Tiempo después (...)
POV: Isaac.
Las cosas se pusieron increíblemente rápidas una vez que sucedió la ceremonia de graduación. Fue un día tan fantástico que incluso la familia de Allie y la mía organizaron una comida y pudimos disfrutar el grandioso día. Mamá se llevaba demasiado bien con Myrtle, pero no podía decir lo mismo de Bryce y Ginny.
Ginny se mostraba muy cariñosa con Allie, y le sacaba la lengua a Bryce. Allie solo se reía porque Bryce hacía un puchero e intentaba ignorarlas, pero creo que le parecía muy difícil no tener la atención de su hermana mayor.
Al final, los dos terminaron haciendo las paces a pedido de Allie y se fueron a jugar con Dusty, porque cuando llegó la tía de ella, enseguida acogió a Reggie en sus brazos. No podían negar que estaban celosos de una bebé.
Ah, qué lindo recuerdo.
Lo siguiente que pasó fue que ambos planeamos ir a la universidad, pero no en ese año. Pensar en nuestro futuro fue más difícil de lo que se escuchaba porque teníamos que trabajar hasta que lográramos inscribirnos en el próximo periodo. La postulación había sido enviada y Allison había elegido Diseño Gráfico, mientras que por mi lado pensé en Comunicación Social. Nos pusimos muy felices cuando encontramos nuestras elecciones en la misma universidad. Creo que no soportaría estar lejos de Allie y de mi familia, por lo que era una bendición.
Yo seguí con mi trabajo en la cafetería, pero a tiempo completo. Allie consiguió un empleo en una papelería en el centro comercial más cercano. Los domingos nos dedicábamos a estar con nuestra familia y los sábados salíamos. Realmente fue duro. Pasamos juntos mucho tiempo en el instituto y ahora teníamos más responsabilidades que, prácticamente y con suerte, lográbamos vernos un día a la semana, y no quiero ni mencionar cuando había temporada alta en el trabajo de ella. El día que fue nuestro primer aniversario la pasamos ocupados, tan solo pudimos hacer una videollamada en la noche pero nos aseguramos de pasar ese próximo sábado en la naturaleza, haciendo un picnic a las afueras de la ciudad, muy felices por haber logrado mucho. Le eché un poco en cara que yo había ganado y ella solo rió antes de darme las gracias. Ese día volví a prometerle la luna y las estrellas y ante la exageración ella apretó mis mejillas y jugó con ellas como si fuera plastilina. A fin de cuentas quedamos en que los dos conquistaremos el mundo, a la par.
Por otro lado, quedaba tres meses para iniciar clases y teníamos que organizarnos para todo.
— Trabajas demasiado, cariño — comenté cuando la vi sin maquillaje por medio de la videollamada. Las ojeras estaban marcadas.
— No quiero ni saber cómo nos irá en la universidad y trabajando a medio tiempo — respondió haciendo una mueca.
— ¿Vas a seguir con ese trabajo? — interrogué preocupado. No creía que era factible que ella pasara corriendo de aquí y allá en la universidad y el centro comercial.
— No, intentaré ver cómo me organizo con el horario de clases y buscaré algo más — aseguró, intentando aliviar mi angustia.
Si por mí hubiese sido trabajaría el doble para lograr ahorrar más y vivir un poco más tranquilos hasta que nos acomodemos en la universidad. Además, Allie realmente me amenazó para que no sobreexcediera mi cuerpo. Ella decía que como éramos pareja, ambos debíamos aportar, tratando de ser los más justos.
— Está bien, ¿Estás lista para mañana? — pregunté. Ya de imaginarme la reunión familiar, mis manos empezaron a sudar.
— Más que lista — respondió con una preciosa sonrisa. Mi corazón se derretía cuando la veía así de segura.
— Detesto tener que decir esto, pero es hora de descansar — murmuré mientras me acomodaba entre mis cobijas.
— Que descanses, amorcito — dijo riéndose. Siempre que decía ese apodo, sentía que las mejillas me iban a explotar de lo rojas que se ponían.
— Nos vemos en nuestros sueños, cariño — afirmé, mandándole un beso ruidoso y a continuación la llamada terminó.
Cuando nos reunimos ese domingo, fue mi papá y el de ella que pusieron el grito al cielo cuando anunciamos que nos iríamos a vivir a la siguiente ciudad para estudiar, después de mostrar las cartas de aceptación de la universidad.
— Estás exagerando, amor — comentó entre dientes Myrtle. Yo creo que Allie le había contado de antemano porque no se sorprendió mucho cuando los dos hablamos.
— ¿Cómo no voy a estar preocupado por mi princesa? Aunque estemos establecidos aquí, voy a extrañar mucho escucharla pelear con Bryce — exclamó el señor Regan. Todos nos reímos.
— ¿Y quién me va a acompañar a ver el partido los fines de semana? — dijo mi papá. Ginny protestó diciendo que ella será la persona que ahora ayudará a todos.
Mi querida hermanita estaba poniendo mucho esfuerzo para que la noticia fuera aceptada con mucha alegría. Estaba seguro que ella me extrañaría demasiado pero con su personalidad, se aseguraría de que mamá y papá no se sientan solos ya que Sandy y yo pasaremos más tiempo fuera de casa.
— ¿Entonces Isaac tendrá que aguantar a la insoportable de mi hermana por mí? — Bryce bromeó. Allie arrugó su ceño.
— Lo bueno es que ya no tengo que recoger tus medias regadas por el pasillo — Allie respondió, sacándole la lengua.
— Al contrario, él tendrá que recoger tus pinceles por todo el departamento — contraatacó Bryce.
Antes de que se forme una verdadera guerra, mi mamá sale con el plato fuerte al jardín. Como hacía hambre, todos comimos sin protestar, haciendo la ocasión amena. Las preguntas sobre dónde viviríamos o que no comamos tanta comida chatarra fueron las que llenaron el ambiente de bromas, incluyendo a Sandy, diciendo que posiblemente llamaría muy seguido a mamá para preguntarle sobre las cosas del hogar y no provocar un incendio o intoxicarnos por comer fideos expirados.