Susurros del Pasado

Capítulo 13 – Ecos del Proyecto

El amanecer apenas rompía entre la bruma cuando logramos escapar del enfrentamiento. El humo del combate seguía flotando detrás de nosotros como un recordatorio de lo cerca que estuvimos de morir. Adriel sangraba por el hombro, pero se negó a detenerse.

—Hay un lugar —dijo entre jadeos—. No muy lejos de aquí. Si aún existe, puede que nos sirva de refugio.

Lo seguí sin hacer preguntas. No había tiempo. Cada sonido del bosque, cada crujido de rama, me parecía una señal de que las sombras regresarían. El vínculo entre nosotros seguía latiendo, caliente, frenético, como si la energía buscara escapar por mi piel.

Caminamos durante horas, hasta que el sol se ocultó tras una muralla de nubes. Al fin llegamos a lo que parecía una vieja casa rural, oculta entre los árboles y la niebla. Las ventanas estaban cubiertas con tablas, pero una débil luz se filtraba por debajo de la puerta.

Adriel golpeó tres veces, en un patrón rítmico.
Un silencio tenso. Luego, el sonido de cerrojos deslizándose.

La puerta se abrió apenas, y una figura femenina nos observó desde las sombras.

—Tarde llegas, Adriel —dijo una voz grave, cansada, pero no sin cierta calidez—. Pensé que estabas muerto.

—Estuve cerca —respondió él, con una mueca que quiso ser sonrisa—. Ella es Nyra. Necesitamos ayuda.

La mujer abrió del todo. Era de cabello plateado, piel pálida y ojos grises tan agudos que parecían atravesar las mentiras.
—Entra, antes de que nos detecten —ordenó.

El interior estaba lleno de tecnología antigua mezclada con símbolos grabados en madera y piedra. Había pantallas parpadeantes, cables colgando del techo y un círculo de runas pintado en el suelo. Un laboratorio escondido entre ruinas.

—Soy Liora —dijo, mientras cerraba la puerta—. Trabajé en el Proyecto Géminis, mucho antes de que todo se saliera de control.

Mi cuerpo se tensó.
—¿Tú… ayudaste a crearnos?

Liora asintió lentamente.
—No del modo que imaginas. Yo diseñé los sellos de contención, las marcas que mantienen a raya el vínculo. Pero alguien —su mirada se detuvo en Adriel— las desactivó.

Adriel evitó mis ojos.
—No tuve elección —murmuró.

—Al hacerlo, liberaste la energía que los conecta —continuó Liora, caminando alrededor nuestro, observándonos como a un experimento vivo—. Sus almas están entrelazadas. Lo que siente uno, lo percibe el otro. Lo que hiere a uno, también hiere al otro.

Un silencio denso cayó entre nosotros.

—¿Se puede romper? —pregunté, temiendo la respuesta.

Liora me miró con una mezcla de compasión y resignación.
—Romperlo sería como intentar dividir una estrella. No sin destruirlos a ambos.

Adriel me tomó la mano, apenas un roce, pero suficiente para sentir su pulso acelerado mezclado con el mío.

—Entonces encontraremos otra forma —dijo él.

Liora suspiró.
—Quizás haya una. Pero necesitarán entrar al Archivo Central, donde se guarda la memoria del Proyecto. Si aún existe, contiene los nombres de los que los crearon… y del que ahora los persigue.

—¿El líder del Proyecto? —pregunté.

—No —dijo Liora, mirándome fijamente—. El que lo traicionó.

El fuego en la chimenea crepitó como si respondiera a sus palabras. Y por un instante, juré escuchar un eco en mi mente, una voz lejana que susurró mi nombre.

“Nyra…”

El vínculo ardió, y sentí que algo —o alguien— nos estaba observando.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.