¿No os ha pasado nunca que cuando pasas mucho tiempo hablando con una persona, cuando no lo haces tan a menudo te sientes rara, como que te falta algo?
Pues yo me siento así, rara y lo echo en falta. Echo en falta las horas hablando de cualquier tontería, echo en falta las conversaciones sin sentido.
Porque cuando una persona te hace reír, te hace de alguna forma bien, a pesar de las discusiones o desacuerdos, sigues queriendo que formen parte de tu día a día.
Aunque la verdad después de que pasen algunos días no sé cómo transcurrirá todo. No sé qué pasará, no sé si volveremos a tener esas conversaciones, porque la última no es que fuese muy acertada. Creo que ninguno de los dos tenía un buen día, y lo acabamos como pagando con el otro. Aunque espero que fuese eso, solo un mal día, y que no deje demasiada huella para que después de eso todo vaya a peor. Espero que solo fuese eso.
A pesar de todo sigo manteniendo lo que haré. Sigo pensando que lo mejor que puedo hacer es esperar, esperar a que todo tenga algún sentido, porque ahora mismo está todo borroso, como si mirara a todas partes y lo único que viera fuera una niebla que me impide ver más allá, ver lo que ocurrirá. Y es frustrante porque es la solución a todos tus problemas pero de alguna forma está inalcanzable por el momento.
Sólo hay que esperar, ser paciente que nunca es fácil, y sobre todo poner empeño para descubrirlo. Porque sin esas ganas, esa fuerza que te ayude a seguir adelante, no podemos alcanzar nuestros objetivos, metas y sueños. Sólo hay que querer para ver eso hecho realidad. Así que ten paciencia. Todo llega en su momento.
¿Y si te rindes? Sé que no lo harás. Tienes que ser fuerte y luchar. Luchar para llegar porque al final todo tiene su recompensa.
Y sobre todo ten valentía, se valiente y enfréntate a esos obstáculos que te impiden el paso. Porque al final son eso, obstáculos, y siempre vamos a tenerlos, solo hay que saber saltarlo. Porque una vez alguien me dijo que: “lo único malo que puede pasarte si lo saltas es que te caigas, y si caes aprendes. Porque siempre sabes levantarte. La única que puede impedir que lo hagas eres tú misma”. Y conteste: “tengo miedo a no hacerlo. A no ser capaz”. Y me respondió: “Es el miedo el que te echa para atrás y tienes que superarlo”.
Así que no tengas miedo y enfréntate. Supera tus miedos y podrás seguir adelante, y ya nada podrá retenerte. Y que nadie diga que no lo intentaste o que no pudiste. Dile simplemente que sí, que lo conseguí aunque al final todo tenga un final negativo, estás orgullosa de haberlo conseguido.
Porque si quieres, puedes.