué te hizo esa “vieja estirada”?  —Me dice con burla.

 

—Nada, solo que le pedí un poco de comida en vista de que no pude tomarla a tiempo y me hablo feo. Ella podrá ser muy gerente y todo, pero debe respetar —le digo al chico furiosa.

 

—Yo tengo un poco de comida de la tome en la segunda tanda, si quieres te doy un poco. No tengo problemas. ¿En qué piso estas?

 

Miro al chico dudosa, ¿y si me hace algo malo?

 

—No te hare nada malo, se lo que estás pensando. Andando y me dices de que piso vas.

 

—Está bien confiare en ti. Soy del piso 10 ¿y tú?

 

—Yo del 8, vamos. Cuando lleguemos me esperas en la puerta y luego sigues a tu habitación —me dice él.




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