Susurros de la Oscuridad

005

Primer descubrimiento: El protagonista empieza a descubrir detalles de lo que ocurrió con la alteración genética. Quizás hay un secreto que debe desvelar.

—Busca en tu bolsillo— la voz retumbaba por toda mi cabeza. Era como si susurraran algo, pero me era difícil entender el qué.

Me incorpore en mi asiento viendo como los chicos estaban descansando plácidamente a mi lado en sus asientos. Suspire pasamente restregando mis manos con frustración por todo mi rostro.

—Si nos querías despertar podías solo decirlo...

Rei— Perdón Liam.

Mi vista bajo hacia mi bolsillo, y lo palpe antes de pensar en sumergir mi mano allí. Por un instante sentí que se escondía algo dentro de el, pero me detuve antes de indagar.

—Scar...— menciono Liam— Lamento lo de antes.

—Yo también, lo siento.

Mis ojos se centraron en nuestro querido amigo quien solo nos ofreció una sonrisa amable antes de solo asentir. Volví a encender la furgoneta y emprendimos otro viaje, por un instante mi mente vago en no saber que hacíamos, realmente no sabíamos donde estaba "La fortaleza" y solo nos guiábamos por aquellos rumores que oímos estando en Ciudad Blanca; mas lejos de lo que puedas pensar, oculto mas allá del desierto la fortaleza espera con los brazos abiertos del porte de las montañas.

—Bien, entra entre los arboles, debemos practicar con Neleha— se inclino Liam a mi lado— Y ver si hay un rio, necesito ducharme.

Me detuve frente a un basto rio, donde se posaba el agua mas clara que había visto en 20 años, con peces saltando, de diferentes colores y formas. Era impresionante.

—¿Eso son...peces?.

—Si... — respondí igual de sorprendido que Oscar.

—¡Leah! —Vi como Oscar corría por Neleah para que pudieran pescar peces con las manos de la misma forma en que lo estaba intentando Liam.

Nunca imaginé que vería algo así. Siempre creí que el mundo exterior sería tan vibrante como las imágenes que aparecían en la pantalla del televisor cuando era niño. El gobierno había tomado el control absoluto de la ciudad cuando nací, y los grandes muros siempre estuvieron, rodeándonos para aislarnos. Todo lo que conocíamos, todo lo que veíamos, era a través de esa caja parpadeante que llenaba nuestras mentes.

Recuerdo aquellos primeros años, mirando las criaturas que vivían en los mares y bosques a través del cristal frío del televisor. Peces que nadaban en aguas profundas, aves que volaban por cielos despejados... El sonido de la naturaleza siempre parecía tan lejano, tan inalcanzable. No entendía por qué, pero me lo tragaba todo.

Cuando finalmente logré escapar, ya con la conciencia de lo que me rodeaba, sentí una mezcla de alivio y miedo. Las paredes que me habían encerrado durante toda mi vida ya no estaban. Pensé que encontraría animales por todas partes. Que vería criaturas reales, no solo esas imágenes que habían estado grabadas en mi mente durante años. Y aun más porque todo lo que nos rodeaba fuera de las montañas había dejado de estar manipulado por humanos.

Cuando caminé por esos primeros senderos, el silencio me aplastó. No había más que cadáveres. Los pocos animales que encontré estaban muertos, descomponiéndose en el suelo, sus cuerpos tan frágiles como los recuerdos que me quedaban del mundo anterior.

Me aleje del espectáculo que intentaban dar los chicos mientras se lanzaban agua e intentaban pescar algo ahora no solo con sus manos sino también con unas lanzas que habían recién creado con unas ramas.

Mi vista se centro en aquella caja que desenterramos y en lo que podía a ver dentro de ella. Me sentía llamado por ella, pero a la vez me preguntaba que tanto descubriría en ella y peor aun que de todo lo de adentro será cierto. Al tomarla entre mis manos y observarla mas de cerca pude ver esa abeja que representaba tanto al gobierno; como el panal que creen que son.

Saqué el documento, ya amarillento por el paso de los años, y lo extendí sobre mis manos. Mi corazón latía rápido, casi tan fuerte como si me estuviera enfrentando cara a cara con una hidra.

"Informe confidencial: Desidentes y su proceso de eliminación."

Las palabras brillaban sobre el papel. "Desidentes". Me quedé mirando esas letras, sabiendo que no podía volver atrás. Apreté los dientes, me ajusté los anteojos y comencé a leer.

—¿Algo interesante?.

"Los desidentes son individuos cuyo ADN ha sido alterado por una mutación genética mucho mayor que a las demás clase. Los niños nacidos con estas mutaciones son seleccionados a temprana edad debido a las habilidades que desarrollan, las cuales superan los límites establecidos por las facciones impuestas por el gobierno. Estos individuos, aunque extremadamente poderosos, son considerados una amenaza para la estabilidad del sistema y deben ser controlados antes de que su poder se desborde."

El miedo comenzó a ascender por mi garganta, un nudo que no podía soltar. Me detuve un momento, pero la urgencia por entender lo que seguía me empujó a seguir leyendo.

"El protocolo para los desidentes es claro. A la edad de 6 años, cuando las habilidades de un desidente se manifiestan, son capturados por las fuerzas del gobierno. Estos niños son separados de sus familias y llevados a una instalación secreta, donde son entrenados para ser liberados en un entorno controlado. Esta arena es conocida como El bunker."




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