POV: Allison.
— ¿Qué haces aquí? — lo digo de una forma agresiva. La miro desafiante mientras ella acomoda su mochila.
— ¿Acaso no es obvio? — responde para luego comenzar a caminar.
— ¿Qué quieres hacerle a Isaac? — pregunto nuevamente tomándola del brazo, haciendo que se girara en mi dirección. Se suelta bruscamente.
— Ay, no hagas como si él de verdad te importara, todos sabemos que estás con él pero que no lo soportas— hace una pausa — y que en cualquier momento aprovecharás para deshacerte de él — lo dice cerca de mi oído. Siento que la cara me hierve del enojo que cargo.
— Dirás que eso lo crees tú — es lo que atino a decir. Ella sonríe de lado, siendo más una mueca.
— Mira Allison, siéndote sincera, Isaac merece a alguien que lo ame y esté con él libremente, no escondiéndose ni mucho menos mendigando amor de otras personas — aprieto mis dientes y enseguida me cruzo de brazos.
— ¿Y acaso tú eres esa persona? — interrogo con rabia en mi interior, sabiendo la posible respuesta. Siento mucho odio en este momento que si dice otra estupidez, no me va a importar arrastrarla por el hospital.
— Siempre he estado pendiente de él, a pesar de todo, así que ya tienes la respuesta, y si me disculpas, mejor corre porque se te hace tarde y no tienes permiso — camina rápidamente, adentrándose en el hospital.
Respiro profundo y decido no seguirle la corriente para ahorrarme problemas. Tomo un taxi hasta el instituto y en el camino pienso en todo lo que esa víbora dijo.
En el instituto (...)
— ¡Allie! — me llama la atención Linda —. ¿Qué te pasa? no has querido comer ni una manzana, además tampoco desayunaste, me estás asustando — murmura inspeccionando mi cara. Había llegado para la segunda hora de Historia. Lindsay no dejaba de preguntarme sobre mi estadía, pero en este momento es en el que voy a contarle lo de Beatriz.
— Beatriz llegó al hospital justamente cuando me retiraba, me dijo un montón de cosas tan estúpidas que te juro que si no hubiésemos estado en ese lugar, la arrastraba, pero también pensé en Isaac y su familia, seguramente no perdonarían que me comporte de esa manera — termino suspirando.
— Ay Allie — soba mi hombro, intentando consolarme. Muerdo mi labio inferior mientras las palabras de ella retumban en mi mente.
— Yo sé que Isaac y tú se quieren, aunque tú no seas la persona más cariñosa, pero realmente sienten algo, así que no le hagas caso a esa niña boba — suspira palmeando un poco mi espalda. Sí, Lindsay tiene razón, pero es inevitable pensar en ese instante.
— ¡Venga! ¡Vamos a clase! — Lindsay me jala. No me había dado cuenta que ya era hora de ingresar nuevamente. Camino perezosamente por los pasillos, con los ojos aguados y no sé por qué.
En casa (...)
— ¡Allison! — Bryce se pega a mi cuerpo. Lo miro con una ceja alzada, nunca me había recibido tan alegre.
— ¿Cómo está Isaac? — pregunta mirándome ansioso. Sonrío de lado.
— Está bien Bryce, le ha encantado la sopa — informo. Seguramente quería saber eso.
— Allie, ¿Cómo pasaste la noche? — pregunta mi mamá saliendo de la cocina con un trapo en sus manos.
— Isaac se ha portado como un niño, pero no ha tenido problemas, estará bien — apenas me escucha ríe.
— ¿Y piensas dormir allá de nuevo? — camino hasta el comedor. El almuerzo estaba servido.
— Pues, prefiero terminar lo que tengo hoy, porque mañana iré todo el día — comento sentándome. Mamá me da una mirada.
— Algo te pasa a ti, ¿vas a contarme? — interroga tocando mi hombro. Alzo la mirada del plato de sopa. Sobo un poco mi cabeza y suspiro.
— Es una chica, que supuestamente conoce más a Isaac, empezó a decir que no debería estar con él porque en pocas yo soy una interesada o no sé, la verdad no sé — respondo mientras revuelvo la sopa con la cuchara.
— Y supongo que te afectó para que estés así — muerdo mi labio inferior. ¡Maldita sea! ¿Cómo me conocía bien? Ah cierto, es mi madre.
— Es lo peor — aseguro antes de dar la primera probada al caldo. Odiaba esto, pero no tenía ganas de quejarme.
— No tienes por qué dudar lo que sientes — hace una pausa al ver que dejo la cuchara de lado — Sabes que no me siento a hablar mucho contigo sobre ese tema, pero ahora que te veo así, sé que te importa demasiado, porque eres difícil de atormentar — acaricia mi cabello antes de sentarse.
— Isaac te adora, ¿acaso le ha importado todo lo que dicen a sus espaldas? No, por algo siguen juntos, o, ¿acaso él te ha dejado de lado? — me mira para que yo responda, a lo que solo me quedo callada y ella se levanta — Y un montón de preguntas más. Lo único que te voy a decir, es que si de verdad quieres, no pierdas oportunidad y sé feliz — murmura cerca de mi oído antes de irse.
Me tiro a mi cama apenas llego a mi habitación. La verdad no tenía ánimos para ABSOLUTAMENTE NADA. Como puedo, me levanto y alisto una vez más todo para el siguiente día. Definitivamente iba a ir y si tenía que ver a Beatrice y sacarla del cuarto, lo haría.
Vuelta al hospital (...)
Mamá besa mi mejilla antes de irse. Ingreso nuevamente al tétrico lugar para encontrarme únicamente con Sandy. Isaac permanece dormido.
— ¡Allie! ¡Vaya que cumples con tu palabra! — exclama Sandy antes de abrazarme. Sonrío para luego mirarla. Su cara está un poco pálida y sus ojos opacos.
— También me alegra verte, ¿cómo has estado? lo siento si no llamé ayer, necesitaba dejar hecho algunas cosas y bueno, aquí me tienes — me hace sentar a su lado.
— Hasta ahora bien, el doctor ha dicho que si todo sigue así, él podrá irse en dos semanas — comenta mirando a la camilla.
— ¿Dos semanas? ¡Eso es demasiado! — alzo la voz. Enseguida abro los ojos. — Lo siento — me disculpo.
— Sí, necesitan hacerle más exámenes y asegurarse de que no tenga futuras complicaciones — suspiro rindiéndome.