MARATÓN 1/3
“¿Quién qué?” preguntó Adeline detrás de mí. Nadie sabía que responder.
“Nada” contesté.
La rubia se sentó en una silla que se encontraba frente a nosotros.
“Saben que pueden confiar en mí, no diré nada” aseguró. “Lo que sea que me digan nadie lo sabrá, si no me dicen me harán sentir mal y no quiero sentirme mal así que no me iré de aquí hasta que me cuenten lo que pasa” advirtió la chica.
Adelaide también se unió al circulo social que no queríamos abrir.
“¿Cuál es el tema aquí?”
Las gemelas Black son chicas que sonríen todo el tiempo, además son muy sociales y burlonas pero sin intenciones de herir a nadie.
“Teorías conspirativas”
Realmente sí lo era, tratábamos de averiguar quién era el sospechoso.
“¡Qué divertido!” chillo Adeline.
“Si hubiese un terrorista aquí en el club, ¿a quién acusarían?” cuestionó Henry para hacer nuestra mentirilla un poco más creíble.
“A los enamorados, George e Isabella, ellos podrían conspirar, aunque creo que aquí somos como una segunda familia”.
Al parecer Adeline creía que se trataba de un juego de adivinanzas o algo parecido, pero por otro lado Adelaide se notaba pensativa, mi mejor amigo y yo nos miramos con algo de duda durante un par de segundos.
“¿Por qué?” habló Adelaide con seriedad, todo rastro de diversión se esfumó.
“Solo es una pregunta para pasar el rato” respondí con la mayor tranquilidad que pude tomar de mi interior, la única y miserable pizca de tranquilidad que quedaba en mí.
“No te creo” Que atrevida, ella sospechaba algo.
También suelen ser muy directas, algo común en la descendencia Black.
No quería que nadie más estuviera involucrado en todo esto, la cosa estaba haciéndose cada vez más grande.
El móvil de Henry comenzó a vibrar radiando una luz intermitente.
Me miró asustado.
Se levantó de su silla sin decir nada, yo hice lo mismo hasta que noté que las gemelas venían con nosotros, continué detrás de él.
Al cruzar la puerta nos encontramos con los enamorados y con Alessandra.
Algo aquí estaba mal, ¿Henry tenía razón?, ¿eran ellos?.
“¿Pasa algo?” preguntó Isabella con curiosidad.
“Nada” cerré la conversación, si es que a esto puede llamarse conversación.
Los cuatro seguimos caminando rápidamente.
Nos detuvimos todos frente a mi casillero.
¡Maldita sea!
La puerta metálica azul ahora era roja, pintada con aerosol, estaba fresco, comencé a pensar que alguno de los enamorados lo había hecho.
El miedo me inundó.
La pintura aún estaba fresca, algunas gotas escurrían al compartimento inferior.
Cuando mi mejor amigo desbloqueó su móvil no se veía nada en la cámara, absolutamente nada.
Las gemelas se miraban entre sí, sin comprender lo que estaba pasando.
“No estoy entendiendo nada”
“¿Quién hizo eso?”
“No lo sé Adelaide, pero estará en graves problemas con el rector” aseguró.
Las chicas no dejaban de hablar mientras Henry y yo solo pensábamos en lo aterrador que era esto, mi vida corría peligroun día antes amenazaron con asesinarme poniendo una navaja de bolsillo sobre mi cuello.
Él estaba molesto por intentar descubrir su identidad, era obvio que estaba al tanto de cada paso que dábamos.
Volvería por mí, lo sabía, lo advirtió y ahora las probabilidades subían de nivel.
“¡Por favor digan algo!” exclamó Adelaide. La confusión en ella era más que evidente.
“Desde hace dos meses alguien envía notas a mi casillero, notas de odio, no quise darle importancia hasta que ayer intentaron cortarme la garganta” declaré sin más.
Los tres me miraban sorprendidos, incluso yo lo estaba, el grado de ansiedad y miedo subió como la espuma que lo hice ver como algo siniestro, lo cual no dudaba que lo fuese.
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Hola!
Muchísimas gracias por llegar hasta aquí! (Quédate porque viene más :))
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Nos leemos pronto :3
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Editado: 05.08.2020