Bajo cielos estrellados, un caminante errante,
sus pasos danzan al ritmo de la noche amante.
En su corazón, un suspiro resonante,
por la distancia que separa a su amada amante.
Caminos de susurros, secretos al viento,
susurran promesas de un amor eterno.
Entre sombras y luces, un lazo tierno,
une al caminante con su amada invierno.
Atraviesa valles, colinas y mares,
busca el refugio de sus dulces mirares.
El anhelo lo guía, no hay obstáculos que pare,
pues en sus sueños, su amada siempre le ensalza.
Noche tras noche, su corazón palpita,
un eco de amor que la distancia imita.
El caminante persiste, su alma infinita,
buscando el encuentro que al fin les habita.