CAPÍTULO 7

=F L A S H B A C K=

Llegué a mi casa agotada del largo día en el colegio, allí estaban mis padres, abrazados mientras caían lagrimas de los ojos de mi madre, de sus hermosos ojos, la casa estaba envuelta en un silencio infernal, el ambiente era enérgico pero de esas veces que te hace sentir mal, los que se presentan solo en momentos malos, lo único que se escuchaba eran los lamentos que llenaban el lugar.

Sin poder entender lo que sucedía me acerqué a ellos y mi padre me unió al abrazo susurrando en mi oído.

“Lucía está muerta”

Tres palabras, solo tres palabras hicieron que mis pensamientos colapsaran en miles de posibilidades.

Henry debe estar debastado, estoy segura de que ya llegó a casa, ya lo sabría.

No podría superarlo con facilidad, después de todo ella era como su mejor amiga antes que yo, la sangre los unía.

No puedo dejarlo solo en un momento así.

“Tengo que ir con Henry” informé a mis padres y asintieron.

“Iremos contigo” añadió mi madre.

Nos dirigimos rápidamente hacia el auto y mi padre comenzó a conducir camino a la casa de los Archer para dar algo de apoyo emocional.

Cuando llegamos nos encontramos con toda una escena en el salón principal.

La madre de Henry inconsciente sobre el suelo, su esposo intentando reanimarla, unas cuantas muejeres llorando amargamente con un velo negro sobre sus cabezas.

Y lo peor, mi mejor amigo parado en la entrada de la casa con la mirada fija en la nada, como ausente, sin prestar atención a lo que sucedía a su alrededor.

Mis padres se apresuraron a levantar a la mujer que yacía sobre la colorida alfombra de la sala de estar.

Yo permanecí junto al chico que que veía casi como un hermano y que justo ahora tenía el corazón hecho añicos.

Al estar parada a un costado de él caí en cuenta de lo que realmente estaba observando.

Al final de la habitación se encontraba un ataúd de material color negro, a su alrededor había flores de todos los colores, tamaños y clases. Justo arriba de la madera oscura se hallaba una fotografía enmarcada con cristal. La fotografía de Lucía.

No sabía que decir, ¿debía hablar y animarlo o callar?.

No estaba segura de nada.

Decirle que todo está bien sería algo descarado y molesto, si callaba tampoco ayudaría.

No puedo permitir que se hunda en su dolor.

Ni una lágrima había sido derramada pos sus ojos.

Seguí pensando lo que debía hacer para ayudarlo aunque sea un poco. De repente Henry se dio la vuelta, salió de la casa y caminó en dirección a su auto, corrí detrás de él y lo detuve frente a mí.

Su mirada me lo mostró todo, estaba destrozado, roto, sentía que todo había terminado para él, su respiración era acelerada e irregular.

Tristeza era todo lo que emanaba.

Tomé sus manos entre las mías y lo miré a los ojos.

“Sé que nada puede hacerte sentir bien en este momento, pero quiero que sepas que yo estaré aquí siempre, no te abandonaré jamás, voy a abrazarte tan fuerte que me pedirás que me aleje pero no lo haré, Henry, me quedaré contigo” sonreí con tristeza, era era lo único que podíamos sentir ahora.

Las lagrimas comenzaron a hacer presencia en el rostro de mi mejor amigo, sus labios hicieron una mueca de dolor y los orificios de su nariz se dilataban constantemente.

“Siento que no puedo, Judith” admitió con la voz quebrada, “el dolor es tanto que oprime mi corazón” terminó.

Me limité a abrazarlo por su abdomen, él correspondió acomodándose sobre mi hombro y yo sobre su pecho.

Cuando el sufrimiento es intenso debes aprender a sacarlo de tu interior de una forma u otra; si permanece allí dolerá cada día más.

“¿Vamos a Donnis Coffee? Yo invito” propuso.

“Claro” acepté.

El señor Donnis abrió una cefetería hace algunas semanas, todos hablaban de lo delicioso que era todo lo que vendían en el establecimiento.

Era preocupante el hecho de que Henry se olvidara tan pronto del asunto y se le ocurra la grandiosa idea de tomar malteadas de fresa en medio del funeral de su hermana.

Siempre fue así, dificil de demostrar sus sentimientos ante alguien, al llorar, casi nunca mostraba su lado vulnerable y ese es un gran problema, deja que las emociones se acumulen en su corazón y en su mente sin intentar sacarlo hasta llegar a el punto en el que no lo soporta más y explota. Es su forma, supongo, una forma cruel de herirse a sí mismo e incluso llegar a confundirse.

=F I N F L A S H B A C K=

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NOS LEEMOS PRONTO...

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