Cuando te paras a pensar en todo lo que ocurre a tu alrededor, todas las cosas que te influyen en tu forma de ser día a día. Te das cuenta de que unas pueden ser negativas y otras más positivas.
Las negativas son aquellas que te hieren, aquellas que te producen daño e incluso sufrimiento. Puede que sean las que más nos damos cuenta porque simplemente no podemos evitar sentirnos hundidos cuando aparecen, porque dejan huella.
Últimamente son estas las que observo a mí alrededor, por alguna razón son con las que vivo estos días. Creo que lo que hice fue lo mejor que podía haber hecho, porque ahora me siento libre, me siento no una persona nueva, pero se nota cuando te quitas una carga de encima. Aunque pensará que el resultado no me iba a importar, la verdad es que sí que importa, y mucho. Importa porque ahora es el resultado de esas consecuencias lo que llevas encima. Es el resultado lo que condicionara mi futuro, nuestro futuro. Porque sinceramente creo que no voy a tener que llevar toda la carga sola, no soy la que decide ahora que pasará, sino que de él también dependerá lo que ocurra en un futuro. Todo depende de los dos y no de uno como pensaba. Aunque este obstáculo permanezca más tiempo del que queramos, creo que es algo que tenemos que saltar juntos, ayudándonos mutuamente y no abandonando, y menos dejar de lado al otro. Es algo que tendremos que resolver los dos, algo que tenemos que superar juntos, y creo que si lo intentamos por separado no podremos seguir adelante y saltarlo.
Por otra parte, las positivas, aquellas que te hacen feliz, las que te hacen sonreír sin querer, aquellas que iluminan tu camino. Solemos verlas poco, pero están siempre ahí, se van ganando poco a poco un hueco en nuestro corazón, hasta que nos paramos a pensar y nos damos cuenta de las cosas maravillosas que nos pasan o nos han pasado.
Aunque ahora no vea muchas, sé que las hay. No tengo más que ver a las personas que tengo a mí alrededor, a esas personas que están contigo, aunque físicamente no estén, pero que es como si estuvieran contigo. Y sólo quiero dar gracias por haberos puesto en mi camino.
También si busco encuentro lo que he aprendido, todo lo que me ha hecho ser como soy. Todas aquellas cosas que me han hecho ser fuerte y valiente. Capaz de superar una tormenta y no naufragar. Porque todo está en nuestra cabeza. Si queremos podemos lograr lo que queramos. Sólo hay que embarcarse en el navío y poner rumbo hacia tu destino. Elevar anclas y adentrarse mar adentro. Sé que no es fácil desatarse de lo seguro y afrontar la adversidad. Pero para alcanzar algo hay que salir a la mar. Aunque te encontremos mil y una tempestades, mil y una tormentas y mil y un obstáculos que te lo impidan. Sólo tienes que tener la suficiente fuerza de voluntad para seguir adelante y afrontar todas esas olas que te impiden llegar. Porque si sigues al final, estoy seguro de ello, que divisarás tierra firme a lo lejos. Estarás cerca de lograr lo que quieras. Y sobre todo apóyate en tus marineros, porque no tienes por qué hacerlo tú solo, están para ayudarte. Al final atracaras en una nueva tierra, pisarás tierra firme después de haber navegado durante mucho tiempo; tierra que acabas de conquistar y que te enseñará mil cosas. Y sobre todo te sentirás orgullosa de haber llegado, de conseguirlo.
Porque todo lo que nos proponemos, si queremos hacerlo, podemos lograrlo.