Estaba ahí, en mi habitación pensado en que decirle a Gabi, mientras que mi madre hablaba sin parar y yo solo estaba sumergida en mis pensamientos. De un momento a otro sentí un fuerte jalón, mi madre no solía maltratarme, pero, no toleraba que fuera ignorada, estaba ahí a solas con mi madre en esa habitación con los ojos llorosos por aquel jalón, ella decía, cuando iba a arreglar mi habitación, que como soportaba estar en un lugar así, yo solo la escuchaba y decía en mi mente, "nos acabamos de mudar, ¡qué esperas mamá!", pero solo la mire y acerté con la cabeza a su mandato. Entre tanta ropa y zapatos y objetos inútiles que compraba, encontré aquella nota, no sabía si leerla, tenía temor y un presentimiento de que muchas cosas cambiarían, así que decidí terminar con la limpieza, barrí todo el cuarto saque las cosas de aquellas cajas amontonadas en aquella esquina, acomodé mis libros juntos a mis objetos antiguos, tenía una fascinación a ellos. Bueno ese no es el punto, cuando ya estaba a punto de terminar, vi salir un destello de aquel pequeño pedazo de papel doblado, me acerque y cuando lo abrí me quede impactada por lo que estaba leyendo, parte de mi creía que era una broma y la otra parte sabía que tenía que comprobarlo si era real.
Aquella nota decía lo siguiente. "Querida niña del vestido blanco, te saludo y te invito a que experimentes lo mejor que vivirás, sabemos que en todo este tiempo has estado sufriendo humillaciones y faltas de cariño es por eso por lo que tu vida se volvió gris y con falta de confianza. Pues a partir de hoy todo cambiara y se ira todo el dolor. Solo sueña..."
"Sueña, sueña y no dejes de soñar con un mañana. Recuerda este es nuestro secreto. Utiliza el collar antes de dormir, no lo pierdas, no los separes y no se lo cuentes a nadie. Cosas mágicas suceden cuando llega la noche."
– Patrañas–dije– no creía que fuera cierto todo lo que decía aquella nota, son solo casualidades. Lo único que quería era concentrarme y dormir; porque al día siguiente iba a ser mi primer día de escuela, no quería perder mi tiempo.
Solo dormiría, mañana iba a ser un día muy agotador, lo bueno es que Gabi estaba en el mismo salón que yo y no había problemas, aunque sabía que insistiría a que le cuente lo del collar, pero ya sabía que le iba, le iba a decir que es un regalo de papá, así ya no preguntaría más.
Sentía mucho cosquilleo en el estómago no sé si era por los nervios de mi primer día de escuela o porque en el fondo yo creía lo que aquella nota decía.
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Editado: 14.02.2020