Mía, aunque duermas en otros brazos, aunque calles mis abrazos, yo te espero en mi canción.
Mía, cuando cae la madrugada, tu recuerdo no se apaga, eres llama y bendición.
Tus silencios me despiertan como un trueno en la estación, y aunque el mundo de mil vueltas tu sigues siendo mi sol. Cada risa que me diste la guarde con devoción, y en mi pecho hay una pista que late fuerte por tu amor.
Mía, aunque el tiempo no perdone, y el orgullo nos traicione tu aún vives en mi voz. Mía, aunque calles mi "te quiero", yo te llevo como un fuego que no apaga ni el adiós.
Fuiste faro en mi tormenta, mi guitarra y mi motor. Cada rueda que yo elijo me regresa a tu calor, y aunque otros no lo entiendan lo que somos tu y yo, esto va más allá del cuerpo, es eterno el corazón.
Mía, aunque el viento me derribe, aunque el mundo no percibe todo lo que yo sentí...
Mía, y me olvidó del ayer, con un verso hecho en papel que escribí pensando en ti.
Y aunque un día se me olvidé...
Que lo sepa el universo...
Que siempre te voy amar...
Mía, porque aún sin tenerte, eres lo más mío que he sentido.