Entre tanta gente te halle,
como una rosa en el desierto,
tan frágil tan bella no miento,
tan fresco tú aroma al viento.
Oro brillante sobre tus hombros,
caía cuan catarata,
su cabello de miel y luna,
suspiro al poeta arrebata.
Sonrío y se hizo canción,
su rostro despierta la magia,
su cuerpo la ruina presagia,
el deseo al beso contagia,
y en el frío hace arder pasión.
Se acerca a mi entre cientos,
como un hada entre sombras,
junto a ella el mundo es roca,
sin saber lo que en mi provoca...
Mi corazón tiembla y no lo vislumbras,
ya esclavo soy de tú encanto,
pero pasas junto a mi diestra,
siquiera me ve en su pasada,
de mi saber no da nuestra,
desaparece como un espejismo,
y no pude decirte nada...