La verdad

Capítulo 1: la verdad. 
Todo mundo piensa que al vivir la vida hay que dejar pasar todo, y hay que esperar que la vida nos de lo que necesitemos día con día, pero no es así, así es como todos se imaginan su vida en un futuro. Pero ¿y si no? ¿y si quisieras tenerlo todo y luchar por ello no fuese suficiente?, te doy un leve ejemplo: en un dado de seis lados, ¿Qué posibilidad hay de que salga el número 6? Lo sé, pensaras que es una estupidez y que es muy obvio, la respuesta de 1 de 6, pero ¿qué tal si cambiamos ese dado a uno que todos sus lados sean seis?, un cambio de circunstancias lo hace todo.

Estas sabias palabras las decía mi abuelo, eran parte de uno de los libros que escribió.

Pero esta historia ya fue contada una vez, ¿Qué tal si les cuento otra historia? La mía, mi historia, pues comencemos: 
Hideo Takayama es el nombre del personaje principal de esta historia. 
Como todas las mañanas inicio un nuevo día, antes de abrir los ojos asimilo las cosas, ¿Cómo me recibirá la vida esta vez?

Les explico, todas las mañas sin faltas alguna hay un nuevo despertar, pues sin falta hay una bienvenida de parte de mi familia, fuertes y dolorosos golpes, o suabes y gentiles caricias. 
Durante la asimilación me doy cuenta de que se escucha pasos, peleando por la delantera hacia mi habitación. 
Suspiro -supongo que hoy serán los dos- 
las fuertes pisadas fueron interrumpidas por dos voces, aquellas dos veces son las que menos desearía escuchar después de mi despertar, mi hermana y mi padre, peleando entre sí.

"me toca despertarlo a mi"

"¿! Haa!? Tú lo hiciste la semana pasada, me toca a mi"

<Si no me doy prisa me arrepentiré en unos segundos, ¡rápido! Antes de que puedan abrir la puerta.>

el rechinar de la puerta suena y la puerta se comenzó a abrir. Una vez ya está abierto tanto como para poder ver dentro, el padre y su hija se decepcionan, pues hideo ya hasta se encuentra con su uniforme escolar.

-llegamos tarde- kaito y ame se quejaban mientras regresaban por las escaleras.

Los dos giraron la mirada y sincronizados dijeron -la próxima no te salvaras-

El padre de Hideo hizo señas con sus dedos en señal de: te estaré vigilando. Después de su retirada su madre le susurro por detrás, levantando el dedo pulgar en lo alto.

-bien hecho- susurro

Pues se los explico, hace mucho tiempo decidí comenzar a entrenar para tener un buen físico y buena salud también, aunque hay más razones, pero de un día a otro mi padre se unió a mi entrenamiento y desde entonces hemos estado en una dura competencia, el me ataca mientras duermo es parte de la competencia, pero mi hermana al ver esto se unió, solo a atacarme por supuesto.

-ya me voy-

Cuando me despido es agradable recibir respuesta a ello, es difícil de explicar, pero siento un calor en mi pecho que me hace sentir feliz.

-ve con cuidado, que te valla bien- "(Hiroko, mi madre)"

-cuídate- "(Aneko, mi hermana menor)"

-más te vale traerme dulces- "(Ame, mi otra hermana hermana menor mayo que Aneko)"

-¡¡Esta noche te voy a vencer!!- "(kaito, mi padre)"

Puede que no lo demuestre mucho, pero los quiero mucho, desearía que todas las mañanas sean así. 
Cada día paso por la casa de Aiko, para que nos vallamos juntos, porque sí, tenemos tanta buena suerte que desde el prescolar hemos estado juntos en las mismas escuelas, y también somos vecinos, aunque desde hace años comencé a sospechar que nuestras madres están involucradas con esto.

-Lo siento, me quede dormida, te puedes ir sin mi-

Suele suceder a menudo, a ella le encanta jugar videojuegos y algunas veces... no, casi siempre se queda despierta hasta tarde jugando. 
De camino al instituto, escucho un saludo detrás de mí, el sonido del saludo es anormalmente con poco ánimo y de un tono bajo y extrañamente da escalofríos.

-Buenos días Hideo-

-Que tal Kazuto- 
Kazuto, lo conocí en la secundaria, es un muy buen amigo, es el tipo de persona que nunca te traicionaría ni por su propia vida, siempre en su cara hay una expresión desanimada, pero es un chico feliz, internamente, pero lo es, ¿Qué más les podría contar de él? Deposito toda su confianza en mí como yo la puse en él, algunas veces me cuenta sus pensamientos, más nunca los dice en voz alta, él es muy respetuoso.

-¿Que despertar te sorprendió hoy?- 
Como dije, él me cuenta todo y yo a él también.

-Hoy logre evitarlo-

Es muy normal que él sepa de lo que pasa en mi casa, ya van varias veces que ha ido a hacer tarea a mi casa, y mi familia también lo conoce bien. 
Tras nosotros otra voz se comenzó a acercar

-!Hideo!, y mi amorcito kazuto-

Otra explicación, ella es Sumi Yamaguchi la conocimos igualmente en la secundaria, es muy conocida en el instituto entero, es la más popular de aquí, pero de todos en la escuela le gusta molestar a Kazuto diciéndole cosas que comúnmente se dicen las parejas, a ella le gusta hacer sonrojar a Kazuto llamándolo de diferentes manetas como: amorcito, cariño, gatito, lo sé suena extraño, pero así es, pero no hay problema y no intervengo, después de todo a él no le importa ser molestado y le encanta que ella le diga así, me lo conto en la secundaria, él siente cierta atracción hacia Sumi, pero él y yo no estamos seguros de que ella siente lo mismo. 
Nos quedamos platicando por un rato en ese lugar, y así hubiera seguido si no fuera porque Sumi comento: 
-Se va a hacer tarde, vamos al salón- 
Caminamos a los salones y las campanas sonaron, junto con el profesor entrando por la puerta, en este salón hay una regla, cuando el profesor cierra las puertas, nadie más entra. 
Kazuto que se sienta frente mi se dio la vuelta hacia mi dirección

-¿hacemos una apuesta?, llega o no- 
Casi siempre que no me ve llegar con Aiko hace la misma pregunta, algunas veces gano yo y otras él.

-Como ya es costumbre apuesto a que si- respondí.