Susurros de amor.

Hola Dios...

Hola Dios...

Gracias.
Gracias aunque a veces no entiendo.
Gracias aunque me duele.
Gracias aunque lo que siento no tiene nombre.

Hoy no vengo a pedirte nada...
solo a preguntarte con el alma rota,
¿para qué?

¿Para qué este camino tan empedrado?
¿Para qué estas pérdidas que me arrancaron parte de mí?
¿Para qué las noches donde ni el silencio me contesta?
¿Para qué las ausencias, los golpes, los olvidos…?

Si tú lo ves todo,
¿por qué me toca caminar a oscuras?

Pero aún con estas preguntas ardiendo,
aún con la fe temblando como una llama en el viento,
yo sigo aquí.

Porque algo en mí cree —aunque no lo entienda—
que estos terrenos duros están sembrando algo más grande.

Tal vez una nueva versión de mí.
Tal vez un mensaje para otros.
Tal vez una historia que no ha terminado.

Así que, Dios…
si tú aún me ves,
si aún caminas conmigo aunque no lo sienta,
no me sueltes.

Dame solo una chispa de sentido,
una señal en medio del barro,
una luz en el próximo verso.

Y hasta que esa respuesta llegue,
te doy las gracias por dejarme seguir.
Por no dejarme morir por dentro.
Por permitirme escribir…
y amar, incluso sin entender.

Amén.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.