Surprise me!

~ ¿Baile sin ton ni son?

POV: Allison.

Todo fue una locura aquel fin de semana. No he dejado de preguntarme el porqué no se fastidió o simplemente me dejó elegir sola la ropa comprada.

Bueno, es miércoles y ahora todo el mundo sabe que Isaac y yo salimos. El lunes parecía que todo fuera una mentira, pero me han visto salir de su auto y caminar a lado de él. No he negado nada, total, que la gente crea lo que quiera.

He oído muchos cuchicheos a los que obviamente ambos no les hemos puesto atención. Isaac no es un chico cualquiera en el instituto, incluso está en un grupo bastante conocido apodado "Galanes" por chicas babosas, así que es pan de cada día escuchar rumores -a veces bastante absurdos- sobre los chicos que lo integran.

Ahora, estamos en receso. El que seamos algo no ha impedido que cada uno continúe con su rutina. Fue una de las condiciones que puse cuando no tuve más remedio que aceptar esta locura. Lindsay sigue mirándome como si no me conociera.

— Sigo sin creer que seas novia de Burrell — comenta, disfrutando su sandía.

— Pues ya es hora de que aterrices, porque lo soy y no tengo que negarlo — estoy cansada. ¡Basta de estúpidas preguntas!

— Creí que jamás ibas a hacerle caso — lleva toda la jodida semana repitiendo la misma frase. Si no fuera mi amiga, ya le hubiera tirado encima la soda.

— Linda, por última vez, te expliqué lo que sucedió, ¿Ya? ¿Quieres darme un respiro y hablar de otra cosa? ¡Me agobias mujer! — bufa y me mira como si fuera una amargada. Realmente lo soy.

— ¿Qué planes tienes este fin de semana? — sigue con su ensalada de frutas. Por mi parte yo saboreo mi rebanada de pizza.

— Voy a ir a un baile con Isaac — digo sin una pizca de emoción. No me gustan las fiestas, pero lo hago por la promesa.

— Yo tenía planeado ir a tu casa un momento — no le creo. Ella pasa fines de semana paseando con su novio, Thomas.

— Y yo dormir todo el día, pero ya ves que nada se puede — ríe amargamente.

— Como te conozco, voy a ayudarte — ¿Ya? ¿Ayudarme? No creo que sea una opción válida.

— ¿Y se puede saber en qué? — me mira obvia. Que yo sepa, puedo maquillarme sin parecer un mapache y la ropa ya está elegida.

— En arreglarte para que te veas regia — sonríe maléficamente. Pego una risotada, y no me importa el escándalo que hago.

— Hey mujer, gracias por tu ayuda, pero no creo que vaya a irme tan mal — pone sus manos en su cintura. Intenta mirarme de manera severa, pero no le sale. La conozco y quiere regañarme por menospreciar su oferta.

— Voy a ir, quieras o no, y te ayudaré — me apunta como si me estuviera portando mal. Pongo la típica carita de cachorrito, porque sé que no se rendirá y si es posible trepará hasta mi habitación para verme.

— ¡Está bien! ¡Tú ganas! — finjo rendirme. Sonríe victoriosa y a continuación el timbre nos saca de quicio a todos. Tenemos diez minutos para entrar a las respectivas aulas.

— ¿Qué clase nos toca? — interroga y miro el pequeño horario que cargo en mi cuaderno de apuntes.

— Ugh, matemáticas — ambas hacemos una cara de desagrado. Caminamos algo rápido para conseguir los mejores puestos, y así que el señor Huggens no nos pregunte a cada rato.

Choco con alguien. Pido disculpas pero no es suficiente.

— A ti mismo te quería ver — dice Beatriz. Me burlo en su cara. No puede hacerse la ruda, si solo pasa en el papel de la rogona.

— Aquí estoy, adelante — la miro desafiante. He sido protagonista de pequeñas riñas que acaban en retención, nada más, así que no tengo miedo de una adicional.

— ¿Es verdad que eres novia de Isaac? — intenta provocarme, pero no le doy gusto.

— Sí, no tengo porqué negarlo, ¿te afecta en algo? — alzo una ceja, dándole énfasis a la pregunta. Analizo su rostro compreso de celos.

— No te creo — se acerca a mi rostro, intentando intimidarme. No funciona conmigo.

— Si quieres pregúntale — soy accesible. No tengo que darle razones a nadie, menos a ésta que quiere molestarme.

Lindsay ha desaparecido y al contrario, las amigas de Beatriz han hecho un círculo, llamando la atención de por lo menos diez personas que pasaban en el pasillo.

— ¿No podrás hablar tú solita? — se burla y no me hace gracia.

— No necesito comprobarte nada, el que quiere cree y el que no, pues ahí se ve — estoy cansada de esta estúpida discusión. Así que la aparto y camino hacia mi clase.

— ¿A dónde vas, niñeta? — no entiendo como quiere darme miedo, si ni amenazante suena.

— A clases, todos deberíamos estar allá, ¡Así que dejen el chisme que esto se acabó y sigan con sus vidas! — alzo la voz, haciendo que algunos me hagan caso y quedamos solo la pandilla absurda de Beatriz y yo. No hay miedo.

— Beatriz — la voz firme de Isaac aparece. Ella sonríe, parece que en su ilusión lleva todas las de ganar.

— Querido Isaac, ¿Cómo has estado? ¿Por qué ya no hablamos como antes? — Su insinuación hacia él no hace efecto en mi y me mantengo inexpresiva. Ella se acerca como víbora pero Isaac logra apartarla de una manera delicada.

— No molestes a Allie — es lo único que pronuncia. Isaac me apega a él. Intento ser seria, pero me da gusto que no se haya salido con la suya. Me doy cuenta que ha sido Linda que ha ido por Isaac.

— Sigo sin entender porque andas con esa, cuando hay más chicas, MUCHO MEJORES, a tu disposición — me menosprecia, pero como he afirmado, tengo el orgullo bien alto y no me dejo pisotear por nadie. Isaac quiere burlarse, pero es un caballero y eso hay que reconocerlo.

— ¿Y si dejas de tirar tu dignidad al suelo con esas frases que por cierto, ni me dan miedo, y te vas a clases? — un "uhhh" sale de la boca de Lindsay, que enseguida guarda silencio.




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