Sustitutos

Capítulo 51

Un largo tiempo desde ese día paso y la relación entre ellos tuvo sus bajo y altos, pero lo supieron llevar de la manera adecuado y todo eso era gracias a la señora Diana y el capitán Ross, que los ayudaron a sobrellevar la relación. Antes ellos estuvieron abiertos al proceso de su primer noviazgo. Y este sería su ultimo día como estudiantes de bachillerato.

—Chicos bajen —llamo la señora Diana que ya tenía ocho meses de embarazo.

Diego en ocasiones se vio inmerso en el proceso de embarazo, como el capitán no se encontraba en casa en ocasiones era Diego quien debía salir buscar los caprichos de la señora Diana, mientras Lizbeth se quedaba para hacerle compañía. Eran tantas que en ocasiones se quejó de no querer ser padre, si esto era lo que tenía que soportar durante todo el proceso. El comentario no fue bien visto por las dos féminas que le arrojaron una almohada y lo sacaron del cuarto.

Aun así, todo esto era un proceso maravilloso, pese que Diego dijo aquello si se vio en un futuro con una familia. Los dos bajaron puestos sus uniformes bien arreglados. Diego como siempre tenía un toque rebelde en su cabello, era algo que no cambiaría por nada. Lizbeth por su parte estaba hermosa, su cabello tenía ondulaciones con un maquillaje natural y sencillo.

—Se ven perfectos —comento la señora Diana.

—Estoy orgullosos de ustedes —hablo el capitán llegando con unos estuches que entrego —es para ustedes.

—Gracias —dijo Lizbeth al igual que Diego.

Lo abrieron encontrando un collar de plata de la virgen María —Que ella siempre los guie por el camino correcto y no se desvíen de los caminos de Dios —expreso el capitán.

—¡Qué Dios fortalezca su amor! Y cualquier problema puedan solucionarlo —deseo la señora Diana.

Ambos sonrieron y abrazaron a sus progenitores y dieron las gracias por apoyarlos, en este camino pues muchos empezaron a ver esto con malos ojos, pero no les importaba. Diego y Lizbeth tenían el apoyo de sus padres y familia y que el resto hable lo que quiera, lo único que importaba era lo que ellos sentían.

—Una foto. A la pareja graduada —pidió la señora Diana.

Con esa foto salieron hacia el auditorio donde se llevaría a cabo la ceremonia de graduación. Donde el mejor estudiante fue condecorado por su excelente promedio siendo Pablo, aunque suene increíble. Pablo era realmente alguien impresionante tanto en lo académico, como en deportes, se diría que era único alguien que rara vez aparece. La ceremonia continua con la llamada de estudiantes para la entrega de diplomas, al escuchar los nombres de Diego y Lizbeth la gente murmuro ellos ya lo sabían aun así no les dio importancia, solo los ignoraron.

—Lo hicimos —Lizbeth estaba junto a sus amigas celebrando un paso más en su vida.

—¿Qué va hacer chicas? —pregunto Gaby.

—Voy a inscribirme para estudiar administración de empresas. En la universidad central —respondió Camila.

—Yo voy a estudiar aquí mismo. Estudiare para odontología —comento Lizbeth. —¿Tu Gaby?

—Hare un intento para la policía. Sino paso, estudiare idiomas —confeso.

—Voy a extrañarlas chicas —comento Camila.

—Siempre estaremos juntas —expreso Gaby. Se abrazaron —Diego. ¿Qué piensa hacer?

—Él ya está en el proceso para el ejército —respondió Lizbeth.

—Su papá lo ayudo para ingresar, pese que todavía no tenía el título de bachiller. —añadió Gaby.

—Falto en algunas ocasiones, para dar las pruebas —opino Camila. —creo que ya está para la entrevista.

—Hija. hora de irnos —su madre llamo.

—Me llaman. Adiós chicas nos veremos pronto —dijo Lizbeth.

—Hay que reunirnos para salir a bailar de vez en cuando —propuso Gaby.

Un último abrazo y las tres chicas se separaron, pero no sería para siempre. Lizbeth llego con su familia y su novio que la esperaban. Se marcharon directo a casa donde la celebración continua para ellos junto a su familia.

Un tiempo más adelante Diego pudo concretar de pura suerte su ingreso para la escuela de oficiales del ejército y debía presentarse dentro de dos semanas. En las cuales la señora Diana dio a luz a una pequeña niña al cual llamaron Aurora.

Una noche antes de irse de casa para iniciar su vida militar su padre le pregunto —hijo. Realmente esto es lo que quieres. —el capitán puso a prueba a su hijo.

—Claro que sí. Por eso lo hago —respondió Diego.

Su padre solo lo miro. Entendía que Diego trataba de probar algo, quería demostrar sería un hombre presente para su familia y si el futuro él y Lizbeth tenía la bendición de Dios de formar su propia familia. Quería demostrar que haría tiempo posible para ellos incluso llevarlos con él hacia donde vaya. Eso era lo que Diego quería probarse a sí mismo y a su padre.

—De acuerdo. Pero si te digo esto. Mantén la frente en alto y no la bajes sin importar quien sea. De acuerdo hijo. —comento su padre.

—Estoy listo para lo que sea —comento Diego.

—Te vamos a extrañar —hablo la señora Diana. Y Lizbeth lo abrazo.

Al día siguiente la familia estaba en la escuela militar donde varios cadetes estaban siendo despedidos por sus familiares. El grupo de Diego fue llamado. Diego recibió la bendición de su padre, un abrazo de la señora Diana y un beso de Lizbeth.




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