Bajo cielos de fuego, el sol se retira,
pintando el horizonte en tonos de lira.
El día susurra adiós con luz dorada,
mientras sombras danzan en la jornada.
El cielo se tiñe de naranja y coral,
como un lienzo que el crepúsculo va a sellar.
Las aves, testigos de este mágico instante,
tejen versos al viento, melodía amante.
El sol besa el ocaso con tierna despedida,
colores danzan, creando una vida compartida.
El atardecer, poesía que el cielo recita,
un sueño pintado antes que la noche habita.