Capítulo 1: El Despertar de los Susurros.

La ciudad de **Lunaria** brillaba bajo la luz de un crepúsculo dorado, donde los edificios de cristal y metal reflejaban los colores del cielo, creando un espectáculo de magia visual. En una de las azoteas más altas, **Yisus** se encontraba contemplando el horizonte, con la brisa suave acariciando su rostro. Sus ojos, de un azul profundo, parecían perderse en el infinito, mientras recordaba las palabras de su abuelo: “La magia del tiempo no es un juego. Cada segundo cuenta, y cada elección tiene un precio”.

Desde pequeño, Yisus había tenido la capacidad de manipular el tiempo, un don que había heredado de su familia. Sin embargo, con gran poder venía una gran responsabilidad. En su corazón, un eco de inquietud resonaba. ¿Estaba listo para enfrentar lo que vendría?

—¡Yisus! —gritó su amiga **Mara** desde la puerta de acceso a la azotea, interrumpiendo sus pensamientos. —¡Vente! El Festival de los Susurros está a punto de comenzar!

Con una sonrisa, Yisus se giró hacia ella. Mara, con su cabello corto y rebelde, siempre había sabido cómo sacarlo de su ensimismamiento.

—¡Voy! —respondió, bajando rápidamente las escaleras.

El Festival de los Susurros era un evento anual que celebraba la magia de la ciudad. Las calles se llenaban de luces danzantes, aromas encantadores y risas contagiosas. A medida que Yisus y Mara se unían a la multitud, su corazón latía con emoción. Sin embargo, en el fondo, una sensación de inquietud seguía acechando.

—¿Tienes algún plan para esta noche? —preguntó Mara mientras se movían entre la gente.

Yisus encogió los hombros. —Solo quiero disfrutar. Tal vez ver algunas demostraciones de magia.

—¿Solo eso? Vamos, podrías intentar algo más... emocionante.

Mientras caminaban, una melodía suave flotó en el aire, y los murmullos del público se intensificaron. Frente a ellos, un grupo de magos comenzaba a realizar sus trucos, haciendo que las estrellas parecieran caer del cielo. Yisus se dejó llevar por la adrenalina, sintiendo que la magia lo envolvía.

—¡Mira eso! —exclamó Mara, señalando un espectáculo donde las luces se entrelazaban en formas increíbles. —¿No te gustaría hacer algo así?

Yisus sonrió. —Si pudiera controlar el tiempo como ellos controlan la luz, sería increíble. Pero el tiempo no se manipula a la ligera.

Mara lo miró con curiosidad. —Siempre con tus advertencias. Deberías dejar de lado esos pensamientos y disfrutar del momento.

De repente, un destello brillante cruzó el cielo, y la multitud contuvo la respiración. Era una figura en el aire, rodeada de llamas danzantes.

—¿Quién es? —preguntó Yisus, sintiendo un tirón en su pecho.

La figura aterrizó con gracia, y la multitud estalló en aplausos. Era **Lira**, una joven hechicera conocida por su dominio sobre el fuego. Su presencia era magnética, y Yisus no pudo evitar quedar hipnotizado por la fuerza que emanaba de ella. Lira sonrió, y cuando sus ojos se encontraron con los de Yisus, algo en el aire cambió.

—¿Te gustaría unirte a mí en el escenario? —le preguntó Lira, su voz resonando con una mezcla de desafío y dulzura.

Yisus, sorprendido y emocionado, sintió cómo su corazón latía con fuerza. ¿Era posible que esa conexión fuera más que un simple encuentro? Sin pensarlo dos veces, asintió.

—Voy.

La multitud los animó mientras subían al escenario. Lira extendió su mano, y una llama danzante surgió de sus dedos, iluminando el rostro de Yisus. En ese instante, el mundo a su alrededor se desvaneció. La magia, el calor de las llamas y la intensidad de su mirada lo atraparon.

—¿Listo para hacer magia juntos? —preguntó Lira, una chispa de complicidad en sus ojos.

Yisus sonrió, sintiendo que este momento era solo el comienzo de algo extraordinario.

—Listo.

Con un movimiento de su mano, Yisus sintió cómo el tiempo se ralentizaba, y en un giro de magia, el espectáculo comenzó. Las llamas danzaban, el tiempo se entrelazaba, y en medio de todo, sus corazones latían al unísono.

La noche apenas comenzaba, y con ella, una historia de amor y magia que cambiaría sus vidas para siempre.