La luz del altar brillaba intensamente, pero el fragmento de sombra flotante se abalanzó sobre ellos con una velocidad abrumadora. Yisus y Lira apenas tuvieron tiempo de reaccionar.
—¡Yisus, cuidado! —gritó Lira, levantando su mano para conjurar un nuevo hechizo.
Pero antes de que pudieran actuar, el fragmento se desvaneció en el aire, dejando una sensación de inquietud en el templo. El eco de su risa resonó en las paredes, como si la sombra se burlara de ellos.
—¿Qué fue eso? —preguntó Yisus, sintiendo una mezcla de confusión y temor.
Lira miró a su alrededor, preocupada. —No lo sé, pero no podemos bajar la guardia. Esa sombra puede regresar en cualquier momento.
Mientras intentaban reponerse, una extraña vibración comenzó a llenar el templo. Una luz brillante surgió de las runas del altar, y de repente, el ambiente cambió. La realidad comenzó a distorsionarse, y Yisus sintió que algo fuera de lo común estaba ocurriendo.
—¿Y si…? —comenzó Lira, interrumpiendo su propio pensamiento.
—¿Y si qué? —preguntó Yisus, sintiendo que la tensión aumentaba.
—¿Y si pudiéramos romper la cuarta pared? —dijo Lira, como si la idea la cautivara.
Yisus la miró confundido. —¿Romper la cuarta pared? ¿Eso es posible?
De repente, la luz del altar estalló y se disipó, revelando un vacío que parecía llevar a otra dimensión. Yisus y Lira intercambiaron miradas, la curiosidad brillando en sus ojos.
—¡Hola, lectores! —exclamó Lira, sonriendo de manera traviesa. —Sí, ustedes que están ahí detrás de las palabras.
Yisus se rió, sintiendo lo absurdo de la situación. —Es cierto, en este momento somos personajes de una historia, pero también queremos hablarles directamente.
—Queremos pedirles algo —continuó Lira, su expresión volviéndose seria. —Si disfrutan de nuestras aventuras, por favor, apoyen al autor. Ellos son los que dan vida a nuestras historias y nos permiten vivir estas experiencias.
—Sí, exactamente. —Yisus asintió. —Dejen comentarios, sugieran ideas para próximas historias, incluso si quieren aparecer como personajes, ¡háganlo! Es una manera maravillosa de interactuar.
Lira sonrió, su energía iluminando el ambiente. —Sus comentarios son esenciales para que el autor continúe creando y compartiendo más mundos como este. ¡Así que no sean tímidos!
Yisus levantó una mano, como si estuviera haciendo un juramento. —Prometemos que sus nombres serán recordados en las páginas de futuras aventuras. ¡Así que sigan al autor y ayúdenlo a crecer!
—Y no olviden dejar muchos comentarios. —Lira terminó, guiñando un ojo. —Después de todo, cada historia necesita un poco de amor.
Con un estallido de luz, la realidad comenzó a reconfigurarse, y Yisus y Lira se encontraron de nuevo en el templo, las sombras aún acechando.
—¿Lo logramos? —preguntó Yisus, sintiendo que la energía del lugar había cambiado.
—Parece que sí —respondió Lira, sonriendo. —Pero ahora, ¡tenemos que concentrarnos! Las sombras no esperarán.
Ambos se prepararon, sabiendo que la lucha no había terminado. Las palabras de aliento y la conexión con sus lectores les daban fuerza para enfrentar lo que vendría. Yisus y Lira, unidos por la magia y la determinación, estaban listos para seguir adelante.
Con una nueva resolución, se giraron hacia el altar, listos para enfrentar cualquier desafío que se presentara.