Susurros de Sangre y Luna

Capítulo 20: La Fractura del Vínculo

La luna espiralada brillaba sobre Lirien, testigo del nuevo ciclo. Pero no todos la miraban con esperanza.

En las regiones del sur, antiguos guardianes se reunían en secreto. Algunos habían perdido su magia. Otros, su propósito. Y todos compartían una misma duda: ¿debía el ciclo lunar depender de memoria y elección… o debía restaurarse el poder?

—Elara ha debilitado el vínculo —dijo Maevor, un guardián de Veyra—. Y Eron es demasiado joven para liderar.

—Entonces tomemos el ciclo —respondió una voz entre las sombras—. Y devolvámosle su forma original.

Así nació la Fractura.

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En la Torre de los Ecos, Seren llegó con noticias urgentes.

—Los guardianes del sur se han separado de la Alianza. Han formado un nuevo círculo: la Llama del Ciclo.

Elara cerró el libro que estaba escribiendo.

—¿Qué buscan?

—Restaurar el vínculo por fuerza. Reabrir el Velo. Y usar el colgante original para invocar el ciclo perdido.

Kael apretó la empuñadura de su espada.

—¿Y cómo lo conseguirán?

Seren bajó la mirada.

—Ya lo han conseguido. Han robado el colgante de Lysandra.

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Eron, que entrenaba en el Santuario del Velo, sintió un estremecimiento en el aire. Las runas se apagaron. El agua dejó de cantar. Y una sombra emergió del suelo.

No era el Devorador. Era algo más antiguo. Más hambriento.

—¿Quién eres? —preguntó Eron.

La criatura respondió con una voz que parecía hecha de ceniza.

—Soy el Olvido encarnado. El ciclo me desterró. Pero el colgante me llama.

Lioren apareció, rugiendo.

—¡Atrás!

Pero la criatura se desvaneció.

Eron cayó de rodillas.

—Van a romper el vínculo.

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Elara reunió a los guardianes leales. Kael, Lioren, Seren, y los representantes de Nymira, Elarion y los Susurros.

—No lucharemos por poder —dijo—. Lucharemos por memoria.

Eron se levantó.

—Y por elección.

La luna brilló sobre ellos.

La marcha comenzó.

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En el Valle de las Voces, la Llama del Ciclo esperaba. Maevor sostenía el colgante de Lysandra, rodeado por runas antiguas.

—¡El ciclo debe ser restaurado! —gritó—. ¡La magia debe gobernar!

Elara se adelantó.

—La magia sin memoria es tiranía.

Eron se colocó a su lado.

—Y el vínculo sin elección… es prisión.

La criatura del Olvido emergió entre ellos, atraída por el colgante.

—¡Dádmelo! —rugió—. ¡Y os devolveré el poder!

Maevor dudó.

Elara levantó la mano.

—No hay poder sin historia.

Kael lanzó su espada hacia el colgante. Lioren saltó. Seren activó las runas de protección.

El colgante se rompió.

La criatura gritó.

Y el vínculo… resistió.

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Tras la batalla, los guardianes del sur fueron desarmados. Algunos lloraban. Otros se arrodillaban.

Maevor se acercó a Elara.

—No entendíamos. Solo temíamos.

Elara lo abrazó.

—Entonces aprendamos juntos.

Eron escribió una nueva página en el Libro de la Memoria:

> “El vínculo no se impone.
> Se ofrece.
> Que el ciclo nos pruebe.
> Que el poder nos tiente.
> Pero que la elección… siempre venza.”

Kael lo observó.

—Has crecido.

Eron sonrió.

—Porque elegí hacerlo.

La luna brilló.

Y la Fractura… sanó.

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