POV: Isaac.
Allison intenta evitarme a toda costa, pero yo sé que la pongo nerviosa cuando estamos muy cerca. Quisiera probar sus labios y recordar el sabor antes de dormir, pero ella no me paso a ningún chance, por lo que debo ser inteligente y demostrarle que yo también puedo jugar de la misma forma que ella lo hace conmigo.
Ya estamos de nuevo en su casa y observo a su hermano sentado en la mesa. Durante el cortísimo viaje solo me hizo una pregunta a la cual no supe responder completamente: ¿Por qué aguantas a mi hermana? ¡Es fastidiosa!
Quiero darle a entender que ella tendrá que acostumbrarse a mi, porque no pienso dejarla ir.
Su madre me invita a sentarme a lado de Allison, quien no hace ninguna morisqueta. Probablemente ya esté amenazada con no salir.
Allison se levanta un momento para servir la bebida, mientras la señora Regan distribuye los platos con, esperen, ¿ESO ES LASAÑA?, oh sí.
Inhalo inconscientemente el delicioso plato de comida, y mi estómago ruge. Espero un momento hasta que todos estemos sentados en la mesa.
— Agradezco su invitación, señora Regan — digo de una forma sumamente gentil. Pensé que sería más complicado conocer a la mamá... de mi novia.
— Y yo a ti por estar aquí — asiente y comienza a comer. Hago lo mismo. Esperaba al señor Regan, pero Allie me comentó que no iba a llegar por planes de trabajo. Aunque no parezca, es un alivio momentáneo no conocerlo en este preciso momento. Sería más difícil para mi poder digerir la comida sin evitar su probable mirada asesina.
Hago lo mío con la comida. Pruebo un pequeño bocado y quedo maravillado. No dudo en moderarme, pero también saboreo cada cucharada de la lasaña.
Me pregunto si Allie cocinará así. De ser el caso, no me molestaría llegar del trabajo y probar todos los días su comida.
Me sorprendo al imaginarme la escena. Supongo que el pensar en un futuro así con ella parece algo que nunca llegará, pero mantengo esperanzas.
Más allá de su faceta de niña orgullosa, observo a una chica inteligente, decidida y particularmente divertida.
Acabo mi plato y la señora Regan me ofrece otra porción, a la cual no me niego. Bryce ríe un poco pero disfruta también de su segundo plato. Allie se dedica a comer sin ningún apuro.
— ¿Cómo se conocieron? — me detengo un momento y proceso la pregunta.
Allison se atora con la bebida y Bryce se burla de eso. Su madre pone orden y espera atenta mi respuesta, porque sabe que Allie no va a decir nada.
— Bueno, fue hace tres años, cuando ella recién había aparecido en el instituto, en la cafetería, estaba peleando por un postre y le cedí el mío — Bryce estalla en risas y basta una mirada terrible por parte de su mamá para que calle. Allison está algo sonrojada. Solo sonrío y me llevo otro bocado.
— Compartíamos varias clases en ese año, como Artes, Literatura y Educación física — afirma Allie de una manera seria.
— ¿Y cómo se hicieron amigos? — ahí estaba el verdadero lío. Estaba seguro de que si Allie abría la boca, confesaría que soy su acosador personal.
— Casi no nos hablábamos, pero fui algo insistente porque en serio quería conocerla — me adelanto. Prefiero tener las cosas en calma.
— Oh, entiendo, ¿Eres de aquí o vienes de otro país? — el interrogatorio parece no terminar. No es que no quiera responder sus preguntas, sino que es algo pronto y Allie no me ayuda para nada.
— No, siempre he vivido aquí, gracias a mi padre no hemos tenido necesidad de mudarnos, además no podría irme, y si pasa alguna vez, siempre regresaría a mis raíces — su mamá me brinda una sonrisa tierna.
— Nosotros nos mudamos para tener un poco más de sedentarismo, porque mi marido viaja muy seguido debido a su trabajo, y pues esta ciudad tiene buenas oportunidades para nuestros hijos — termino mi segundo plato y asiento. Espero nuevamente a que todos terminen y me ofrezco para lavar los platos.
La señora Regan niega completamente, comentándome que aún falta el postre. Allie retira los platos sucios, dejando despejada la mesa. No hago comentario alguno, pero decido ayudar a poner el postre en la mesa. Una sonrisa de gratitud es todo lo que me da la señora Regan y manda a Allison a sentarse. Llevo los platos y acto seguido la señora Regan reparte una rebanada del pie de manzana.
(...)
Después de lavar los platos, estamos de nuevo en la sala, sin Bryce. La señora Regan me comenta varias fotos de Allison y todo es risas. Era tan tierna con esa gran sonrisa, que ahora ya no muestra mucho. Miro la hora y son las tres de la tarde.
— Mamá, te agradezco por enseñarle las fotos, pero nos tenemos que ir, ¿verdad, Isaac? — comenta entredientes, molesta. Soy comprensivo y le sigo la corriente.
— Es verdad, en otro momento podemos seguir conversando, si no le molesta, señora Regan — acoto educadamente.
— Puedes llamarme Myrtle, y con gusto serás bienvenido, espero y Allie te traiga más seguido — ella se lleva la mano al pecho pero no puede decir nada. Reímos un poco y me despido.
— Solo no la traigas después de las 7, por favor — es lo que escucho cuando estamos camino a embarcarnos en mi auto.
— No lo dude, Myrtle — agito mi mano en señal de despedida.
Ocupo el puesto de piloto y enciendo el motor del auto.
— Sabes que le caíste bien, ¿verdad? — Ahora entre nosotros vamos a "ajustar cuentas".
— Sí, y te agradezco a ti por no decir nada negativo — suspira. Trae puesta mi chaqueta y me gusta cómo se le ve.
— Al menos ya pasaste esa prueba — arranco y manejo acompañado con la música y mi gruñona novia.
— Debería invitarte a que conozcas a mi familia — su reacción es tal y como me la imaginé. Niega inmediatamente la cabeza y eso me pone un poco triste.