En tus cuerdas danzantes, magia palpita,
guitarra noble, musa infinita.
Con manos hábiles acaricio tu piel,
susurros de notas, un secreto revel.
En trastes y trinos, cuentas historias,
melodías que fluyen, como ríos en memorias.
Tus acordes, puentes hacia emociones,
canción eterna, sin limitaciones.
Bajo tus cuerdas, la pasión resuena,
acaricias el alma con gracia plena.
En cada rasgueo, un eco de sueños,
guitarra, jardín donde el arte es dueño.
Entre maderas y resonancias de ensueño,
la guitarra canta, un canto sin dueño.
En notas tejidas, el tiempo se para,
un poema sonoro, la guitarra aclara.
Así, seis cuerdas danzan, al viento susurran,
historias entrelazadas, magia que apuran.
Guitarra amiga, en tus acordes hallamos,
la sinfonía del alma, donde nos encontramos.
Bajo el cielo estrellado, tus trémolos resplandecen,
guitarra fiel, en tus arpegios el alma se estremece.
En la penumbra, tus notas pintan sueños,
un lienzo sonoro donde los sentimientos son dueños.
Tus cuerdas, artesanas de sonidos serenos,
entre la luz de la luna, crean universos plenos.
A través de acordes, revelas secretos profundos,
guitarra eterna, entre susurros y segundos.
En el eco de tu resonancia, encuentro mi ser,
un viaje musical que me hace renacer.
Tus trastes, senderos de acariciante travesía,
guitarra sabia, en cada nota la magia florece.
Así, en la danza de tus melodías encantadas,
se forjan memorias, noches iluminadas.
Guitarra amada, en tu abrazo descubro,
el arte inmortal que en cada cuerda dibujo.