Ella miraba a su amiga ahí sentada junto a Diego que se mantenía igual de callado como siempre, preguntándose si ella estaba ahí por el Diego frente a ella o por el Diego que la beso. ¿Cuál de ellos era quien estaba enamorada su amiga?
—Sabes Liz. Ya perdí todo el interés en tu hermanastro. —confeso Gaby —es demasiado soso, muy callado. No va conmigo esa personalidad.
Lizbeth la miro y volvió su vista hacia ellos dos —lo entiendo. Ninguna chica saldría con alguien como él. No es elocuente, es muy serio y callado.
—Su actitud no pega con nadie, pero… —Gaby se detuvo unos momentos observándolos —parece que Camila. Se está enamorando de él.
—¿Tú crees? —pregunto Lizbeth.
—No… talvez solo se está acostumbrando a la situación…
Diego seguía sintiéndose incomodo con ella presente ahí junto a él. Le desagradaba que ella estuviera ahí, quitándole la oportunidad. Cuanta indiferencia debía mostrar para que se diera cuenta. O talvez no era muy lista, para darse cuenta. Gruño suave para que no lo escuche y dirigió su vista hacia ella.
—¿Cuánto más seguirás así? —pregunto.
Ella sonrió —finalmente me hablas.
Aquello solo confundió a Diego. ¿Qué diablos quería esa chica? ¿Por qué estaba ahí junto a él?
—Responde —dijo serio. Ella solo rió haciendo que Diego la mirara más confundido —habla ya.
El rostro de Camila se suavizo y la miro con ojos y sonrisa radiante y suave —prometí que ahí estar ahí para ti.
Diego se acomodó apoyando sus brazos en sus rodillas —pues yo diría que estás acosando. Pensé que te cansarías de estar junto a mí.
—Si es muy cansado, estar junto a ti. ¡Dios…! Eres exasperante —dijo con algo de irritación —esa indiferencia que muestras es molesta.
—Si te molesta. Entonces solo apártate. Déjame ya.
—Eso quisiera, pero no puedo. No entiendo ¿Por qué sigo aquí? ¡Dios! Debo estar loca. ¿Por qué tú?
Diego se levantó. Sus miradas se conectaron. Debía ser sincero, o solo el típico insensible de siempre —te lo diré claramente, para que no pierdas tu tiempo. No me interesas, no me gustas. Así que déjalo ahí, y no te acerques más.
No podría ser más cruel. No podía ser más insensible o más idiota.
Una chica linda estaba interesada en él un insensible, imbécil. Que no medía la tenacidad y crueldad de sus palabras.
Camila lloro, por esas palabras. Nadie había sido tan cruel como él, pero seguía aferrándose a lo que empezó a sentir. Bajo la mirada para que no la viera llorar por aquel imbécil. Sintiendo un nudo en su cuello que no la dejaba respirar y no la dejo pronunciar palabra alguna. Mientras las lágrimas corrían por sus mejillas mojando el concreto. Respiro deshaciendo ese nudo pronunciando las siguientes palabras.
—Talvez yo no te intereso, ni te guste. —sollozo sus palabras eran claras, tanto que llamo la atención de ciertos estudiantes —pero tú a mi sí. Por algún maldito motivo. Me gustas mucho. Estúpido imbécil —se escuchó unos chiflidos —me gustas mucho —levantó su mirada llorosa que sorprendió a Diego. Se limpió las lágrimas con el dorso de su mano —me gustas tanto que voy hacer que te enamores de mí. te lo aseguro. —salió corriendo de la vista de todos ellos.
—Camila —dijo Lizbeth corriendo detrás de su amiga.
—Eres un imbécil sabes —dijo Gaby dándole una cachetada. Que le sonó toda la cara —Camila —salió detrás de su amiga.
Diego se convirtió en el centro de todos los presentes, incluso de unos docentes que estaban de paso. Escucho unos murmullos de los estudiantes nada agradables. Llamándolo idiota. Una chica tan linda fijándose en un tipo como él.
Los miro fríamente —acaso no tienen vida —les dijo.
Todos los estudiantes continuaron con su recreo, pero los dos docentes que lo presenciaron se acercaron a Diego —señor Ross. Quiere explicar que acaba de suceder —hablo el profesor mientras que la profesora lo mirada de forma asesina.
Diego mantuvo su expresión mirando a los dos maestros —lo vieron. No hay necesidad de explicar. —respondió alejándose de ellos.
—Espere señor Ross. Deténganse ahí —intervino la profesora usando un tono fuerte. Se detuvo y giro su cuerpo de perfil —no debería ser así. Usted debe… —Diego retomo su camino —¡Eh dicho que espere!
Se detuvo —Si es todo lo que dirá. Es una pérdida de tiempo.
Todos se le quedaban viendo. Especialmente las chicas que sintieron una especie de emoción interna, con esa actitud de Diego. Sintieron algo de interés. Duro poco al recordar como este se comportaba. Y en cierto sentido tenían razón. nadie estaría con alguien como él. Talvez la única en este momento seria ella. Camila. Seria ella la única de ver algo bueno en Diego.
Gaby y Lizbeth encontraron a su amiga en el salón de clases. Por suerte no había estudiantes solo ellas. Ahí estaba ella sollozando sobre su mesa. Se acercaron despacio sentándose a su lado. No encontraron que decir. Talvez en estos momentos comportarse como el imbécil de Diego funcionaria. No la parte de ser un imbécil. Sino de ser callado.
—¿Por qué tenía que ser él? —dijo Camila entre sollozos. —¿Por qué de todos los chicos de este colegio, tuvo que ser el más estúpido?
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Editado: 29.03.2025