Sweet Dreams

SACRIFICIOS

Muchas veces pensamos que cuando nuestros padres nos mandan hacer algo es para fastidiarnos, pero lo hacen porque es algo bueno para nosotros, no porque quieran amargarnos o hacernos pasar un mal rato. Lo hacen por nosotros y no nos damos cuenta de que es por nuestro bien, hasta que poco a poco vas creciendo y madurando, ves con otros ojos las cosas, y aunque discutas con ellos sabes que en realidad tienen razón, y que se preocupan por nosotros.

Este año cada vez me doy más cuenta de ello, no solo por la carrera que estudio, magisterio, sino porque soy monitora de niños y adolescentes también. Ahí es cuando te das cuenta de la importancia que tiene el papel que ejerces, el papel que hacen nuestros padres, profesores, monitores,… Y te das cuenta de los numerosos sacrificios que han hecho por nosotros, por nuestra felicidad, porque estemos sanos. Porque sí, es muy difícil estar al cargo de niños, de cuidarles, enseñarles cosas, de intentarles llevar por el mejor camino… no es una tarea fácil.

Ahora entiendo todo el tiempo que nosotros como hijos llevamos, de todas las cosas que se han perdido, de cada capricho que querían al final han rehusado de él solo para darnos a nosotros el capricho que queríamos. Porque aunque no tenga hijos, aunque no sepa que es el amor a un hijo, he estado relacionándome con niños, con adolescentes, y todos necesitamos que alguien nos cuide y nos guie. Que hay que darles nuestro tiempo, nuestras experiencias, nuestro carió, porque lo necesitan, porque nosotros alguna vez lo hemos necesitado, y nos lo han dado todo, sin recibir nada a cambio.

Por lo que ahora entiendo todos los sacrificios que mis padres, mis monitores… han hecho para que este donde hoy estoy, de que disfrute de una vida feliz, sana, que estudie lo que quiera, que tenga comida y un techo en el que dormir. Por eso sé que hay que dar las gracias, de alguna forma, no tiene por qué ser de palabra, pero si con algún gesto. Simplemente hacer las cosas cuando te lo digan sin rechistar, aunque cuesta, evitar las discusiones, evitar los malos momentos; porque ellos se preocupan por nosotros, porque por ejemplo no les decimos a dónde vamos. Porque se quedan sin dormir hasta que llegas a casa un día de fiesta, porque les es imposible dormir hasta que llegas y ven que estas a salvo, estas bajo su protección.

Podemos hacerles feliz agradeciendo con una sonrisa, un abrazo, algo que les haga sentir bien. Porque cuando yo estoy con los niños, no me dan las gracias por el tiempo que empleo con ellos, no lo hacen, pero sé que me dan las gracias de alguna forma. Me las dan por el simple hecho de verles disfrutar con todas las actividades que has preparado para ellos, solo con ver esas sonrisas que consigues sacarles, ver cuando acuden a ti porque tienen algún problema, o incluso cuando vienen a darte un abrazo. Pequeños gestos que hacen grandes cosas. Para mí eso es suficiente, e incluso mejor que oír la palabra gracias. Prefiero mil veces ver eso, verles felices porque yo les he hecho pasarlo bien, les he ayudado… Y ya no necesito nada más, ya me siento satisfecha con ello, ya estoy feliz con eso.

Por lo que a nuestros padres debemos darles las gracias de alguna forma, alguna forma que para ellos les haga sentirse queridos, y que sepan que están haciendo bien las cosas. Un simple te quiero incluso vale más que cualquier cosa.

 

Dales las gracias, diles que los quieres, ahora, no mañana, porque puede que cuando quieras, ya no puedas, ya no puedas hacerlo, porque a lo mejor ya no están contigo. Así que si puedes hacerlo ahora, hazlo, no lo dejes para mañana. No dejes para mañana todo lo que puedas hacer hoy.



#31707 en Otros
#2733 en No ficción
#10165 en Relatos cortos

En el texto hay: sentimientos, pensamientos, diario

Editado: 21.02.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.