Susurros de amor.

Volver al origen.

Vuelvo.
No con los pies.
Con el alma.

No camino hacia un lugar,
camino hacia mí.
Hacia ese niño que soñaba
con tocar el cielo desde un árbol
y creía que Dios hablaba con el viento.

Vuelvo,
descalzo de orgullo,
con las rodillas sucias,
con cicatrices que ya no me esconden.

Regreso al instante
en que llorar no era debilidad,
sino idioma.
Al fuego que encendía sin quemar,
al silencio que no dolía,
al pecho lleno sin necesidad de nada.

Vuelvo al origen.
No al vientre.
Sino al abrazo del Padre,
al primer susurro que me dijo:
"tú eres mío, aún sin saberlo."

Allí donde el amor no se mendigaba,
la fe no se explicaba,
y la esperanza...
era tan natural como respirar.

Vuelvo.
No como antes.
Ahora vuelvo sabiendo
que me había perdido,
que la vida me gritó
y no escuché,
que el sistema me tragó
y no me digerí.

Pero aún así…
Él me espera.
Mi origen no me olvida.
Dios no borra
a quien fue tallado por Su mano.

Y aquí estoy,
vuelto poema,
vuelto llanto,
vuelto fuego.

Luis.
El que vuelve,
para nunca más huir.




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