En el rincón secreto de las notas guardadas,
un libro escondido, memorias entrelazadas.
Pentagrama antiguo, reliquia sonora,
música inédita, eterna aurora.
Tesoro preciado desde la niñez,
canciones calladas, secreto inglés.
Notas que narran historias sin fin,
en el pentagrama, un libro divino.
Partituras escondidas en el tiempo,
el corazón late al compás del viento.
Cada página, una melodía perdida,
en la sinfonía del alma, la vida.
Un legado musical, un regalo divino,
un libro escondido, mi más puro destino.
En las notas guardadas, encuentro mi luz,
el pentagrama susurra, un arte seduz.
Así, entre acordes y secretos tejidos,
resuena en mi ser, el libro escondido.
Un tesoro invaluable, mi mayor bien,
en cada nota, el alma se sostiene.
En sus páginas, acordes danzan con emoción,
un universo de sonidos, en cada canción.
Secretos que susurran entre líneas,
un libro escondido, donde el arte se avanza.
Cada pentagrama, una puerta a lo etéreo,
notas que revelan un mundo sincero.
Melodías guardadas en el cofre del alma,
un tesoro intemporal, joya que embalsama.
Las páginas amarillas, testigos del tiempo,
se abren con el eco de un sentimiento.
Un libro escondido, pero siempre presente,
la música que florece, eternamente.
En las partituras, un relato de sueños,
cada acorde, un viaje por universos lejanos.
El valor no reside en monedas de oro,
sino en las melodías que laten en el tesoro.
Así, en el pentagrama de la vida encantada,
se esconde un libro, historia venerada.
Guardado con amor desde la niñez,
un legado musical, mi mayor embriaguez.