Sustitutos

Capítulo 16

En la sala sentada junto a Gaby realizaba los últimos toques al trabajo escrito en la laptop guardándolo antes de que se apagara.

—Se está demorando. ¿Qué está haciendo? —intervino Gaby.

—Ya ha de bajar —respondió Lizbeth.

—En fin, esta parte ya está terminada —se levantó —voy a beber algo de agua.

Lizbeth miro su computadora cerrando la ventana de advertencia de batería baja, preguntándose qué estaba haciendo resoplo pensando que se confundió de cuarto ingresando al de Diego. O talvez se entretuvo con alguna cosa de su habitación. Resoplo llevando su mano a la frente.

—¡Ah…! —se levantó.

—¿A dónde vas?

—Por el cargador.

Camino hasta las escaleras escuchando la conversación de ella con Diego, revelando cierta información que la dejo desconcertada, tanto a ella como a Gaby que subió junto a ella. Diego tenía una relación secreta durante un tiempo en el colegio. Escucho como desafío a Diego mencionando de cómo se dejó guiar por aquella chica como si fuera un novato y la respuesta suave y ronca de su parte dando valor a sus palabras.

Era desafío Camila lo retaba a besarla, pero él la retaba con su cercanía a retractarse de sus palabras. Aun así, ver como Diego parecía tener cierto dominio sobre su amiga era algo inquietante. No podía negar que era excitante y su amiga junto a ella también lo sentía. No parecía el chico solitario, oscuro y misterioso. De hecho, eso solo lo hacía parecer más atractivo de lo que es. Pero al observar eso daba a entender que era mucho más de lo que pensaban. Tenía un aire seductor y electrizante.

Gaby deseo estar en ese momento ahí en vez de Camila y Lizbeth noto cierto atractivo físico por su hermanastro.

El cómo sus mejillas se rozaban y la unión fraterna de sus labios se envolvieron en un beso, que fue tomando forma e intensidad por su amiga Camila. Diego la tenía atrapada contra la pared saboreando los terceros labios de una mujer. La primera era Aleni, ella le enseño muchas cosas sobre el tema, pero los atractivos algo bruscos y suaves de Diego le daban una sensación más electrizante. Aleni lo sabía y ahora también Camila.

Lizbeth también lo sabía, pero con ella era diferente. Pues cuando ellos se besaron ella no pensaba en él como hombre, ni él en ella como mujer. Solo eran los sustitutos de las personas que ellos amaban. Eran solo hermanos de papel, solo sustitutos de sus amores imposibles.

—Camila —articulo Lizbeth. Interrumpiendo el contacto de labios de ellos.

—Liz, Gaby —dijo Camila algo nerviosa y al notar la cercanía de Diego lo aparto —esto no… no pasó nada.

—¿De verdad? —dijo Gaby divertida.

Noto como su amiga estaba nerviosa, y alterada. Diego. Diego por su parte estaba calmado, no parecía importarle que lo hayan atrapado en el acto. Es más, su serenidad y su aspecto sombrío que era intensificado por el pasillo le daban un toque sexy. Sus ojos parecían brillar de pura sensualidad. Se lo quedo viendo detenidamente.

—¡Ay Dios mío! ¡Que sexy te ves Diego! —pensó Gaby.

—¡Hey Gaby! Despierta —sacudió Lizbeth al ver que su amiga cayó ante el encanto de Diego.

—¡Ah… lo… lo siento! —dijo nerviosa.

—Liz, te prometo que no pasó nada —Camila seguía en su afirmación en eso miro el cargador en el suelo recogiéndolo. —aquí está el cargador volvamos. No pasó nada aquí ¿cierto? —miro a Diego.

—Estoy de acuerdo con la desconocida —comento dejando sorprendida a Camila. La llamo desconocida, no entendió porque la llamo así se conocían desde hace ya un tiempo. camino hasta las escaleras —no pasó nada aquí —bajo las escaleras ingresando al baño.

Ellas volvieron a su trabajo, pero algo inquietas. Ya no estaban esa armonía del principio, el ambiente era tenso. No era celos, no era envidia o desilusión. Era puro magnetismo ante el chico que estaba ingresando a la cocina llenando un vaso de agua bebiéndolo.

Camila y Gaby no pararon de verlo mientras bebía de su agua. Era atractivo y fuerte lo sabían, pero ahora era más fuerte al notar la sensualidad masculina de él. Jamás en su vida pensaron que aquel chico solitario fuera así de atrevido. Salió de la cocina, sin mirarlas aumentando más ese deseo en ellas.

—Creo que por ahora terminamos —interrumpió Lizbeth. —solo hay que repartirnos los temas, para la exposición. —Sus amigas no la escucharon —hey… despierten. —alzo un poco su voz.

—¡Ah… lo siento! —dijo Gaby.

—Iba repartir los temas para exponer.

—Si… cual me toca a mí…

Lizbeth bufo repartiendo los temas entre ellas terminando el trabajo poco más de las cinco de la tarde. —bien así quedamos. —salieron de casa hasta la calle.

—Liz —dijo Camila. Estaba nerviosa con un sonrojo en sus mejillas —eh, no sé… si tu…

—No tengo su número. Si es lo que me vas a pedir.

—No nos engañas —dijo Gaby estudiando a su amiga.

—El hecho de que nuestros padres estén casados. Significa que compartamos cosas entre nosotros.

Desilusionadas aceptaron las palabras de su amiga, volviendo a para sus casas. Lizbeth ingreso en la suya recogiendo sus cosas llevándolas hasta su habitación, deteniéndose un momento en el lugar del crimen. No quería aceptarlo, pero era claro que esa parte de Diego la sacudió. Ingreso a su habitación dejando sus cosas. Miro en dirección a la puerta sintiendo un impulso.




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