Susurros de papel: Carta de mis personajes para mis lectoras

2 Desde Roma, con amor eterno (Marco Pirone)

Queridas Esmeraldas,

Desde mi amada Roma, donde las cúpulas besan el cielo y las fuentes susurran historias de amores inmortales, les escribo estas líneas con el corazón en la mano. La Navidad está muy cerca, y con ella, esa magia que transforma el mundo en un lugar donde los sueños parecen posibles. En este rincón de mi bella Italia, mientras las luces de las calles iluminan las ruinas que han sobrevivido a los siglos, pienso en ti que me lees, en todo lo que la vida nos depara.

Soy Marco Pirone. Romano hasta los huesos, con un alma forjada en el orgullo de esta tierra eterna, pero también con el fuego latino que heredé de mi madre venezolana. De ella aprendí que la vida, como una buena salsa al sugo, se cocina con paciencia, pasión y amor. De mi padre, obtuve el respeto por nuestras tradiciones, el valor de la lealtad y el arte de mantenerme firme incluso en las tormentas más difíciles. Pero lo que realmente define mi existencia no es lo que heredé, sino lo que descubrí: que todo en la vida encuentra su propósito cuando el corazón guía nuestros pasos.

Mi mundo ha estado lleno de cifras, reuniones y decisiones que, en ocasiones, parecen frías e impersonales. Como CEO de Pirone Enterprises, he construido imperios de acero y cristal que tocan el cielo, pero nada, absolutamente nada, ha tocado mi alma como tú lo haces. Tus ojos, esas estrellas que parecen esconder los secretos de todos los mares, me recuerdan cada día que la verdadera riqueza no se mide en monedas, sino en los latidos que alguien puede provocar.

Roma, mi ciudad, ha sido testigo de amores que desafiaron al tiempo: de César y Cleopatra, de Rómulo y Hersilia. Pero lo que siento por ti es algo que ni los poetas de antaño podrían describir. Mi amor es como un paseo por el Trastevere al atardecer, como el primer bocado de un tiramisú perfectamente preparado, como una melodía de violines resonando en la Piazza Navona bajo la luz de la luna. Es eterno, puro, y, sobre todo, auténtico.

En esta Navidad, mientras la nieve cubre los jardines del Vaticano y las campanas de la Basílica de San Pedro anuncian la llegada del invierno, mi único deseo es compartir contigo cada momento. Imagino nuestras risas resonando en las calles estrechas de Roma, nuestras manos entrelazadas bajo las luces de un árbol navideño en la Piazza Venezia, y tu sonrisa iluminando mi mundo más que cualquier estrella fugaz.

Sé que este pequeño paréntesis solo es posible gracias a mi Abril, pero también a mi creadora, quien con la magia de sus palabras me dio vida y, con su generosidad, me permitió abrirles mi corazón. Abril y yo sabemos que ustedes, mis queridas Esmeraldas, son el verdadero tesoro de esta historia. Es gracias a ustedes que mis palabras tienen eco, y es con su amore que encuentro la fuerza para seguir conquistando corazones.

Mi madre solía decir: “El verdadero amor es como un buen vino: mejora con el tiempo y se disfruta con el corazón". Y eso eres para mí: mi mejor vino, mi refugio, mi alegría.

Queridas Esmeraldas, recuerden esto: cada una de ustedes merece un amor que las haga sentir como si caminaran por las calles de Roma, con un hombre que las mire como yo miro a esa mujer que ha cambiado la mia vita. Porque el amor, cuando es real, es tan eterno como esta città, tan hermoso como una pintura de Caravaggio y tan intenso como un aria de Puccini.

¡Feliz Navidad!

P.d: “Ti amo più di quanto le stelle possano illuminare il cielo sopra il Colosseo.” (Te amo más de lo que las estrellas pueden iluminar el cielo sobre el Coliseo).

Con todo mi amor,

Marco Pirone

CEO de Pirone Enterprises




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