El poema turbio.

En las sombras de la noche, un murmullo enigmático,
entre suspiros siniestros, un poema turbio se hace dramático.
En el rincón oscuro, donde la luz no se atreve a entrar,
se despliegan versos sombríos, un oscuro palimpsesto de pesar.

Letras retorcidas se entrelazan en la neblina de la desesperación,
susurros de la oscuridad, un lamento en la penumbra sin redención.
Caminos enredados en la maleza de los sueños rotos,
donde la tinta gotea como lágrimas, en versos yermos y desgastados.

Las palabras son cuchillos afilados en la niebla del tormento,
un poema turbio se sumerge en el abismo del sentimiento.
Reflejos de un alma perdida en un mar de tinieblas,
donde las metáforas son sombras que esconden pesadillas imperecederas.

Así, entre el fango de la poesía oscura y sinuosa,
un poema turbio se escribe en la danza de lo ominoso.
En cada estrofa, un eco de susurros desde el abismo,
donde la tinta se tiñe de sombras, en un poema turbio y sombrío.

En el silencio nocturno, entre las sombras que se enredan en la oscuridad, se despliega un relato turbio, como un espectro que se desliza entre las páginas del tiempo. La tinta, densa y sombría, se adentra en las grietas de la realidad, revelando un mundo donde los susurros lúgubres danzan con la penumbra.

Caminamos por senderos enmarañados, donde las metáforas son espejismos que distorsionan la percepción. Cada palabra es un suspiro atrapado en la bruma de la desesperación, un eco de lamentos que resuena en los rincones olvidados de la mente.

En este paisaje literario, las sombras se convierten en protagonistas, tejiendo una trama de misterios insondables. Los personajes, envueltos en el manto oscuro de sus propias almas, dan vida a una narrativa marcada por el desasosiego y la melancolía.

Las imágenes se dibujan con trazos borrosos, como reflejos distorsionados en un espejo empañado. Los sentimientos, turbulentos y enredados, fluyen como un río subterráneo que arrastra consigo secretos sepultados en la profundidad de la narrativa.

Así, en prosa, se revela un poema turbio que se sumerge en las aguas sombrías de la expresión literaria, explorando los recovecos más oscuros del alma humana.