David
El sonido suave de la canción "Navidad sin ti" llena mi habitación, y siento cómo las palabras de Marco Antonio Solís se clavan en mi pecho. Es como si la canción hablara directamente a mi alma, como si pudiera entender lo que siento sin siquiera tener que decirlo. El frío de la noche me envuelve mientras escucho la melodía que siempre ha sido tan familiar, pero hoy tiene un significado completamente diferente.
Hoy, mientras mis dedos pasan las páginas de mi cómic, "Miradas de Amor, Amores Tímidos", me siento más conectado con la historia que he creado que nunca. Los dos protagonistas, tan tímidos y cautelosos, atrapados en un ciclo de miradas no correspondidas, me recuerdan tanto a mí mismo. A todo lo que nunca me atreví a hacer, a todo lo que nunca pude decirle a Astro. Me pregunto, una vez más, si ella alguna vez se preguntó lo mismo, si alguna vez se sintió igual, como yo, atrapado en un universo de "y si..."
El 31 de diciembre está cada vez más cerca, y el año viejo se va llevando consigo las oportunidades que nunca tomé. Cada vez que escucho esa canción, me pregunto qué hubiera pasado si hubiera tenido el valor de acercarme, de hablarle, de romper ese muro de silencio que nos separaba. Pero ya no importa. El tiempo sigue su curso, y yo sigo aquí, con mi cómic en las manos, mientras las luces de Navidad parpadean en las calles de Lejanías, tan cerca de lo que nunca pudimos ser.
Hoy, sin embargo, algo curioso sucede. Mientras reviso las redes sociales, veo un post que me llama la atención. Astro, la chica que siempre me intrigó, acaba de publicar algo: "Mi primer libro publicado:corazones tímidos". Es un libro que habla de sueños, de ambiciones, de lo que significa seguir un camino sin miedo. Una pequeña chispa de emoción recorre mi cuerpo. ¿Es ella? ¿Es la misma chica que miraba de lejos en el colegio, sin atreverme a decirle una sola palabra? Esta vez, me decido a hacer algo. Voy a leerlo.
Astro
Me siento extraña hoy. Es el tipo de nostalgia que se instala en los días cercanos a fin de año. El 31 de diciembre siempre ha tenido algo mágico, algo que llena de esperanza, pero también de soledad. Aún con todo lo que he logrado este año, con mi papelería casera en expansión y mi primer libro finalmente publicado, hay algo en mi interior que no termina de sentirse completo. Quizás es que, en algún lugar, siempre supe que algo más faltaba.
El libro que publiqué, "corazones tímidos", es mi primer intento serio por dejar una huella en este mundo. Es una recopilación de historias y pensamientos sobre lo que significa seguir nuestros sueños, no importa lo lejos que parezcan. Y aunque la satisfacción de verlo impreso es indescriptible, hay algo en mi corazón que no me deja descansar. Quizás es que siempre hay un "qué hubiera pasado" cuando se trata de las decisiones que tomamos, como el hecho de nunca haber hablado con David, el chico que veía a lo lejos en las gradas del colegio, pero nunca me atreví a conocer.
Hoy, cuando abro las notificaciones de las redes, me encuentro con algo inesperado: un mensaje de David. "Tu libro es increíble. No sé si alguna vez supiste, pero yo te admiraba desde lejos. A veces me pregunto qué hubiera pasado si hubiéramos hablado." Mis manos tiemblan un poco mientras leo sus palabras. ¿Es posible que él también haya estado pensando en lo mismo todo este tiempo? Mi corazón late con fuerza mientras respondo, un poco nerviosa. ¿Y si...?
No sé si es el destino o una simple coincidencia, pero el 31 de diciembre se acerca y algo en el aire me dice que las cosas, finalmente, podrían ser diferentes. Tal vez este sea el momento en que las cosas se alineen, tal vez este sea el año en que las miradas se conviertan en algo más. Ya no hay espacio para los "y si". Este diciembre, todo puede cambiar.
Mi libro corazónes tímidos ha sido publicado en las librerías de Colombia,mi felicidad es inmensa,más que cuando lo termine y lo publique en booin una aplicación de lectores y escritores,treinta y uno ya casi se acerca y en estos tiempos el negocio de mis padres de comidas rápidas también ha crecido,junto con el mí canal de Youtube. Mi libro cuenta la historia de jóvenes que no se puedieron conocer por la timidez y la vergüenza que generaba a su alrededor del simple hecho de pensar en un" ¿ Y si....? Que nunca llegará".
"El Último Día del Año"
Astro
El sol está empezando a esconderse detrás de las montañas de Lejanías, tiñendo el cielo de un color anaranjado y púrpura que siempre me ha parecido mágico. No puedo evitarlo, el 31 de diciembre siempre ha tenido una mezcla de nostalgia y esperanza, y hoy, más que nunca, siento que el aire está cargado de algo más. Como si todo lo que nunca me atreví a hacer, todo lo que dejé pendiente, estuviera esperando una última oportunidad para ser resuelto.
Decido salir a caminar. Necesito despejarme, encontrar un poco de calma en medio de este torbellino de emociones. El parque central de Lejanías está hermoso, decorado con luces de Navidad que parpadean de manera cálida y acogedora. Las decoraciones que la alcaldía colocó este año son impresionantes: un árbol gigante en el centro, con adornos dorados y plateados que reflejan las luces de la calle, creando un espectáculo de destellos que me hipnotiza por completo. Los puestos de comida y las carpas con música navideña le dan vida al lugar, llenándolo de risas y conversación.
Camino entre la multitud, pero mi mente sigue atrapada en un solo pensamiento: David. Es imposible no pensar en él hoy, el último día del año. Tal vez porque su nombre ha estado rondando en mi cabeza desde que publicó su cómic. Tal vez porque ese mensaje que me mandó me hizo recordar todas esas miradas perdidas en los pasillos del colegio, esos "y si..." que nunca se atrevieron a salir de mi boca.
Las luces del parque iluminan mi rostro, pero no puedo evitar sentirme algo perdida. Hay tanta belleza aquí, pero por alguna razón, mi corazón está vacío. Miro a mi alrededor y veo parejas abrazadas, grupos de amigos riendo, niños corriendo con sus padres, pero yo… yo sigo buscando algo que no sé si encontraré. Ese "algo" que siempre estuvo ahí, pero que no pude reconocer. O tal vez nunca lo busqué lo suficiente.