Muchas veces pensamos que los sucesos ocurren porque ya están escritos. Y no es así, nada está escrito. Todo lo contrario. Nosotros somos quienes decidimos qué hacer y cómo hacerlo. No hay nadie que nos obligue. Somos quienes tomamos nuestras propias decisiones, independientemente de si son acertadas o erróneas, en este último caso seremos nosotros los únicos responsables, seremos quienes asuman las consecuencias de nuestras propias acciones y decisiones.
Tenemos que ser capaces de verlo, de ser consecuentes y a la vez de ser sensatos y éticos con lo que nosotros tenemos y queremos. Tenemos que ser capaces de elegir aquellas cosas que de verdad valgan la pena, aquellas cosas que creemos que merece dedicar tiempo y esfuerzo, aquellas que creemos que merecen la pena.
Aunque a veces no es fácil, a veces hay obstáculos ajenos a nosotros o incluso que pertenecen a nuestro día a día, pero que al final nos influye de tal manera que consiguen que cambiemos nuestra forma de pensar y actuar. Tanto incluso que hacemos lo que ellos quieren y muchas veces es todo lo contrario a lo que nosotros creemos o sentimos que debemos de hacer.
En estos casos, primero tenemos que ver que nos están condicionando pero después... Queda el trabajo más duro. Ser capaces de enfrentarnos a esas personas, plantarnos y decirles que somos nosotros quienes tomamos nuestras propias decisiones. Somos nosotros quienes escribimos nuestro propio camino, quienes marcamos nuestro propio destino. Sólo nosotros.
Así que por más duro que sea el camino, por más obstáculos que haya que superar al final nos están ayudando a crecer como personas, como seres humanos, porque como tales que somos nos equivocamos, cometemos errores e incluso muchas veces caemos varias veces en la misma piedra. Pero en eso consiste la vida, en ir dando pasos, en caerse y en volver a levantarse. Aunque volvamos a repetirlo, que sean todas las veces que hagan falta mientras seamos nosotros quienes decidamos los caminos a seguir, las actitudes que tomar y las decisiones a seguir. Asumiendo los fracasos y también las victorias ya que nos hacen ser como somos, nos forjan, nos ayudan a construir nuestra persona, nuestra esencia, nuestra forma de ser.
Que nadie tome tus propias decisiones, que nadie te diga qué hacer y cómo debes hacer las cosas. ¿Por qué sabes qué?
Nosotros somos dueños de nuestra propia vida.