Varios estudiantes de diferentes colegios estaban presentes en total se podía notar 8 diferentes uniformes presentes acompañados por sus respectivos maestros, caminaban directo al auditorio donde era el concurso. 7
Diego estaba sentado en los escalones observando a todos ingresar, aunque no quería estar ahí presente. Esta asistencia solo fortalecía todavía más ese lazo familiar existen entre ellos. Lizbeth también lo sentía de esa forma. Esto no era más que la forma de dos padres viniendo a ver a su hija en un logro importante.
Para para sus padres esto era una familia, pero para ellos era la realidad de que nunca escaparían de este lazo familiar. De que solo serían hijos. Solo serían hermanos. Diego tenía la posibilidad de irse, de no asistir al concurso e inventar cualquier excusa para justificarse. Si era lo más adecuado. Levantándose se preparó para irse.
—Hijo —la voz de su padre lo detuvo estaba ahí junto a su esposa. Ambos portaban sus uniformes de trabajo.
—Papá…
—¿Qué haces aquí?
—Vamos, debemos apoyar a tu hermana.
—Sí, vamos —dijo con resignación.
Ingresaron dentro del auditorio donde encontraron a los alumnos sentados, cuatro pizarrones de tinta liquidan en el escenario. Se acercaron hasta Lizbeth que ya estaba lista con sus materiales para la competencia. Tenía los marcadores, el borrador, la calculadora y regla listo para empezar.
—Hija…
—Liz…
Dijeron sus padres. Regreso a verlos a los tres ahí parados, pero solo escucho la voz de su madre y el capitán. Diego permaneció en silencio.
—Estás bien. No sientes ansiedad o presión… —pregunto la señora Diana efectivamente era una mujer que hacia honra a su trabajo —déjame verte.
—Estoy bien mamá —respondió Lizbeth.
—Amor, deja en paz. Parece que tú la estas hostigando —intervino el capitán —Liz, solo respira estarás bien. estamos aquí contigo.
—Gracias —respondió ella.
—Diego no tienes algo que decirle a tu hermana —pregunto su padre.
Diego la miro —Suerte —dijo sin más dándose la vuelta.
Tomaron asiento en lo que el director del colegio militar que era un Mayor del ejército saludaba a los presentes dando las indicaciones de cómo se llevaría el concurso de matemáticas. Diciendo que con dos victorias avanzarían a la siguiente fase.
El concurso inicio siendo Lizbeth la que iniciaría en el primer grupo con ecuaciones trigonométricas ganando la primera ronda contra el chico del otro colegio la segunda ronda inicio volviendo a ganar con un ejercicio de funciones lineales.
Solo un verdadero experto de matemáticas, podría entender el duelo de los participantes frente a los pizarrones donde se mostraba el ejercicio proyectado por el proyector en la pantalla grande, ver como los estudiantes revisaban cada singo, sumaban, multiplicaban, aplicaban propiedades. Solo ellos podían sentir el éxtasis de estar en ese tipo de concursos, no era como el futbol o algún otro deporte donde todos entiende lo que sucede, quien va ganando o perdiendo.
En este concurso la agilidad mental era estar pendiente a cada error posible que puede perjudicar el resultado era un arte. Los que no entendían de esto solo podían esperar al final para que el animador diera el resultado diciendo quien gano y poder gritar el nombre de su representante.
El concurso llego a su final solo quedaban dos. Lizbeth representando al colegio militar y un chico llamando Alex representando al colegio Hispanoamérica.
El ejercicio se proyectó en la gran pantalla blanca. Diego lo leyó era un ejercicio de movimiento rectilíneo uniformemente variado. Solo daban la velocidad final y el tiempo. se debía sacar el tiempo, la velocidad inicial, la aceleración, la distancia. Ambos terminaron al mismo tiempo teniendo un empate entre ellos.
El siguiente ejercicio seria el definitivo era un ejercicio de funciones trigonométricas. Lizbeth empezó acomodando los datos que tenía. Empezó a resolver el ejercicio sacando todos los valores que le pedía además de la gráfica terminando. Los jueces juzgaron el ejercicio notando que todo estaba correcto la declararon ganadora del concurso.
El capitán y su esposa fueron los primeros en levantarse y aplaudir con fuerza por la victoria de Lizbeth. la abrazaron depositando un beso en su mejilla, el sonrojo de Lizbeth era evidente no podía ocultar lo que sentía, a la vista de todos los presentes, todos podían declarar esta acción como algo tímido o emociónate debido a ganar el concurso. Sin embargo, Diego, sabía lo que significaba ese sonrojo. Lo sentía al estar cerca de la señora Diana.
—Felicidades hija —dijo madre.
—Estoy hay que celebrarlo —dijo su padre y miro a Diego —Diego no tienes algo que decirle a tu hermana.
Diego la miro con relajación —felicidades, Liz —respondió.
—Dilo con algo más de ánimo hijo —comento su padre.
—Ya no importa —intervino la señora Diana —¿Qué les parece si vamos a comer?
—Tienes razón. —se puso pensativo —vamos por pizza y alitas de pollo. Les parece bien.
Todos asintieron saliendo del colegio fueron a la pizzería que estaba cerca del colegio, entrando sentándose en la mesa. Empezaron a ver qué clase de pizza querían, siendo Lizbeth la que decidió al ser la ganadora del concurso. Pidiendo una pizza de queso y pepperoni. Las alitas de pollo llegaron junto la pizza y una Pepsi.
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Editado: 29.03.2025