POV: Allison.
Sé que lo repito mucho, pero de verdad que nunca había sentido lo rápido que había pasado el tiempo.
Un año. Y todo lo del instituto había acabado.
El gran baile jamás se hace esperar, y, por lo tanto, todos vamos muy elegantes para despedirnos y tomar nuevos rumbos en nuestras vidas.
¿Qué podría decir? Únicamente había tenido a Lindsay e Isaac. Posiblemente, daría un par de palabras a quienes se acercaran para despedirse en la ceremonia de egreso.
No podía creer que hace diez meses esté ligada a Isaac. ¡Vamos! Es decir... Él había estado intentando hablarme por casi tres años.
Es gracioso como la vida te juega una pasada. Ahora hasta mi propio papá me restriega en la cara el no haberle presentado antes a Isaac.
— ¿De qué te ríes? — interroga mi novio mientras caminamos por la acera. Yo veía el fuerte agarre de nuestras manos.
— Recordé cuando conociste a mi papá, nada más — respondí burlona. Isaac se sonroja. — Pero mira que ha progresado su relación, te invita a ver los partidos cuando está en casa, no me niegues que la pasas bien — volví a hablar. Él asintió con entusiasmo.
— Eso es verdad, por cierto, ¿él vendrá para la graduación? — preguntó. Yo solo me encogí de hombros.
— Supongo que hará lo posible para estar aquí — contesté. Lo único que podía afirmar era que seguiríamos viviendo en este lugar por más tiempo.
— ¿Y qué tal les va con el ponche? — cambió de tema. Esta noche sería el baile y mi curso estuvo a cargo de la mesa de bocaditos.
— Ya sabes, llevarán el ponche sin alcohol y al menor descuido alguien tirará licor y se armará la gran fiesta — comenté intentando no reírme. Lindsay dijo que si nadie iba a ofrecerse, ella llevaría la botella de aguardiente para animar el lugar.
— ¿Y a ustedes? ¿Todo bien con los repasos? — volví la pregunta. Sabía que les iría genial. El lado musical de Isaac era similar al mío, aunque se podría decir que él era más diestro con la guitarra, pero ¡oigan! Yo no me quedaba atrás.
— Vamos a interpretar una canción secreta, ya verás — reveló guiñándome el ojo. Reí ante la idea.
— Claro, ya me imaginé que su club de fans se volverán más locas con sus pancartas — le molesté, aunque sabía perfectamente que las chicas se lanzarían hacia Jay y Josh.
— Bueno, espero que también hayas preparado una pancarta para gritar mi nombre — responde alegre. Volví a reír.
— Te veo esta noche, galán — dije y besé suavemente sus labios para luego ingresar a casa, pues teníamos que prepararnos.
(...)
Eran las 11 de mañana cuando fui "secuestrada" por Lindsay y Sandy. Obviamente, nosotras habíamos hecho previamente las compras, pero esta vez era diferente porque teníamos una cita en la estética de belleza.
Me encantaba mi look, pero debía admitir que necesitaba un cambio. Está bien, quería ser un poco popular diciendo que estoy "cerrando ciclos" porque ya terminamos una etapa importante, pero más que nada, sentía que estaba aburrida de llevar el cabello así.
Cuando me senté y miré a la estilista, intenté no entrar en pánico, porque el corte de cabello que había pedido definitivamente me iba a hacer ver mayor, pero ya estaba aquí, no podía arrepentirme.
Sandy me hacía porras, diciendo que iba a lucir aún mejor el vestido que habíamos comprado. Lindsay estaba a mi lado, igualmente siendo atendida, pero ella iba a tinturarse el cabello.
Salimos del salón y yo me sentía un poco desnuda. El corte más bajo de mis hombros hacía que pensara que me quedé calva y ante tal comentario mis amigas rieron.
Solo necesitaba acostumbrarme, pero por si las moscas coloqué un gorro en mi cabeza. Tuvimos un almuerzo de chicas y luego dejamos a Sandy de pasada porque ahora teníamos que irnos a arreglar los detalles de la mesa.
Tal y como había prometido, mi loca mejor amiga me mostró que en su bolso llevaba una pequeña botella de licor. Intenté hacer una nota mental de no aceptar una bebida de ella, pero eso iba a estar difícil.
Terminamos de organizar el caótico gimnasio para luego irnos corriendo y vestirnos. Teníamos exactamente dos horas para poner nuestros traseros de vuelta y vernos preciosas. Lindsay había aceptado ser pareja de Keith, cosa que no me sorprendió. Se llevaban muy bien y como el novio de ella no podía estar aquí, pues era una buena opción.
Sabía que Isaac tenía que estar antes por la prueba de sonido, por lo que no me recogería. No importaba mucho, pues Sandy era quien nos iba a dejar en la entrada del instituto.
Mamá estaba muy feliz y se le llenó los ojos con lágrimas cuando me vio con el gran vestido que habíamos comprado. Bryce solo me mostró su pulgar arriba, mientras regresaba a la piscina que habíamos construido hace un mes.
— ¿Qué van a hacer después de la fiesta? — interrogó mi mamá. Bueno, Isaac y yo precisamente habíamos salido en la mañana para hacer planes.
— Vendremos aquí, mamá, ¿si se puede quedar, verdad? — pregunté con ojos de cachorrito. Mi mamá me miró con los ojos entrecerrados y luego rió.
— Claro que sí, solo no vengan borrachos que no quiero cuidar enfermos mañana — aseguró. Saqué la lengua y mi mamá contraatacó haciendo lo mismo. Luego, me hizo posar para que me tome fotos y pueda enviarlas a papá.
Los ojos de mi mamá irradiaron luz cuando le pedí que me acomodara la cinta que Isaac me dio.
— Cuídense, no tomen mucho o les espera la correa — finalmente comentó cuando Lindsay tocó el timbre y yo salí. Sonreímos y nos despedimos con un abrazo.